
Hoy por el Día del Padre queremos rendir un pequeño ‘homenaje’ a quienes han estado o están detrás de las paredes del box. Esas voces sabias que aconsejan a los que un día fueron los pequeños de la casa, y hoy son grandes pilotos del mundial de motociclismo.
Este artículo homenaje por el Día del Padre tiene ejemplos de progenitores que ponen un poco de razón en una locura llamada MotoGP. En el fondo, este día y estas líneas están dedicadas a todos los padres que madrugan un fin de semana con sus hijos/as para que vayan a una carrera de la copa de promoción de su región, a formarse en una escuela de competición, que ahorran para que pueda costear una moto de carreras el día de mañana o hacen de mecánicos si es necesario. Por apoyar en todo este camino a veces tan poco agradecido, y otras veces tan feliz. A todos los padres que siempre han apoyado a esos jóvenes pilotos, superando parcialmente su temor de verles subidos a unas motos que corren endiabladamente… Para todos ellos, feliz Día del Padre.
1. Julià Márquez y los hermanos Márquez

Cuando Marc Márquez daba sus primeros pasitos en 125cc con una KTM (2008), era un pequeñín que tenía tras de sí una sombra que le daba apoyo, que le aconsejaba ya en el box. La voz profesional la ponían los ingenieros, el director del equipo de turno… pero cuando Marc despegó con su primer Mundial y un salto espectacular a la jungla que era Moto2 en 2011, la voz de la razón era la de Julià. En las retransmisiones deportivas de antaño veíamos durante las carreras que no paraba quieto ni treinta segundos. Siempre los dedos índice y corazón para mandar suerte a su hijo mayor, subido a una bestia de dos ruedas que se pone a 200 y pico km/h en velocidad punta.
Cada victoria de Marc la ha celebrado más que la anterior, su cara de alegría ya ha sido alguna vez capturada por más de un aficionado ante el televisor. Y ahora tiene doble motivo con Álex Márquez, el benjamín de la familia, que ya presenta su candidatura al Mundial de Moto2 desde el año pasado.
2. Graziano Rossi y Valentino Rossi

Pareja padre e hijo carismática donde las haya. Ambos han corrido en MotoGP: Graziano puso el apellido sobre la mesa en 1978, y Valentino lo ha rubricado siendo uno de los pilotos más queridos del paddock y con 9 títulos de MotoGP en el bolsillo. Hasta han protagonizado anuncios de televisión juntos, además de muchos momentos de llevarse las manos a la cabeza, como con la grave lesión que sufrió Valentino en 2010. Buen consejero como padre, pero con un hijo que a veces le hacía poco caso, como ha comentado en diferentes entrevistas. Será de las pocas veces que no hacer caso a un padre sale bien.
Graziano fue uno de los puntales del motociclismo italiano en la década de los 70 junto a otros jóvenes talentos que llegaron a la vez a 500cc, como Marco Lucchinelli o Franco Uncini. Una generación post-Agostini que lo tuvo difícil, pero no imposible. Es el artífice y culpable, con su primera victoria en 1979 dentro de 250cc el año en que nació su hijo, de que Valentino luzca ese 46 color amarillo que también relucen orgullosos millones de aficionados al motociclismo.
3. Chicho Lorenzo y Jorge Lorenzo

A Chicho no se le suele ver por el box de Lorenzo, a diferencia de otros caso como el de los hermanos Márquez, pero se le puede leer activamente por Twitter y seguir en las actividades de formación que realiza con los más pequeños en su escuela, Lorenzo Competición. Ha apoyado públicamente a su hijo durante su carrera deportiva, aunque no se deje ver tanto por el paddock como otros progenitores.
En su escuela desarrolla diferentes cursos y métodos para enseñar a jóvenes pilotos a formarse de cara a un futuro en otras esferas de la competición. Construyó con sus manos una moto para un pequeño Jorge Lorenzo que, con el paso de los años, ha ganado en carácter y en valor deportivo. Se ha gestionado él solo, pero una pequeña parte de ‘culpa’ de que hoy veamos a Jorge sobre una moto la tiene Chicho. También es promotor de grandes oportunidades como la Youth Riders Cup, para pilotos que no se pueden costear grandes copas de promoción o un año entero dentro de un campeonato.
4. Kenny Roberts Sr y Kenny Roberts Jr

Este ha sido el único caso de éxito paterno-filial por igual. Tanto padre como hijo han ganado un título de MotoGP, concretamente dentro de la cilindrada reina de 500cc. Y por si no fuera poco, los dos también son MotoGP Legends, por lo que otro reconocimiento conjunto más para el ilustre apellido Roberts. En el caso de Kenny Roberts ‘padre’, el éxito le sonrió durante tres años consecutivos en concreto: desde su debut en 500cc (cómo no, con Yamaha) en 1978 hasta 1980.
Después seguiría peleando con pesos pesados de las 500cc como Barry Sheene o Freddie Spencer hasta 1983, con aquellos cuatro escasos puntos que le separaron de su cuarta corona en la categoría reina. La saga Roberts ha seguido más allá, y ha sido apoyo fundamental no solo para Kenny, sino para Kurtis Roberts también
5. Rafa Rins y Álex Rins
‘¡Padre sufridor, pero orgulloso!’ Así se define en cuatro palabras una de las ‘sombras’ tras esa nube de ingenieros, telemétricos y focos que pululan habitualmente por el box del equipo Suzuki Ecstar. En una silla, con aparente tranquilidad hasta que hay algún adelantamiento o movimiento que hace tensar los rasgos al padre de Álex Rins. Cuando era pequeño, Rafael dejó a Álex subirse a una moto para ‘probar’ otra cosa diferente al quad que montaba con algo más de regularidad… Cambió las cuatro ruedas por dos, debutó en la velocidad, y su padre pocas veces ha dejado de velar por su hijo desde esa posición.
En los momentos más difíciles, cuando había titulares absurdos por muchos lugares de Internet diciendo que ‘Álex Rins volvía a fracasar’, hizo del mejor consejero que alguien puede tener: un padre que, estando a las duras y a las maduras, es gran parte culpable de dónde está Rins ahora mismo. Subido a una MotoGP de un equipo oficial como Suzuki, luchando curva a curva.
6. Paolo Simoncelli y Marco Simoncelli
Un padre que ha llevado a su hijo a cumplir el sueño de correr en el Mundial de MotoGP, hoy honra la memoria de su pequeño con un equipo en el Mundial de Moto3, donde el SIC58 Squadra Corse ha conseguido con Antonelli su primera pole en la carrera inaugural de Qatar. No hay momento más duro que despedirse de un hijo que se ha ido, pero sí tan bello como el ‘peregrinaje’ hacia la curva de Sepang que nos quitó a Marco para recordarle siempre, para que no desaparezca nunca del todo. O la emoción que le embargó por volver a celebrar un gran resultado, esta vez como director de equipo. La labor de Paolo y de todo su entorno no podía quedar fuera de este pequeño homenaje a los auténticos motores de sus hijos: los padres.