Alex Briggs es mecánico de Rossi desde hace tiempo, y por lo tanto lo conoce muy bien como cuenta para Tutto Motori.
Para empezar a hablar de Valentino Rossi, Briggs cuenta cómo fue conocerlo la primera vez que trabajó con él como su mecánico. “Nos dijeron que este chico llegaría, yo sabía lo que había ganado, pero ya sabes… Éramos un poco arrogantes con los chicos junior, no nos importaba lo que había por debajo de los 500, y creo que a Valentino le gustó el hecho de que no le viéramos ya como un talento emergente”.
La forma de ser de Rossi es algo que, según Alex Briggs, te envuelve y te transmite cosas positivas. “Vale tiene una personalidad que de alguna manera te atrapa. Sonríe, te involucra, es un buen tipo. Para Valentino, ganar era importante, pero lo más importante era disfrutar de la victoria y de la carrera. Le he visto bajarse de la moto después de un segundo o tercer puesto, muy contento por cómo ha corrido, mientras en el garaje estábamos convencidos de que volvería enfadado. Le encantaban las carreras”.
“Para Valentino, ganar era importante, pero lo más importante era disfrutar de la victoria y de la carrera”
El mecánico de Valentino le define como alguien con quien pasar un buen rato de charla, pero que no cambia mucho fuera de televisión a lo personal. “Todo el mundo te pregunta cómo es realmente Valentino. Hay quienes quieren oír que es un tipo normal y quienes quieren oír que es un completo gilipollas. La verdad es que le apasionan las carreras, cuenta historias increíbles. Es uno de esos tipos con los que quieres cenar. De todos modos, es bastante parecido a lo que se ve en la televisión. Especialmente con nosotros, es realmente él mismo”.
La mentalidad de los pilotos es difícil de adivinar, y Briggs se refiere a la prensa. “La gente no sabe exactamente lo que quiere de los deportistas: dicen que deben dejarlo cuando están en su mejor momento. Pero, ¿por qué alguien haría eso si ama su deporte? Si sientes que eres el mejor del mundo ese año, ¿por qué ibas a dejarlo? ¿Para quién sería bueno, exactamente? Luego la misma gente se lamenta: ‘Ah, era bonito cuando corría’. También están los que dicen que ocupan el lugar de otro. Hay gente que corre durante quince o veinte años y nunca llega a ese nivel, pero nadie se lo pregunta”.
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