A medida que los vehículos eléctricos ganan terreno en el mundo de la combustión, se amplía el problema de los puntos de carga en las estaciones de servicio.
Los vehículos eléctricos han ganado popularidad en los últimos años. A medida que suben las ventas de vehículos eléctricos, surge la pregunta de qué deparará el futuro a las gasolineras convencionales. El cambio de ciclo en la movilidad es palpable y es por ello que las estaciones de servicio tienen que renovarse y buscar nuevas alternativas.
El largo camino recorrido por la electrificación y la movilidad cero emisiones supone también un desembolso tanto para empresas privadas como para organismos públicos. Todos ellos deben suplir la demanda de puntos de recarga en la vía pública para que tenga sentido el paso a la movilidad eléctrica.
Un desafío para las gasolineras
A medida que el número de vehículos eléctricos crece, son menos los clientes que requieren combustible tradicional. Esto se traduce en una disminución de ingresos de las gasolineras, dando pie a que las grandes petroleras hayan recurrido a la instalación de puntos de recargas en sus estaciones de servicio.
Esta transformación requiere de una gran inversión en infraestructuras, destinando nuevos espacios dentro de las estaciones de servicio, para poder abastecer a los usuarios de vehículos eléctricos. Así, las estaciones se garantizan seguir siendo un punto de parada obligatoria para todos aquellos conductores.
Problemas con los tiempos de carga
A pesar de esta transformación, surge un problema mayor para las estaciones de servicio: los tiempos de carga. Como todos sabemos, el tiempo de repostaje en un motor de combustión requiere de unos pocos minutos, mientras que una carga de un vehículo eléctrico conlleva como mínimo 30 minutos. Y esto sin realizar una carga completa.
Conforme se realice la transición a una mayor flota de vehículos eléctricos, las gasolineras tendrán que ir transformando los surtidores tradicionales a eléctricos. Aun así, el objetivo principal de las nuevas infraestructuras se debe enfocar en reducir los tiempos de carga, incluyendo cargadores de mayor potencia y así agilizar los repostajes.
Servicios alternativos
La movilidad tradicional siempre nos ha llevado a una estación de servicio para poder seguir nuestro camino. El riesgo que conlleva el almacenamiento de combustibles fósiles hacía imposible que pudiéramos repostar en otro punto. Ahora, la movilidad eléctrica ha abierto un abanico de posibilidades para poder cargar nuestros vehículos.
Actualmente, existen en el mercado motos eléctricas con baterías extraíbles, que nos facilita realizar la carga en nuestro domicilio o incluso realizar un cambio de batería en una estación de recarga instalada por las marcas, como sucede con Silence y Acciona. Esta segunda opción es con la que actualmente cuentan las empresas para promocionar unos tiempos de recarga más reducidos.
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