El mercado de fichajes en MotoGP necesita un cambio, una regulación que limite los momentos de negociación y contratación de pilotos. Una necesidad que urge por varios motivos.
¿Os podéis imaginar a Marc Márquez fichando por otra marca que no fuese Honda? Porque yo no. Y no sólo porque la relación con la marca japonesa sea buena y Marc haya conseguido un entorno ideal para desarrollar su carrera deportiva. Hay algo más, ya que otra marca podría ofrecerle más dinero, un proyecto deportivo ganador y por supuesto, como anteriormente hicieron pilotos como Valentino Rossi, llevarse a todo su entorno de confianza consigo.
En otros deportes tan populares como el fútbol, el mercado de fichajes se restringe a franjas fuera de competición como en verano o en un corto plazo de tiempo, como en el mercado invernal para reestructurar los equipos, por una razón: no alterar la competición, que los profesionales se centren en jugar los partidos.
Puede que este baile de rumores y fichajes haya venido bien a la prensa, para llenar noticias durante este largo invierno, pero lo cierto es que perjudica más que ayuda a MotoGP. En una temporada normal, como pasó hace dos años, se estaría jugando más en los despachos que en la pista, cuando si lo piensas con detenimiento… no tiene sentido.
En el Mundial hasta hace relativamente poco, había una máxima, los contratos empezaban a negociarse a la vuelta de las vacaciones de verano que solía coincidir con Brno. Aquello tenía varias ventajas. La primera era que los pilotos podían centrarse en competir con sus actuales equipos, vivir el presente sin estar pensando en el año siguiente. Si algún piloto joven destacaba, se ganaba una mejor moto y había hueco para él donde mereciera al año siguiente.
Este mercado tan anticipado y encorsetado crea varios problemas. Imaginad por un momento que durante esta temporada algún piloto joven en Moto2 destapa el “frasco de sus esencias”. No sería la primera vez, recuerdo el caso de Simoncelli o incluso de Zarco, que nadie esperaba el rendimiento que finalmente mostraron. Ahora mismo ese talento tendría que esperar hasta 2023 para tener un hueco en un equipo oficial de MotoGP.
Esto de vivir constantemente avanzando el futuro con los contratos, hace que las fábricas apuesten por un piloto para 2021 y 2022 sin saber cómo va a ser su evolución en el rendimiento en este 2020. Hemos vivido el caso de Iannone estos últimos años y… ¿Quien no te dice si por ejemplo Petrucci, que tuvo un final de 2019 malísimo, va a seguir esa línea descendente? KTM se estaría “comiendo” su fichaje hasta finales de 2022.
Por su parte, los pilotos se comprometen con marcas a largo plazo sin saber qué desarrollo técnico se van a encontrar. ¿Y si la marca no soluciona los problemas que le frustran desde mediados del año pasado y otras motos evolucionan mejor? Tanto acelerar el mercado de fichajes para asegurarse el futuro, cuando justamente lo que están haciendo es asegurarse múltiples incógnitas.
Luego nos encontramos los casos recientes de Zarco (KTM) y Lorenzo (Honda). Ambos estaban agobiados porque la temporada no iba bien, por distintas razones, pero sobre todo porque… ¡Les quedaba un año más de contrato y no tenían donde ir! Seguramente Jorge no se habría retirado de la competición, si de manera ágil hubiese encontrado un hueco en Yamaha para poder competir. Y el francés ha dado mil vueltas para encontrar hueco tras romper su contrato con KTM, sin tener un “Plan B” para seguir compitiendo en MotoGP.
Cada día en redes sociales tenemos que leer que Marc Márquez nunca llegará a ser considerado tan grande, deportivamente hablando, como Valentino Rossi. ¿El motivo? Porque no ha ganado con otra marca. Sólo hay dos casos de pilotos campeones en la categoría reina, que cambiaron de marca y fueron campeones de inmediato con la otra. Lo logró Lawson con Yamaha en 1988 y Honda en 1989. Después lo hizo Rossi con Honda en 2003 y Yamaha en 2004. Aunque hay que recalcar un factor clave muy diferente a lo que vivimos hoy en día.
Ambos pilotos ganaron el título y al acabar la temporada, anunciaron su fichaje por la otra marca. Algo inimaginable hoy en día. Fijaos en Andrea Dovizioso o Valentino Rossi, puede que los dos únicos pilotos TOP que aún no han renovado. El mercado se mueve tan pronto que ¿Adónde van a ir? Si esperan a final de temporada para cambiar de equipo, se encuentran con que no hay ningún sitio libre de garantías y que su moto actual ya se la habrán cubierto.
Esto hace que todo quede paralizado. ¿Os imagináis a Marc Márquez haciendo el cambio como Rossi o Lawson en su momento? ¡No puede! Sería tirar un año por la borda. Pongámonos en una hipotética situación: antes de Catar el #93 acepta el reto de firmar por KTM o Ducati, llevándose a todo su equipo técnico de confianza para él. Justo en ese momento habría perdido el campeonato.
¿Qué apoyo, confianza y desarrollo podría darle Honda a su supuesto piloto número 1, sabiendo que a final de año se va a la competencia? Ninguno. La situación del mercado de fichajes actual, obligando a contratar o renovar con tanta antelación, impide la posibilidad de que el actual campeón del mundo salga de su marca actual de una forma ordenada.
Otra cosa bien diferente sería que el mercado empezara a moverse en agosto/septiembre de cara a la temporada siguiente. Que en esos meses se abriera una ventana para fichajes y renovaciones. Así habría margen para que los pilotos que estén haciendo un gran año tengan el sitio que merecen al año siguiente. Se podría valorar mejor a los jóvenes talentos. Ni fábricas ni pilotos irían a ciegas, firmando hoy para empezar a colaborar juntos al año siguiente.
Se evitaría esas tensiones internas de pilotos que están ahora pero que se irán seguro pronto, hagan lo que hagan juntos. No podemos negar que sería una auténtica locura que pilotos como Pol Espargaró, Petrucci o Álex Márquez, que cambiarán de aires en 2021, pudieran hacer una gran temporada en el presente que haría que tomasen otra decisión, hacia otras más justa y adecuada después del verano.
Esta prisa por tener que fichar también ha expulsado a Valentino Rossi del equipo oficial Yamaha. ¿Y si el #46 recupera “punch” y vuelve a ser el mejor de la marca de los diapasones como fue en 2018? Se vería abocado a un equipo satélite y eso que estamos hablando de uno de los mejores pilotos de la historia. No se pueden crear estas situaciones injustas que estamos viviendo ni permitir que lo que ocurre en los despachos a lo largo del todo el año, afecte y desvirtúe la competición.
Es cierto que hasta ahora el mercado totalmente libre ha funcionado bien, pero desde hace ya 5 años no. Cuando los contratos del año siguiente empiezan a cerrarse antes de empezar incluso la primera carrera, todo se complica. No soy quien para decir qué fórmula seguir, pero tal vez el mercado podría abrirse a partir de agosto y cerrarse en diciembre.
De esa forma los profesionales del paddock, equipos y pilotos, podrían centrarse plenamente en la competición durante los dos primeros tercios del año y demostrar donde merecen estar al año siguiente. Sin agobios antes incluso de empezar a competir esa temporada, dando vueltas sobre sitios libres al “juego de la silla”.
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