Nuestro protagonista de hoy viene desde Australia.
Casey Joel Stoner nació en Southport (Australia), el 16 de octubre de 1985 y fue un talento precoz. Ya con 4 años ya tomó parte en su primera carrera en óvalos de tierra. Siempre estuvo por encima de sus rivales y a los 13 años ya había conseguido 41 títulos en su país, dominando a la perfección la conducción con motos «de taco».
Su estilo de pilotaje siempre fue muy agresivo, siendo capaz de sacar el máximo rendimiento desde la salida, una virtud que explotaría a lo largo de su carrera deportiva. En Australia no se puede competir en velocidad hasta los 16 años, así que entonces su familia toma una decisión clave: vende todas sus posesiones y se marcha a Gran Bretaña cuando Casey cumplía los 14.
En su primera experiencia en asfalto participaría en el campeonato británico de 125cc, haciéndose con el título. También participaría en dos carreras del campeonato de España, donde alguien con posibilidades le echó el ojo, Alberto Puig. Así en 2001 formaría parte del Telefónica Movistar Junior del campeonato de España donde acabaría subcampeón. Puig fue clave en sus inicios, ya que aparte de ofrecerle la oportunidad deportiva a Stoner, incluso le dio alojo a él y su familia.
Aquel 2001 debutaría en el Mundial de 125cc en Donington Park, aunque tuvo que esperar a su segundo «wild card» en la carrera de casa, Australia, para sumar sus primeros puntos. Su carrera deportiva entonces no fue ordenada, sino que en 2002 con 16 años, haría su primera temporada completa directamente en 250cc, con una Aprilia del equipo de Lucia Cecchinello.
Tras acabar en un decente 12º lugar, decide bajar a 125cc en 2003 aún dentro del mismo equipo. Mediada la temporada, en Sachsenring, consigue su primer podio, sumando dos más y la victoria en la última carrera, antes de terminar el año en 8º lugar. Su progresión es clara, aunque en 2004 decide aceptar un reto y cambiar de aires: se vestiría de naranja como piloto oficial KTM en 125cc.
Con la marca austriaca ganó otra carrera y acabó quinto el campeonato. Así en 2005 regresa con Aprilia en 250cc, esta vez mucho más maduro. Fue entonces cuando dio un gran cambio, con cinco victorias y diez podios quedó subcampeón del Mundo, sólo detrás de Dani Pedrosa. En 2006 salta al fin a MotoGP con una Honda satélite, de nuevo dentro del equipo de Lucio Cecchinello, que siempre tuvo mucha fe en él.
Empezó como un relámpago, con la pole en la segunda cita en Catar y el podio en la tercera, disputada en Turquía. Después llegaron muchas caídas y le pusieron el apodo de «rolling stoner», quedando octavo en la clasificación final. No estaba mal para un debutante en MotoGP, pero la sensación que daba era que podría ofrecer más. Entonces aparece Ducati, que lo firma como piloto oficial en 2007 para sustituir a Gibernau y domar la Desmosedici de 800cc.
En un histórico año de absoluto dominio, Stoner conseguía el primer y único título hasta el momento para Ducati en MotoGP. Entonces empezó la polémica con las distintas marcas de neumáticos, que desembocó en el «monogoma» que aún se mantiene. A partir de 2009 Bridgestone sería la única marca que suministraría a todos, siendo sustituida por Michelin más tarde a partir de 2016.
Stoner rozó el título con Ducati también en 2008, pero la carrera de Laguna Seca en la que perdió contra Rossi, marcó psicológicamente el campeonato. En 2009 se quedó sin opciones por un problema de salud y en 2010 empezó mal, con una moto cada vez más difícil. Ambos años acabó en cuarta posición. Cuando se enteró que Ducati quiso fichar a Lorenzo, ofreciéndole mucho más dinero que a él, sintió que la marca italiana no le valoraba lo suficiente y decidió cambiar de aires.
Así aterrizaba en Honda en 2011, donde se encontró una moto que se adaptaba a la perfección a su estilo de conducción salvaje. HRC nunca ha hecho motos fáciles, pero que normalmente llevadas al límite pueden rodar más rápido que el resto. El australiano arrasó, consiguiendo 10 victorias y su segundo título de MotoGP.
Empezó 2012 con el dorsal número 1 en el frontal de de su RC213V, pero aunque al principio se situó como líder del campeonato, pronto empezaron a sonar los rumores de una posible retirada a sus 26 años. En efecto, se hizo realidad cuando en la rueda de prensa de Le Mans lo confirmaba él mismo. Se había cansado de todo lo que rodeaba a pilotar una moto y lo mucho que tenía que sacrificar lejos de casa. Su mujer y su pequeña hija, eran factores clave en su búsqueda de la felicidad.
Aquel año peleó por la corona contra Lorenzo pero mediada la temporada, sufrió una grave caída en Indianápolis donde tras un «highside» se fracturó el tobillo. Acabaría el año ganando en Phillip Island, por sexta vez consecutiva y con un podio en el Circuito Ricardo Tormo de Valencia, finalizando tercero en el Mundial tras Lorenzo y Pedrosa.
Con Stoner vivimos uno de esos casos en los que un joven talento se retira antes de tiempo, cuando aún puede ofrecer mucho más. Recuerdo casos como Surtees, Hailwood o Spencer, por distintos motivos, que volvieron a disputar carreras de nuevo pasado un tiempo. Con Casey, año tras año ha habido rumores de su regreso, para hacer algún «wild card» pero finalmente el australiano no volvió pese a estar cerca al ser piloto probador de Honda y de Ducati.
Entre los sueños más húmedos que jamás podremos cumplir, está ver compartir pista a dos pilotos como Stoner y Marc Márquez, pero es que el catalán llegó en 2013, justo cuando el australiano «colgaba el mono». El actual campeón de MotoGP cogió su sitio, siendo la referencia de la categoría desde entonces. Su conducción es parecida, de dos de los más grandes talentos innatos de la historia del Mundial.
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