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Yamaha: año crucial para frenar la crisis

3 Feb. 19 | 20:00

Yamaha afronta su primer año tras la gran crisis de 2018, en la que vivió la peor racha de su historia. Ahora Rossi y Viñales confían en revertir la situación.

La temporada 2018 de MotoGP pasará a la historia como el año en el que Yamaha vivió su sequía más larga sin victorias en la categoría reina de toda su historia. 25 Grandes Premios pasaron desde la agónica victoria de Valentino Rossi en Assen 2017 hasta el recital de Maverick Viñales en Phillip Island 2018. 15 meses sin ganar. Demasiado para la tercera marca con más títulos en la historia de la máxima cilindrada -15, sólo por detrás de Honda (21) y MV Agusta (18)-.

Ahora, en la víspera de la presentación -mañana Yamaha hará pública su nueva M1- y con el primer test de la pretemporada a la vuelta de la esquina -del 6 al 8 de febrero en el circuito Sepang-, la sensación de año crucial en la marca de los diapasones es una evidencia. Son tres años sin ganar el campeonato. Tres años en los que ni siquiera han llegado con posibilidades en ninguno de ellos a la dos últimas carreras del año. La última vez que estuvieron tres años sin ganar el Mundial fue a principios de este siglo, cuando entre 1993 y 2003 sólo pudieron ver como Honda ganaba y ganaba sin parar.

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En los últimos meses, la tensión en el equipo ha sido palpable, hasta el punto de que el jefe del proyecto llegó a pedir perdón en una rueda de prensa organizada de imprevisto por el equipo en el pasado Gran Premio de Austria. Esa persona, Kouiji Tsuya, ya no ocupa su cargo, al ser el gran damnificado de la nefasta temporada de Yamaha. Tras dos años en el cargo, fue destituido y su cargo pasará a ocuparlo, a falta de la confirmación de mañana, Takahiro Sumi.

Rossi, durante el pasado Gran Premio de Austria. Foto: MotoGP.com

También hay cambios en uno de los lados del garaje. Maverick Viñales fue, quizás, el piloto que más acusó la falta de competitividad de su moto, pues el catalán pertenece a esa estirpe de pilotos, como Pedrosa y Lorenzo, que les gusta tener todo en su sitio para así ser rápidos. Y con este caos, Viñales no logró resultados. Esa situación provocó la ruptura con su jefe de mecánicos, Ramón Forcada, con el que no llegó a cuajar debido a sus diferencias a nivel personal y profesional. En sustitución, llega Esteban García, con quien Viñales coincidió en 2013, su año de campeón en Moto3, y que viene de estar con Bradley Smith en KTM.

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Los dos pilotos de la marca, Valentino Rossi y Maverick Viñales, se fueron al parón invernal con un mejor sabor de la boca que el año anterior tras las sensaciones que les dejaron los tests de Valencia y Jerez en el mes de noviembre. Viñales fue el más rápido en Cheste y estuvo entre los mejores en el trazado Ángel Nieto; y Rossi, por su parte, no estuvo entre los mejores, pero su capacidad de reacción y adaptación suele ser más rápida que la de su compañero de equipo.

Es un año tranquilo en lo que se refiere a la silly season, pero el rendimiento de la nueva M1 hará que los pensamientos de Viñales y Rossi sobre finales de 2020 puedan variar. Maverick, el primero de los pilotos top en renovar el pasado año, acabó harto de los problemas con la electrónica de su moto y, en caso de que se reprodujese de nuevo en 2019, podría hacerle valorar un cambio de marca para 2021. Rossi, por su parte, contempla dos opciones para el final de este contrato: seguir en MotoGP o colgar el casco. Por sus declaraciones en los últimos meses, no es una posibilidad que Valentino no cumpla su contrato y abandone la competición en 2019, incluso en el peor de los casos, con una Yamaha tan complicada como la de 2019.

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Viñales, en acción en 2018. Foto: MotoGP.com

Como ya se encargó de recordar ayer Uccio Salucci en la presentación del Sky VR46, el primer test de pretemporada en Sepang será clave. Y es que como impera el actual reglamento de MotoGP, los motores quedan sellados antes de la primera carrera y, por lo tanto, no es posible una modificación durante el curso. Ese fue el principal problema de Yamaha en 2018 o el de Honda en 2015: una mala primera elección que les hizo ir a contra corriente durante el resto del año.

Además, Sepang no es un circuito estándar, por sus elevadas temperaturas, y eso puede complicar aún más la elección de un buen motor. Sin ir más lejos, Honda en 2015 arrasó en los dos tests de Sepang, pues su motor estaba muy capacitado para rodar en altas temperaturas, pero posteriormente se vio que en el resto de circuitos, en circunstancias más habituales, el propulsor que llevaban Márquez y Pedrosa era demasiado agresivo, propiciando hasta cinco caídas en carrera del 93 y dando el título a Yamaha, el último que lucen las vitrinas de la marca de los diapasones.

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Mañana, cuando Yamaha presente su moto, la sonrisa estará presente en el rostro de Viñales Rossi, Jarvis y Meregalli, pero en sus cabezas, mientras aguantan todas las preguntas protocolarias, sólo estará el test que comienza el miércoles. Allí esperan estar a su altura. Y si no, al menos tener soluciones para arreglar lo que no pudieron solucionar a tiempo hace 12 meses.