Marc Márquez llega a Le Mans, el circuito donde hace dos años consiguió la pole y la victoria. El catalán ha opinado acerca de cómo sería pilotar una 500cc.
El Gran Premio de Francia de 500cc y MotoGP se ha disputado desde 1951 hasta en 8 circuitos distintos: Albi, Rouen, Reims, Clermont Ferrand, Le Mans, Paul Ricard, Nogaro y Magny Cours. El trazado de Bugatti Le Mans acogió por primera vez la clase reina del Campeonato del Mundo en 1969 y desde entonces lo ha hecho como Gran Premio de Francia en 33 ocasiones y una solamente, en 1991, como Gran Premio Vitesse Du Mans en sustitución en aquel momento del Gran Premio de Brasil.
Desde el comienzo de la era MotoGP, en 2002, los pilotos españoles han ganando en 12 ocasiones en Le Mans. Entre los que siguen en activo, destacan las tres victorias de Marc Márquez (Repsol Honda Team) en 2014, 2018 y 2019. Para Marc Márquez, la primera victoria en Le Mans en la clase reina llegó en 2014. Fue entonces la quinta de nada menos que diez victorias consecutivas que consiguió aquella temporada, en la que logró su segunda corona de MotoGP.
Vuelta al pasado
Marc Márquez llega a Le Mans después de concluir 9º hace dos semanas en Jerez; la segunda carrera del piloto tras su larga recuperación. Ese progreso le llevó a reducir su distancia en meta con el ganador respecto a su primera carrera hace sólo un mes en Portugal. El piloto del Repsol Honda no pudo competir el pasado año en Le Mans, aunque en su anterior participación en 2019 se hizo con la pole position y la victoria. El catalán ha opinado sobre probar una de las legendarias 500, donde en Le Mans precisamente otro gran piloto de Honda, Mick Doohan, logró la victoria en 1994 y 1995.
“Pilotar una Honda NSR 500, por ejemplo la de Doohan o Crivillé, sería muy difícil al principio. Sería muy físico; todos los pilotos de la era contemporánea ya nos hemos criado con la electrónica, que ayuda, pero también dificulta las cosas según el caso. Pero estaría bien hacer una carrera tipo ‘old school’ con motos más antiguas porque seguramente al aficionado le gustaría. Le Mans es tradicionalmente un circuito en el que hay muchas frenadas y en el que hay que estar muy atento a la meteorología, ya que puede llover en cualquier entrenamiento. Para ir rápido, se puede marcar la diferencia en toda la parte del final de recta y toda la parte anterior a la entrada en meta“, comentaba el español.
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