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El de cuando Schwantz se subió a una 500cc por primera vez

7 May. 22 | 19:45
Schwantz

La temporada de 1986 empezaba para Schwantz con mucho más optimismo, se presentaba una situación en la que podía dar un paso adelante. El Suzuki Yoshimura había conseguido mayor presupuesto al contar con él en sus filas.

Sus actuaciones la pasada temporada habían llamado la atención de propios y extraños e incluso Yamaha intentó “robarle” el piloto a Suzuki. Schwantz decidió quedarse. Aparte de contar con la confirmación económica para realizar toda la temporada, tenía nueva moto. Suzuki sacaba a la luz la mítica GSX-R 750.

Los inicios no fueron fáciles, como suele pasar hubo que centrarse primero en afinarla antes de sacar todo el provecho. En el AMA Superbike se mediría a los dos pilotos oficiales de Honda, Fred Merkel y a Wayne Rainey. Aunque se asocia a Rainey con Yamaha, lo cierto fue que sus éxitos en Estados Unidos antes de desembarcar en los Grandes Premios, fueron con Kawasaki y Honda.

La primera cita importante del año eran las 200 millas de Daytona, donde Schwantz se hizo con la segunda posición, sólo superado por el campeón de 500cc Eddie Lawson y su Yamaha. Acabando delante de los que teóricamente serían sus rivales en el AMA Superbike, Merkel y Rainey. Y lo hizo luciendo su mítico 34.

El campeonato AMA Superbikes sería frustrante, debido a la fragilidad de la nueva Suzuki GSX-R. El título fue para Fred Merkel. Fue de menos a más, tuvo que encontrar las satisfacciones fuera de Estados Unidos y bien que las encontró: con el Trofeo Transatlántico y debutando en el Mundial de 500cc.

¿Qué es el Trofeo Transatlántico? Era un campeonato que nació en 1971 y que enfrentaba a pilotos norteamericanos contra británicos en varias pistas de las islas durante las fiestas de pascua. Era un envite por equipos, antes de empezar el Mundial que servía como puesta a punto. De manera oficial se disputó hasta 1987.

Kevin Schwantz se dio a conocer en Europa en el mencionado Trofeo Transatlántico de 1986 disputado en Donington Park. Tanto su estilo como velocidad llamaron la atención de todos desde la primera vez que salió a pista. Lo negativo fue que cuando llegó se encontró con que su moto habitual no estaba por decisión del Suzuki Yoshimura, que no enviaba sus motos fuera de Estados Unidos, cuando la mayoría de sus rivales sí contaban con ella.

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Cuenta Kevin que cuando preguntó por la máquina con la que competiría, le enseñaron una vieja y triste Suzuki GSX-R apoyada en una esquina, con el cambio en la mano derecha y un charco de aceite debajo de ella. Todo un poema, aquello parecía una broma. Pese a todo, se metió en primera línea y en una complicada carrera con el asfalto húmedo, se hizo con la victoria.

Aquel fin de semana estaba Barry Sheene en el circuito, haciendo labores de comentarista para la televisión. La leyenda de Suzuki, bicampeón de 500cc en 1976 y 1977 quedó impresionado con Kevin. Nunca había oído hablar de él hasta que lo vio en acción sobre la pista de Donington Park. Se acercó y lo conoció tanto a él como a su familia y vio que tenía el entorno adecuado. Sheene le dijo a Schwantz que le conseguiría una 500cc de Gran Premio para que la probase.

Poco más de una semana después se disputaba “The Race of the Year” en Mallory Park donde Schwantz tendría su primera experiencia con una máquina de 500cc de 2 tiempos. Sheene desempolvó del museo una de sus últimas motos, de 1984 y la puso a disposición de él. Curiosamente la mayor leyenda entonces de Suzuki a nivel mundial, Barry Sheene, fue el primero en montar a la futura leyenda de su misma marca en una 500cc.

En Mallory Park se vivieron dos carreras. En la primera se vivió una batalla entre cuatro pilotos hasta la última curva. Kevin parecía que se iba a quedar fuera del podio pero consiguió meterse segundo cuando en los últimos instantes hizo dos impresionantes apuradas de frenada. Se le vio más rápido que a los demás, pero a su vez más inseguro, cometiendo errores. En la segunda carrera no pudo dar un paso adelante en base a la experiencia previa, un problema mecánico le dejó conduciendo una “250cc”.

Tras aquella experiencia Kevin tuvo una charla con Denny Rohan, director del equipo Suzuki Herron que tomaba parte en el Mundial de 500cc. Llegaron a un acuerdo para que estuviera en tres carreras aquella temporada… ¡Los Grandes Premios! Hace dos años había empezado en la velocidad y ahora podía participar en 500cc. No había pensado seriamente en aquella posibilidad hasta que Barry Sheene habló con él unos días antes en el Trofeo Transatlántico. Tras probar en Mallory Park ya estaba decidido.

