La madre de Marc Márquez ha desvelado en un documental cómo es ser la madre de dos campeones del mundo y cómo lo vive ella.
Con motivo del día de la madre, Roser Alentá, madre de Marc y Álex Márquez, ha protagonizado el documental ‘Incondicional: Marc Márquez: historia de una madre’ emitido en DAZN. En él, la madre de los dos campeones de Cervera desvela cómo vive ella el día a día de sus hijos deportivamente, además cuenta un sin fin de anécdotas que nos hacen entender el carácter y talento de ambos hermanos.
Roser revela que los recuerdos de Marc en su infancia eran de circuito en circuito. La madre de los Márquez recuerda cómo fue la primera vez que Marc tuvo una moto. “La pidió a los Reyes Magos y quería una de gasolina con un casco que le iba tan grande que le daba vueltas y las botas le subían de la rodilla y no podía doblarlas. Le tuvieron que poner ruedines para ir a los circuitos“.
Además, Roser hace hincapié en que Marc Márquez nunca ha tenido miedo. “La primera vez que se montó en la moto no tenía miedo a nada, hace las cosas por instinto, no lo piensa“, afirma. Esto es algo que confirma Marc, que considera que si no hay riesgo no hay recompensa. Sin embargo, esto le hace sufrir mucho a su madre ya que este riesgo implica que se caigan. Tanto Roser como Marc Márquez recuerdan con especial congoja la de Mugello 2013.
Roser Alentá: “Veía a Marc cómo tocaba el suelo, parecía ‘Pepe el bayeta'”
Roser Alentá explica que ella es incapaz de ver las carreras de sus hijos en pista. “Una vez me engañó Álex. Veía a Marc cómo tocaba el suelo, parecía ‘Pepe el bayeta’. Se me saltaban las lágrimas. Dije: ‘Álex, llévame al box’. La primera vez y la última“, recuerda. La madre de los Márquez afirma que ella prefiere ver las carreras sola y por la tele junto a una botella de agua para quitarse los nervios.
Marc Márquez también ha querido dedicar unas palabras a su madre. El mayor de los hermanos agradece a su madre todos los sacrificios que ha hecho a lo largo de su vida para que ellos pudieran conseguir sus sueños. Además, reconoce que hasta que él no tenga un hijo o una hija no va a ser capaz de entender hasta donde ha entregado su madre por ellos. “Hace las cosas sin pedir recompensa“, concluye Marc sobre su madre.
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