En estas semanas de confinamiento, queremos recordaros una tira de cómics, muy entretenidas y moteras: Joe Bar Team. Os deberían ayudar a pasar un buen rato, sin duda.
No sólo libros y películas, también cómics… y de temática motera, como no podía ser menos. La industria francófona (Bélgica y Francia) del cómic estuvo muy activa durante los años previos y posteriores a la Segunda Guerra Mundial, hasta los años 70 : Spirou, Tintín, Asterix, Lucky Luke, Los Pitufos, teniente Blueberry y muchos más. Entre ellos, Gaston Lagaffe (traducida en España como Gastón el Gafe). Todos ellos fueron fenómenos mundiales con ediciones traducidas en casi todos los idiomas.
Joe Bar Team sigue esta tradición, aunque surge ya más tarde: a finales de los años 80. Fue una colección de cómics, creados en Francia y cuyo autor Christian Debarre, fue piloto de motos los años 70 y 80. Las viñetas de Joe Bar Team se inspiran claramente en los dibujos de Gaston Lagaffe.
Christian Debarre, publicitario y dibujante, colaboraba en la revista francesa Moto Journal y ahí empezaron a publicar sus tiras de Joe Bar Team a finales de los años 80. En concreto, la primera aparición es en el especial “Vacaciones” de la revista, publicado en julio del año 88. Una de las cosas destacables es que las motos de los protagonistas fueron muy fieles a los modelos originales.
Christian se encargó de sacar el primer volumen de la colección, que tuvo un enorme éxito (y el más difícil de encontrar, por no decir que casi imposible) pero luego prefirió apartarse un poco de su creación, que le llevaba mucho tiempo. Pero el relevo fue bien tomado por Stephane Deteindre (Fane), quien hizo la mayoría de lo volúmenes siguientes y luego por Perna y Jenfebre.
La serie de Joe Bar Team consta de una colección de ocho volúmenes. Desde luego, si podéis echarle el guante a alguno de ellos, merece la pena comprarlos. Joe Bar Team dejó de publicar, pero la marca sigue vendiendo merchadising y la colección de libros que aún queda en stock en su tienda online . La colección está ya descatalogada y cada vez hay más dificultades en conseguir volúmenes. En francés aún hay disponibles online por un precio de 9,99€ + costes, aunque seguro que en casa de algún motero veteranos hay alguno de ellos.
La tiras se basan en el bar de Joe, situado en una esquina de París y centro de reunión de los protagonistas, que acuden regularmente a contarse sus batallitas a lomos de sus monturas, todas motos de los años 70 y 80. Os presentamos a algunos de sus protagonistas y sus monturas:
- Pepe Bayeta. Montaba la “salvaje” Kawasaki H1 750cc de 2T. Y como era un fanático de la velocidad, luego se pasó a una Suzuki GSX 750 R
- Jack el Estripador. Montaba una cañera Ducati 900 SS que luego cambió por otra 900 ss, esta vez con cúpula.
- Too Fast Edi, con la más señorial Honda CB 750. Más adelante cambiaría su CB 750 por una Honda CB 1000.
- Jou Cromwell, con una clásica Norton Commando 850. Según avanzan los tomos, Jou se cambiará su vieja inglesa… por otra inglesa; la Triumph 900 Daytona.
- Y finalmente, Joe el del bar, que cuando no está en el bar monta una Moto Guzzi V7.
Estos son los cinco protagonistas de las primeras aventuras. Pero siguieron llegando más protagonistas que se sumaron al grupo de locos y malditos moteros, anclados en los gloriosos años 70.
- Jeremías Puré, en su Harley 883 Sportrack
- Pablo Tirapalante con su Yamaha XTE 660 Supermotard
- Pedro Mapache, montando la bestia de la Yamaha 1200 VMAX.
Hubo más protagonistas y más motos, como la Honda VFR, la Honda CB 1000 o la Suzuki GSXR.
Esta serie fue todo un éxito. Se vendieron más de 6 millones de álbumes traducidos a varios idiomas. Incluso la revista Solo Moto las estuvo publicando un tiempo. Nunca hubo una buena distribución de estos cómics en España, y todos los que los descubrimos las pasábamos ‘canutas’ para conseguir las tiras y los volúmenes. Una de las razones de esta dificultad es que fueron cuatro los autores que se iban turnando en hacer los volúmenes. No había mucha constancia y ninguno se dedicaba en exclusiva a ellos. Iban a ‘arreones’.
En el idioma original (francés) el lenguaje era un “argó” motero muy ligado a las expresiones. La traducción española no fue tan afortunada (igual que pasaba con Astérix), pero finalmente se consiguió un buen equilibrio lingüístico.
Reflejaba perfectamente el comportamiento y espíritu de los moteros de los años 70: piques, risas, alguna caída y siempre compitiendo en las calles, en las carreteras y todo en un tono muy humorístico. De hecho, las aventuras de sus protagonistas ahora, en esta sociedad “medio anestesiada” en la que vivimos, casi llegarían a la censura, dado la cantidad de comportamientos antisociales que se reflejaban. Pero como dice el autor de la mayoría de los volúmenes, Fane “si, ahora podría generar un buen debate sobre seguridad vial, pero era una caricatura nada más, una ficción“. Por cierto Fane sigue usando su vieja Yamaha XT 500, de la que dice que no se separá nunca.
Ahora que hay tiempo libre, aún… si conseguís encontrar alguno, os divertiréis, seguro.
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