Hemos conversado con el Premio Ciudadano Ponle Freno 2018, activista contra los resaltos y pasos de peatones sobreelevados
Pregunta: Mateo, ¿quién eres y por qué comenzaste tu lucha particular contra los resaltos?
ML: Me llamo Mateo Lafragua, soy un trasplantado renal en dos ocasiones y autor del estudio y el vídeo “La Repercusión de los Resaltos en el Trasporte Sanitario de Emergencias” con el que me concedieron el Premio Ciudadano Ponle Freno 2018. Un incidente ocurrido en un resalto, al desestabilizarme cuando era trasladado de urgencia me hizo experimentar cómo repercuten los resaltos en las emergencias sanitarias. Tras el segundo trasplante decidí realizar el estudio. No había prácticamente nada realizado sobre las consecuencias de los resaltos. Mis viajes a diálisis suman muchas horas al cabo de los años y aproveché para cambiar impresiones con los profesionales de las ambulancias sobre la problemática que les causaban los resaltos, conocer su opinión y las experiencias vividas.
En este país carecemos de estudios oficiales sobre los daños que causan los resaltos en las emergencias sanitarias, los riesgos que tienen para la salud e incluso para la vida de pacientes de especial riesgo. Este estudio es una aportación a este desconocido mundo y un aviso de que se está jugando con la salud y la vida de los pacientes trasladados de urgencia, y causa de enfermedad profesional para los profesionales de la carretera.
Graves inconvenientes en el transporte de emergencias
P.: Personalmente me parecen medidas injustas porque castigan también a los que circulan a la velocidad fijada. Tuve una lesión de espalda durante años y sé lo que es pasar en moto por estos resaltos. Pero, ¿cómo afectan los reductores de velocidad a las ambulancias? ¿Qué inconvenientes tiene para los enfermos que se trasladan en ellas?
ML: Existe una afección muy importante para las ambulancias que retrasa la respuesta en una emergencia; un estudio indica que una ambulancia puede perder 10 segundos por resalto. Este tiempo puede ser vital en un paciente con parada cardíaca, donde cada minuto de demora en la atención reduce la tasa de supervivencia un 10%. Podemos deducir que esta combinación puede decidir que el paciente salve la vida o no. Afectan a los sistemas de monitorización y percusión de fármacos, al personal sanitario por el riesgo de caídas al tener que atender al paciente en marcha. También extubación accidental, desconexión del respirador y de los electrodos de monitorización, interrupción de la administración de fármacos,… Todas estas situaciones crean muchísimos inconvenientes para los pacientes trasladados, algunos con consecuencias irreparables.
En pacientes en diálisis el regreso a casa se complica extraordinariamente con los resaltos. En casos de politraumatismos y fracturas de huesos, impiden que se cumpla la recomendación de que la conducción sea prudente, regular, a velocidad constante y evitando las aceleraciones y desaceleraciones. Estos pacientes indican que a pesar de la sedación cada paso por un resalto es un auténtico infierno, y además, pueden producirse desgarros internos. Un accidentado al caer de su bicicleta y producirse rotura de cadera, me llamó para contarme que el traslado a urgencias, a pesar del cuidado del profesional para pasar cada resalto, fue lo peor que le había ocurrido en su vida y que se fue acordando de mí durante todo el trayecto.
Las motos no se libran
M.: En tu opinión, ¿cuáles son los inconvenientes de los resaltos en el caso de las motos?
ML: Existe un alto riesgo de caídas por las pinturas utilizadas, el acceso a los resaltos puede producir accidentes al incumplir una importante parte de ellos la accesibilidad e impactar contra ellos. En numerosas ocasiones no desaguan y el agua se acumula, por lo que el riesgo de producirse aquaplaning es muy alto, provocando la pérdida de control de la moto y el consabido accidente. Además, existe riesgo para la salud del conductor al recibir el impacto del resalto en todo su cuerpo.
P.: Es muy habitual que los propios ciudadanos soliciten a sus ayuntamientos que se instalen resaltos y pasos de peatones sobreelevados en sus calles. ¿Por qué? ¿Crees que existen medidas de calmado del tráfico alternativas y efectivas?
M.L.: Cuando hablas con responsables políticos de diputaciones o gobiernos te dicen que ponen los resaltos a petición de los alcaldes. Cuando hablas con los alcaldes te dicen que ponen resaltos porque lo piden los vecinos y por seguridad para el peatón. Sin embargo, esta respuesta no deja de ser una simple disculpa y una forma de quitarse la responsabilidad. La ciudadanía no pide resaltos, pide seguridad y si utiliza la palabra resaltos es porque son las propias instituciones quienes los ofertan sin preocuparse de sus consecuencias. En un atropello en un paso de peatones tradicional a 30 km/h el impacto es sobre las rodillas y el peatón tiende a caer sobre el capó. Pero ese accidente en un paso sobreelevado, el impacto es sobre el abdomen con riesgo de graves lesiones internas, y el peatón cae debajo del vehículo con el riesgo que ello conlleva. ¿A quién estamos protegiendo?
