Poggiali se dedica plenamente a ayudar a sus pupilos a alcanzar su máximo potencial, actualmente en Ducati.
La historia de Manuel Poggiali es un relato de triunfos, desafíos y una dedicación inquebrantable al mundo del motociclismo. Nacido en San Marino, esta pequeña república conocida por su gran amor por las carreras de motos, Poggiali ha pasado su vida entera inmerso en la cultura y la pasión por este deporte. Desde sus humildes comienzos hasta convertirse en un bicampeón del mundo, su viaje es una inspiración para muchos.
Poggiali hizo historia en el mundo del motociclismo al ganar dos títulos mundiales, primero en la categoría de 125cc en 2001 con una Gilera, y luego en la categoría de 250cc en 2003 con una Aprilia. Estos logros no solo destacan su destreza en la pista, sino también su determinación y dedicación. Como él mismo lo expresó, su vida ha sido “enteramente dedicada a la pasión por las carreras de motos”.
Tras retirarse como piloto en 2008, Poggiali se aventuró en una nueva fase de su carrera, esta vez como entrenador de pilotos. En este nuevo papel, ha llevado su experiencia y conocimiento a una nueva generación de competidores. Reflexionando sobre esta transición, Poggiali señala: “Quizás no ofrecerá emociones únicas e incomparables como correr, doblar, escaparse al límite… pero ofrece la posibilidad de seguir en cierto sentido estando en el camino”.
Su compromiso con el deporte y sus pilotos es evidente en cada aspecto de su trabajo. Desde identificar los problemas críticos hasta trabajar en soluciones para mejorar el rendimiento, Poggiali se dedica plenamente a ayudar a sus pupilos a alcanzar su máximo potencial. En sus propias palabras, explica: “Trato de ver cuáles son los problemas críticos más importantes que tienen nuestros pilotos y entender mejor lo que está pasando”.
“Creo que lo mejor siempre está por llegar”
La continuidad en el equipo Gresini ha sido fundamental para su éxito. Como Manuel Poggiali señala, el secreto radica en mantener la misma estructura y confiar en las personas que han estado ahí desde el principio. Como él mismo explica: “Probablemente sea la continuidad en estos casos la que da mejores resultados porque sabes lo que tienes en tus manos, conoces cada coma, sabes dónde mejorar y dónde mantener.” Poggiali enfatiza que, si bien el cambio puede ser necesario en algunas circunstancias, cuando una estructura funciona bien, la continuidad es la mejor opción. Esta filosofía ha sido clave para el rendimiento constante del equipo Gresini en los últimos años.
Cuando se le presentó la oportunidad de unirse al equipo Ducati oficial, a Poggiali se le planteó un dilema: la noticia del fichaje de Marc Márquez por el equipo Gresini. Ante esta situación, muchos podrían haber considerado posponer su traslado. Sin embargo, la llamada inesperada de Gigi Dall’Igna, una figura respetada en el mundo del motociclismo, lo convenció de seguir adelante con su decisión. Como él mismo menciona: “Honestamente, cuando llegó la llamada de Gigi Dall’Igna… fue difícil para mí no subirme a ese tren que me llamaba.” Para Poggiali, la oportunidad de trabajar con alguien a quien respeta y admira fue demasiado tentadora para dejarla pasar. Esta elección demuestra su compromiso con el crecimiento profesional y su determinación para aprovechar las oportunidades que se le presentan.
A pesar de los desafíos, el legado de Poggiali como piloto y entrenador sigue siendo una inspiración para muchos en el mundo del motociclismo. Su dedicación, pasión y determinación son un recordatorio constante de que el éxito no solo se encuentra en la victoria en la pista, sino también en el impacto que dejamos en las vidas de los demás. Como él mismo lo expresa, su ambición y deseo de crecer nunca se desvanecen: “Siempre trato de ver aspectos que se pueden mejorar… creo que lo mejor siempre está por llegar”.
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