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Sus primeras carreras en el Mundial de 500cc

Llegaron en 1986, debutando en “la Catedral” de Assen, para después también tomar parte en Spa y Misano. Schwantz debutaría en el Mundial de 500cc el último sábado de junio, como marcaba la tradición de Assen, en un soleado día y sin su dorsal 34. El líder del campeonato, el compatriota Eddie Lawson, le dijo con ironía que había elegido el Gran Premio adecuado para empezar, con una pista tan estrecha que es como si corriese por una acera.

Dos semanas antes se había fracturado la clavícula en Estados Unidos y la salida “al empujón” que desaparecería al final de aquella temporada, fue algo duro. Schwantz recuerda que tuvo que practicar mucho la salida con su Suzuki, la sensación es que pasó más tiempo el fin de semana en aprender a arrancar empujando que en pilotar en sí mismo.

Era una experiencia nueva para él. En carrera salió desde tercera fila tras marcar el 12º mejor tiempo, sólo tres décimas más lento que Petersen y más deprisa que Lewis, sus dos compañeros de equipo. Hizo una gran salida y en la primera vuelta rodó en la zona alta, a rueda de hombres como Mamola o McElnea llegando a estar en sexta posición incluso delante de Lawson, que sería campeón ese año.

La aventura no duraría mucho ya que en la segunda vuelta, en la apurada de frenada tras la larga recta de atrás, se cayó junto con dos rivales. El número 32 no le había traído suerte aunque lo que sí recuerda es que el líder del campeonato, Lawson acabó fuera de pista como él, en la misma curva una vuelta antes. Kevin dijo que tal vez había olvidado el consejo que le dio nada más llegar.

Gary Taylor, figura clave en su carrera deportiva más adelante como responsable del equipo Suzuki, conoció a Kevin y físicamente no le pareció imponente, dudó de sus posibilidades pero cuando le vio en pista quedó muy sorprendido. Dedujo y bien, que su suavidad inicial se debía más a la timidez del chaval que a la carencia de talento.

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Kevin Schwantz seguía participando en todas las carreras que podía y ese mismo fin de semana en Assen, también tomaría una Suzuki RG500 en la categoría de TT F1. Tuvimos el privilegio de ver, y hay fotos que lo demuestran, un enorme duelo contra la leyenda del TT y las Road Races, Joey Dunlop, que se llevaría la victoria. Kevin acabaría segundo, adelantando en la última vuelta apurando la frenada al piloto número uno de Suzuki para este campeonato, Paul Iddon, que tenía un “cabreo de mil pares de narices” por los puntos que le habían robado.

¿Órdenes de equipo? El eterno debate. Aquello no perjudicó en absoluto a Schwantz, que quedó enamorado del “Continental Circus” y todo lo que se movía alrededor del Mundial de 500cc. Tenía claro que sería su objetivo, donde querría estar algún día para correr todo el campeonato. Y de una pista mítica a otra. Su segunda experiencia sería en la pista belga de Spa.

Para complicar aún más las cosas, todos los entrenamientos fueron en seco pero cuando amaneció el domingo había tantas nubes que aún parecía de noche. Cayó un diluvio aquel día. Schwantz se lo tomó como algo positivo, como una oportunidad. Sus experiencias previas en mojado, como cuando ganó el Trofeo Transatlántico, sacaron grandes resultados, así que… ¿Por qué no hacer mucho ruido en su segunda aparición en el Mundial?

Pero entonces en la vuelta de reconocimiento llegó el desastre. Se cayó en la última curva “La Source” y tanto él como la moto deslizaron hasta casi llegar a donde le tocaba salir en parrilla de salida. Por arreglar la moto, perdió la vuelta de calentamiento pero una vez que se encendió el semáforo verde, supo aguantarse sobre su Suzuki número 34 (¡Esta vez sí!) y acabó en 10ª posición, la última que entonces daba derecho a puntos. Fiel a su estilo, había puntuado por primera vez.

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La tercera y última participación de Schwantz en el Mundial de 500cc durante aquella temporada de 1986 llegó en el circuito de Misano. Cambió de Dunlop a Michelin. La temporada siguiente llevaría Michelin con el Suzuki Yoshimura del AMA Superbikes, así que aprovechó para empezar a probar. Tuvo tan mala salida al empujón, que quedó el último y tuvo que remontar.

En un circuito pequeño como Misano fue doblado por el ganador y campeón aquella temporada, Eddie Lawson, pero entró en décima posición, sumando otro punto. Acabaría la temporada en 22ª posición habiendo puntuado en dos de las tres carreras en las que tomó parte. Otra alegría llegó en las 8 Horas de Suzuka donde de nuevo tomó parte con Tsujimoto como compañero. Repitió la posición de 1985 acabando tercero tras las parejas Gardner-Sarron y Dowson-Magee.

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