El coach del de Yamaha confía en que Maverick pueda batir a Márquez y recuerda con mucho cariño su título de 2009
Julián Simón ha sido el último invitado en ser narrador por un día en DAZN, comentando nada más y nada menos la carrera en que se proclamó campeón del mundo en 125cc: Phillip Island 2009. El piloto español destaca lo difícil que fue para él bajar de categoría con el objetivo de ser campeón del mundo entre ceja y ceja. Al final el esfuerzo tuvo su premio.
“Soñaba con ser algún día campeón del mundo y cuando crucé la meta esa sensación de poder lucir el nº1 me invadió. La decisión de bajar de 250cc fue muy buena, no tenía una buena proyección a pesar de verme capaz de hacerlo muy bien y el equipo de Aspar me dio la oportunidad con la Aprilia. Pasan los años y me sigo emocionando con la carrera en la que me proclamé campeón. Te lo dice a ti mismo y note lo acabas de creer”
En ese 2009 el piloto de Villacañas sumó siete victorias de las 16 totales a pesar de competir contra pilotos de la talla de Pol Espargaró, Nico Terol o Bradley Smith. La regularidad fue la clave para conseguir el título y la templanza encima de la moto también jugó un papel muy importante.
“Al bajar a 125 me puse presión para demostrar que era el mejor y siempre quería estar el primero. Por eso perdí muchos puntos al inicio del mundial hasta que gane la carrera de Le Mans. Cuando gané en Sachsenring tenía claro que era mi año y en Misano con la caída de Iannone y Pol sabía que era cuestión de tiempo. Solo había que ir sumando”.
Su papel como coach
Tras coronarse en la categoría pequeña, Simón volvió a la categoría intermedia y su rendimiento no fue nada malo. Sin embargo, un accidente con Kenan Sofuoglu lo dejó apartado de la competición al romperle la pierna y tras años intentando volver a su máximo nivel, optó por la retirada. “Me di cuenta que me faltaba la confianza en mí y en la gente que me rodeaba. Cambié muchas veces de equipo y fue una pena dejarlo cuando todavía me sentía competitivo, pero en este deporte esas cosas pasan”. Ahora con su rol como coach de Maverick Viñales está muy feliz, cumpliendo otro sueño, y confía en poder luchar por el título este 2020.
“Inicié con Tito en 2017 como coach y me ayudó un montón, me gustó mucho. También Emilio Alzamora me ayudó al incorporarme en su programa de jóvenes talentos. Cuando llegó la oportunidad de ir a un equipo oficial de MotoGP con Viñales no lo dudé. Ahora mismo estoy como en un sueño con Yamaha. “Esta claro que Marc es el rival a batir pero es una buena oportunidad para los demás. Hay que ser constante y sabemos que Maverick va a estar pletórico. Cuando ha estado así ha ganado carreras y a ser uno de los principales rivales de Márquez”
“El talento de Márquez ya se veía”
Precisamente Simón coincidió en KTM con Marc Márquez y a pesar de su corta edad “ya se le veían cosas”. No obstante, la carrera que más recuerda el toledano es la de Donington 2008, donde el de Cervera consiguió un segundo puesto con tan solo 15 años. “Recuerdo su primer podio en Donington, donde me impresionó. Fue increíble. Ese año yo ya contaba con que estuviera peleando conmigo, lo único que se caía mucho y la KTM también fallaba bastante. Marc ya prometía. Con Maverick pasó lo mismo, cuando ves esos talentos lo ves enseguida”, expresa para finalizar.
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