En la actualidad existen alternativas a los resaltos sin que tengan las graves consecuencias de estos, consiguiendo calmar el tráfico con igual eficacia. Tenemos elementos de calmado del tráfico fabricados aquí, que por su tecnología se pueden regular para que funcionen en horario de máximo uso peatonal, entradas a colegios, ambulatorios, etc. Están instalados al nivel del suelo y al ser automáticos solo se activan cuando su radar detecta exceso de velocidad elevándose, pasos de cebra que se iluminan ante la presencia de un peatón, lo que les hace más visibles al conductor, protección por medio de bolardos de plástico o mobiliario urbano en las zonas de pasos de peatones, suelos rugosos o de otro color que frenan al vehículo y advierten de su presencia al peatón, rotondas… Existe un resalto que patentó en su día la Universidad Politécnica de Valencia llamado Speed Kidney. Consiste en un resalto curvo que no tiene ninguna consecuencia para las emergencias o para los conductores que respetan la señalización. También existen estrechamientos de calzada, radares de tramo,…
Los resaltos comienzan a cuestionarse
P.: ¿Qué hemos hecho mal los conductores para que los resaltos se hayan multiplicado por todas partes? ¿Crees que aceptaríamos circular más despacio si se retiraran o no tenemos remedio? ¿Piensas que los responsables municipales estarían dispuestos a probar otras medidas de calmado menos agresivas?
M.L.: Hace apenas 15 años los resaltos eran algo anecdótico y exótico en nuestras calles y carreteras. Desde entonces su proliferación desordenada, masiva y desproporcionada obliga a un estudio serio y riguroso al respecto. Con los pasos de cebra elevados sucede que, a pesar de que el objetivo que persiguen sea loable, se han convertido en auténticos problemas en nuestras calles y carreteras. En el caso de las emergencias, son obstáculos insalvables. Lo que han hecho los responsables del tráfico es tomar la medida más fácil, castigar a todos los usuarios de las calles y carreteras metiendo en el mismo saco a quienes cumplen las normas y a quienes se las saltan. A quienes se suben a su vehículo y no están dispuestos a respetar las normas de tráfico, les dan igual las señales o los resaltos. Son una minoría que consiguen que las consecuencias de sus actos las paguemos los demás.
Los responsables municipales comienzan a concienciarse de las consecuencias de los resaltos y ya están tomado medidas de calmado menos agresivas. Un ejemplo son los radares colocados en semáforos, peatonalización de calles y ciudades 30. En Bilbao, su responsable ha optado por una ciudad a 30 km/h, y una vez que se compruebe su efectividad, comenzará a retirar los resaltos. Lo que sí demuestran los datos en este Bilbao 30, es que se producen menos accidentes con víctimas y además de menos gravedad. Las consecuencias en la mayoría de los casos se reducen a daños de chapa.
Poco a poco, el trabajo da sus resultados
P.: El premio de la Plataforma Ponle Freno te ha ayudado a conseguir que se eliminen algunos de estos reductores de velocidad?
ML: El Premio Ciudadano Ponle Freno, que se concede a personas que destacan por su trabajo por la seguridad vial, fue un gran altavoz. Pero yo me prometí a mí mismo que no iba a morir de éxito, eres noticia dos días y después todo se olvida. Por eso sigo luchando para que se conozcan las graves consecuencias que producen los resaltos. Pasito a pasito se va avanzando. Como ejemplo, la Diputación Foral de Álava tiene el compromiso de no poner ningún resalto en su red de carreteras. El Gobierno Vasco aprobó la instrucción técnica para la instalación de reductores de velocidad en las travesías de la Red de Carreteras del País Vasco y en ella se indica que no se podrán poner resaltos en tramos de paso obligado de vehículos de emergencia. Entiendo que es toda una declaración de intenciones.
P.: Seguro que no te das por vencido. ¿Qué proyectos preparas para el futuro?
M.L.: Mientras la salud me lo permita seguiré dando a conocer este grave problema de las consecuencias de los resaltos en la salud de la ciudadanía en general e intentando que al menos se debatan y cuestionen. Este último año no ha sido fácil para nadie con la pandemia que nos asola. En mi caso al ser persona de riesgo he tenido que bajar la intensidad de trabajo, fundamentalmente de reuniones. A pesar de ello, respetando las normas sanitarias, sigo manteniendo contactos con responsables políticos de la salud y la seguridad vial presentándoles mi estudio. En una comparecencia en el Parlamento dirigiéndome a los políticos les dije: “ustedes son como un frontón donde la pelota rebota y rebota, no sé si conseguiré hacerles un tanto, pero les garantizo que les pondré dolor de cabeza”. Sigo y seguiré el consejo de un responsable de seguridad vial: “Persevera Mateo, persevera” y en eso estoy.
Más información: https://mateolafragua.org/
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