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Técnicas de conducción y principios básicos

21 Abr. 21 | 16:00
Foto: Unsplash

Conducir una motocicleta es una experiencia que proporciona una sensación de libertad y velocidad incomparable. Sin embargo, cuando te subes a una moto, también estás exponiéndote a grandes riesgos. Conocer las mejores técnicas de conducción de moto supone la diferencia entre disfrutar del viaje o sufrir las secuelas de un accidente

Para disfrutar de la moto con seguridad, es necesario tener claro cuáles son los principios básicos y las técnicas para conducirla de la manera más segura tanto para uno mismo, como para el resto de los conductores. A continuación vamos a repasar los conceptos de campo de visión y proyección con la mirada, así como técnicas de paso por curva y frenado.

Control del campo de visión al conducir una moto

Cuando se conduce una moto es indispensable desarrollar la visión periférica. Sin embargo, durante la conducción, así como en momentos de ansiedad, nuestra atención se concentra en un punto muy concreto. A este fenómeno se lo que se conoce como “efecto túnel”. La vulnerabilidad de los motociclistas hace indispensable que éstos sean capaces de tener un control global de lo que está pasando a su alrededor, debido a que, en caso de tener un accidente, las probabilidades de sufrir graves lesiones son muy elevadas. Acostúmbrate a prestar atención a todo tu campo de visión, evitando el “efecto túnel”.

Centra la mirada allí donde quieras ir

Además del uso de los retrovisores, un leve giro de cuello te permitirá confirmar la situación de la carretera a izquierda y derecha, eliminando cualquier ángulo muerto, especialmente, durante las maniobras de incorporación y cambio de carril. El principio de “allí donde miramos es allí donde vamos” tiene lugar más en las motos que en cualquier otro vehículo. Cuando ocurre un accidente o percibas un obstáculo en la carretera, debes centrar tu mirada en el camino cuya trayectoria te permita esquivar el peligro de la forma más sencilla posible.

Siempre puede haber imprevistos en la carretera: Un peatón que cruza la vía por donde no debe, un coche que da un giro brusco e inesperado, o un bache que sólo puede ser percibido a corta distancia. En lugar de fijar tu mirada en ellos, debes buscar inmediatamente una trayectoria alternativa. De lo contrario, las probabilidades de colisionar se incrementarán notablemente.

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Adapta tus ojos durante la conducción nocturna

La iluminación que proporciona una moto durante la noche es considerablemente inferior a la de un coche. En las salidas nocturnas, es conveniente comenzar la marcha con calma, para posibilitar que tus ojos se adapten a las condiciones de baja visibilidad. Por otra parte, ten en cuenta que cuando se conduce a alta velocidad con una moto de gran cilindrada en los pasos por curva, el ángulo de inclinación de la mirada es bastante bajo. Esto puede dar lugar deslumbramientos generados por los focos de otros vehículos y la consiguiente pérdida de control de la moto.

El paso por curva. Fases fundamentales y técnicas de frenado

El paso por curva en una moto se compone de 3 fases fundamentales: Frenada, giro y aceleración. Antes de entrar en la curva es imprescindible anticipar las características de la misma para poder optimizar la trazada sin necesidad de realizar ajustes durante el proceso. Eso implica analizar el grado de curvatura, el peralte y el nivel de visibilidad durante la salida. Preferiblemente, la frenada ha de realizarse de forma progresiva y, especialmente, al final de la recta, siempre colocando la moto en el exterior de la curva; es decir, junto al arcén o en el centro de la calzada, según se trate de una curva de izquierda o derecha. De esa forma, se garantiza que la salida al final de curva tiene lugar por la parte interior del carril y con una trayectoria mucho más rectilínea.

Foto: Unsplash

La frenada siempre debe realizarse antes de iniciar el giro e inclinar la moto. Una vez se inicia el paso por curvatura y la trayectoria se mantiene estable es cuando puede comenzarse el proceso de aceleración, siempre de forma sostenida y evitando dar gas de forma brusca. Por otra parte, en el caso de curvas cerradas, será necesario mantener una velocidad constante, hasta que el giro haya terminado.

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Para la correcta conducción de una motocicleta es imprescindible aprender a utilizar ambos frenos. Por regla general, la parte delantera es la que se lleva más carga de trabajo durante las frenadas. No obstante, el uso previo del freno trasero te permitirá equilibrar la moto al limitar la cantidad de peso que es trasladado al tren delantero.

Contramanillar

La técnica de conducción de motos conocida como contramanillar consiste en girar el manillar en la dirección contraria al sentido de la curva. Aunque pueda parecer contradictorio, esta técnica ayuda a tomar la curva sobre una moto. Debe tenerse en cuenta que una motocicleta no gira por el hecho de que la rueda delantera y la dirección estén orientadas en la dirección de la curva, sino como consecuencia del ángulo de inclinación de la moto. Esto es debido a la forma del neumático.

El mayor problema de la técnica tradicional del paso por curva es que requiere inclinar el peso del cuerpo voluntariamente hacia el lado de la curva que se desea tomar para después volver a recolocarlo y enderezar la moto. Esta maniobra puede resultar bastante agotadora físicamente. Por el contrario, al “contramanillar” la dirección, se está colocando la rueda en una posición que favorecerá que la moto se incline de forma natural hacia el lado de la curva. De esa manera, la moto caerá suavemente sin necesidad de que traslades el peso de tu cuerpo, lo que supone un gran ahorro de esfuerzo físico.

Técnicas de gestión de los imprevistos

En aquellas situaciones en las que se está conduciendo al límite de la capacidad de atención, o incluso por encima de ésta, no sólo se está aumentando las probabilidades de tener un percance en la carretera, sino que también se está limitando la capacidad de reacción ante dichos percances. Cuando tu capacidad de atención es sometida a un gran nivel de exigencia durante la conducción, cualquier imprevisto se convierte en un obstáculo “insuperable”. Esta sensación es lo que normalmente se conoce como pánico.

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A menudo, se cree que la causa del pánico en la conducción es la aparición de un fenómeno imprevisto. Sin embargo, la raíz del problema radica en el hecho de no ser capaz de percibir y analizar la nueva situación con el tiempo suficiente, debido a que la atención estaba totalmente puesta en el resto de la conducción. Si quieres evitar este tipo de situación, debes asegurarte de conducir siempre por debajo de tus límites utilizando las técnicas anteriormente citadas.

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