El padre del nueve veces campeón aplaude el inicio de campeonato de su hijo y el paso adelante de Yamaha en estas primeras carreras. Por todo ello, reconoce que, si Valentino mantiene esta tendencia en las próximas carreras, no ve imposible disputarle el título a Marc Márquez.
El inicio de campeonato de MotoGP de este 2019 parece tener un claro dominador: Marc Márquez. El español, que supo salvar los muebles con nota en Catar y sumar un imperial triunfo en Argentina, ahora llega a Austin, “su” circuito, en el que solo él sabe lo que es ganar en MotoGP. Sin embargo, las primeras carreras del Mundial también han dejado a otro triunfador en la sombra: Valentino Rossi. El italiano, quinto en Catar y segundo en Argentina, parece haber recuperado la buena sintonía con una Yamaha que parece renovada respecto a lo estancada que estuvo en 2017 y 2018.
Por todo ello, Graziano Rossi, padre de Valentino, afirma en una entrevista en el programa “Without Jacket” de Rossini TV que no es descartable que su hijo le plantee un reto a Marc Márquez en 2019. “Después del podio de Argentina, creo que la moto ha dado un paso adelante importante y fue muy fuerte. Solo llevamos dos carreras, pero no hay que preocuparse en exceso, ya que si Yamaha sigue trabajando así y Valentino mantiene su buen estado de forma, creo que puede alcanzar a Márquez”, reconoce el padre del nueve veces campeón.
El origen del 46 de Valentino
Graziano aprovechó la entrevista para responder a una de las grandes preguntas que giran alrededor de su hijo: ¿por qué lleva el número 46? Sorprendentemente, el origen no pasa por él. “Yo no siempre he corrido con el 46. La gente piensa que viene de allí, pero la realidad es otra. Cuando Valentino era pequeño siempre se levantaba a ver las carreras de Japón, y en una de ellas un piloto japonés que salía último ganó llevando el número 46, por lo que decidió usarlo. Que yo también lo llevara no fue más que una mera casualidad”, relata Graziano.
Por último, el padre de Valentino Rossi también describe como vive las carreras de su hijo. Graziano, a su vez, destaca que, en el fondo, no existen grandes diferencias entre la mentalidad que tenía él cuando competía y la que tiene ahora su hijo. “La locura es un punto a favor de un piloto, y es la misma que tenía yo en su momento y durará 20 años más. Todo esto implica tener un poco de miedo. Como padre, vivo las carreras con mucha tensión, especialmente en las salidas y cuando hay algún encuentro cercano en pista con otro piloto”, describe el que fuera piloto de 500cc.
