Analizamos las luces y sombras de esta polémica medida, cuya finalización está prevista para primavera de 2021.
El pasado 30 de septiembre, el ministro de Interior Grande-Marlaska presentó, acompañado de Pere Navarro y el ex-piloto Jorge Martínez-Aspar una medida que contempla la señalización específica de 100 tramos catalogados como peligrosos para motoristas, en coordinación con los respectivos titulares de las vías, que deberán autorizar la instalación de los nuevos paneles. Se llevará a cabo en aquellas comunidades autónomas donde las competencias de Tráfico no están transferidas.
La selección de los 100 tramos, de una longitud de unos 2 km, se ha hecho en colaboración con «otras administraciones, instituciones y colectivos de motoristas», en base a dos criterios, la alta siniestralidad acumulada en los últimos 5 años, y la «sinuosidad» de su trazado. La señalización consistirá en la instalación de un llamativo panel vertical al inicio de cada tramo, que advierta a los motoristas de la entrada en una zona especialmente peligrosa.
No nos debe pillar desprevenidos una medida como esta. Existe un problema muy grave con la accidentalidad de los motoristas, que al contrario de lo que ocurre con los vehículos carrozados, va en aumento, y la DGT debe mover ficha. Sin embargo, sí que es destacable que no sea una de las 17 medidas que se anunciaron en 2019.
¿Es una buena idea? ¿Funcionará?
Uno de los aspectos más llamativos de esta señalización es que incluye la cifra de «víctimas» en los últimos 5 años. La primera vez que vi una señal de este tipo, además de en las primeras escenas de la película Mad Max, fue en Francia. Recuerdo que me acercaba a una rotonda, y leí algo así como «4 muertos en 3 años». Creo que hasta se me dilataron las pupilas.
Una señal P-4 te advierte de una rotonda peligrosa, pero lo hace de forma cualitativa. Todas son peligrosas, no se salva una. Pero que te digan que 4 individuos han palmado en esa glorieta que parece no esconder ningún truco, lo hace cuantitativamente. De alguna forma te está advirtiendo de que guarda alguna sorpresa, lo que va a conseguir que extremes la precaución a la espera de imprevistos. Por tanto, en mi opinión, debería tener un efecto positivo sobre la atención durante la conducción y sin duda reducirá la cifra de accidentes.
¿Y ya estaría?
Pues no. Para empezar, la señal tiene algunos detalles que chirrían. ¿Por qué se ha estrenado esta estrategia con los motoristas? Es sorprendente que el concepto que todos hemos conocido popularmente como «puntos negros» se haya vaselinizado durante años como «tramo de concentración de accidentes», y ahora, de repente, pero sólo para los motoristas, se alerte de la vigilancia y de la cifra de «víctimas», que además, y al contrario de la estrategia francesa, estará engordada al incluir no sólo fallecidos sino también los heridos.
Y lo que es peor, ¿por qué la mayor parte de la superficie del panel está dedicada a los pictogramas de un radar, un helicóptero y un dron? Me resulta chocante que te informen de cuántas «víctimas» se han producido, y nuestro mayor miedo parezca ser que te enchufen una multa. No dudo de la efectividad de un radar fijo, pero me niego a pensar que seamos tan irresponsables e inconscientes como para que que lo que realmente nos toque la fibra sea la notificación de una sanción. ¿Más que información cruda y directa sobre cuántos compañeros han caído en las siguientes curvas?
Los motoristas reclamamos otras medidas
Aunque el año pasado fallecieron 466 motoristas, desconocemos cuántos lo hicieron en estos 100 tramos identificados. Sería un buen dato para poder estimar qué se espera de esta medida. Lo que sí tenemos claro es que son apenas 200 km, una parte mínima entre los miles de kilómetros de vías abiertas al tráfico, por lo que no sería descabellado hacer el experimento completo echando toda la carne en el asador, y no centrándonos en la vigilancia al conductor, como suele ser costumbre.
El Ministro de Interior añadió que se está trabajando en otras medidas como «la obligatoriedad de los guantes y la recomendación del airbag para motoristas». Esto es totalmente insuficiente. Es preciso un análisis pormenorizado de las causas de los accidentes. Es cierto que la nota de prensa menciona que «se estudiará, junto con los titulares de la vía, posibles mejoras de diseño de la infraestructura». Por supuesto. Pero se debería estar haciendo ya, que seguro que las hay.
Hablamos de tramos de 2 km de longitud. Hay que ir con todo. Todas las barreras con SPM (¿no son tramos «sinuosos»?), mejora del asfalto, de la señalización, revisión de intersecciones, limpieza del firme… Todo lo que sugieran los accidentes que en cada tramo se produzcan.
Un mapa desigual
Que algo ocurre con el diseño de la vía es evidente. Basta con echar un vistazo al reparto de tramos por la geografía española. Canarias acapara nada menos que 30 tramos peligrosos, mientras que la Comunidad Valenciana se lleva 21 y Andalucía, 17. ¿Orografía? ¿Diseño? ¿Mantenimiento?
Y es que no todo es la velocidad. No todo se arregla con radares. Lo dice la propia DGT en su interesantísimo documento «Plan de medidas especiales para la seguridad vial de motocicletas y ciclomotores 2019-2020» cuando cita la filosofía del «Sistema Seguro» y la «Visión Cero».
Lo fácil es poner radares. Y escribir informes y planes. Lo difícil es llevar a cabo acciones efectivas y completas. Pero es lo que hay que hacer si se quiere, por fin, «reducir drásticamente» el número de motoristas fallecidos que no para de subir desde 2014. Y por supuesto, conducir con plena atención al tráfico y al puño derecho (utilizando la técnica 60-75). Que en esto todos tenemos nuestra parte de culpa.
Tienes más información sobre los Tramos de Riesgo para Motoristas en la web de la DGT.
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