El catalán debutaba hace unos días en la competición de las cuatro ruedas, echando la vista atrás hace balance de todos los momentos vividos.
MotoGP no sería igual sin haber contado con la presencia de Dani Pedrosa durante mas de una década, una relación de amor-odio que lo convirtió en una de las leyendas de MotoGP. Sus números así lo expresan, a pesar de no contar con ningún título de la categoría reina, el palmarés del catalán supera al de grandes leyendas. Ahora embarcado en la aventura de las cuatro ruedas, Pedrosa ha ofrecido una entrevista en exclusiva a ‘Motosprint’ donde ha hablado de algunos momentos clave en su historia.
Sus sensaciones tras debutar con coches. “Divertido. Es un mundo lejano en comparación con MotoGP: por ejemplo, hablamos un “idioma” diferente, sobreviraje, subviraje… Entonces por primera vez me comuniqué con el box durante una carrera: estás centrado en qué hacer en la pista, a gran velocidad en medio de los rivales, y también debes tener cuidado de presionar el botón derecho para hablar por la radio. También me llamó la atención la forma en que los conductores ‘maltratan’ el coche: toman bordillos y baches casi sin respeto. Estoy acostumbrado a andar con la moto, tratándola con guantes”.
A diferencia de MotoGP, tú rival es tu principal ayuda. “Yo no tengo ese problema (risas), ya que mi ritmo no es como el de mi compañero. Pero era inevitable, por ejemplo a veces mi cerebro decía que frenara, pero en realidad debería haberlo hecho 50 metros después. También debo decir que nunca había corrido en Imola, ni siquiera en moto. Me sentí cómodo en las curvas lentas: respecto a las más anchas controlo mejor el coche”.
Su mano en la evolución de la KTM. “Es una cuestión especialmente para KTM. Obviamente hemos trabajado al máximo en estos tres años, los resultados nos han recompensado, en este inicio de temporada Brad Binder en Qatar y Oliveira en Indonesia han tenido carreras fabulosas. En general, en este periodo de tiempo hemos visto una gran mejoría, si pensamos desde donde partimos. “No me puse metas, pensé que mejoraríamos, pero no sabía cuánto. Recuerdo mi primera sensación, en la primera vuelta… (hace una mueca extraña) me dije ‘OK, esperaba que fuera diferente’. El primer año sirvió para entender la moto, lo que hacía, lo que le faltaba”.
La nueva generación. “Algunos tengo que conocerlos mejor, para juzgarlos hay que estudiarlos con el tiempo, viendo también cómo reaccionan en determinadas situaciones. Me gusta el estilo de conducción de Joan Mir, aprecio mucho a Enea Bastianini por lo fuerte que termina las carreras, manejando bien los neumáticos, el mismo Pecco Bagnaia dio miedo el año pasado. Hay buenos pilotos entre los ‘nuevos’, pero Marc Márquez sigue siendo un referente”.
La lesión de Márquez en Mandalika. “Inmediatamente esperé lo mejor para Marc. También escuchamos, pero no profundizamos mucho, porque hoy trabajamos para dos fabricantes rivales. Lo que puedo decir es que la vista es una cosa delicada, para la carrera pero también para el futuro”.
El prodigio, Pedro Acosta. “Me veo un poco en él, me gustó la forma en que se adaptó al Campeonato del Mundo. Cuando te bajas del CEV todo cambia, hay muchas entrevistas, muchos compromisos, el ritmo es diferente, entonces tienes que concentrarte en conducir. Inmediatamente fue muy rápido, en Moto3 manejó la presión de una forma muy natural”.
Su imagen pública. “No me gusta la aglomeración, es bien sabido. Cuando hay tanta gente alrededor me siento menos cómodo. Cuando Valentino se convirtió en la referencia en MotoGP, allá por 2004, 2005, si no eras como él, quizás no eras bien visto o la gente ni siquiera estaba interesada en conocerte. Era cierto para mí y para el propio Casey Stoner, que era muy introvertido. Ahora ha cambiado mucho, hay pilotos con diferente carácter, pero todo el mundo es bien recibido”.
Si corriesen con la misma moto, ¿quién hubiese ganado, Stoner, Lorenzo, Rossi, Márquez o él? “Los cinco teníamos algo especial. A nivel de conducción diría a Stoner, a nivel de cabeza Marc, que también era bueno desarrollando la conducción extrema, con el codo en el suelo. Tuve la suerte, incluso la mala suerte (risas), de conocerlos bien a todos. Y puedo decir que Stoner me abrió los ojos con su guía”.
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