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Si no conoces el contramanillar, no sabes lo que te estás perdiendo

26 Ago. 19 | 15:58
contramanillar, motos de calle
Foto: Joe Neric

La técnica del contramanillar no sólo facilita tomar las curvas, también es una forma de aumentar tu seguridad sobre la moto.

Cada cierto tiempo me ocurre que, en medio de una interesante conversación con amigos después de haber compartido kilómetros repletos de curvas, surge el tema del contramanillar. Generalmente, algún compañero nuevo comenta que le cuesta entrar en las curvas, que no se siente cómodo en medio de la trazada. Cuando uno de los presentes le dice que lo que tiene que hacer es girar el manillar al revés para meter la moto en una curva y los demás no se ríen, su cara suele decir “¿me la estarán jugando?“.

Nos ha pasado a casi todos. Quizá hasta lo recuerdes. Aprendiste a andar en bici gracias a unos ruedines fijados en la parte trasera, que convertían tu primer magnífico vehículo de dos ruedas en otro de cuatro. Corrías de un lado a otro sin ninguna dificultad. ¿A la izquierda? Girabas el manillar a la izquierda. ¿Para la derecha? ¡Fácil, manillar a la derecha!

Desaprendiendo lo aprendido

Y un día, cuando ya ibas con una soltura envidiable, tus padres te quitaron los ruedines y tu bici volvió a ser una bici. Los nervios de subirte a ella, dar pedales con la fuerza que ya habías adquirido con la práctica, los primeros metros, y… al suelo. ¿Cómo pudo pasar si lo tenías todo controlado?

La explicación está en que un vehículo de dos ruedas y una línea de trayectoria se ve sujeta a otras leyes de la física. Lo mismo ocurre con los nuevos modelos de tres ruedas como la Yamaha Niken, pues el sistema de la rueda delantera hace que también se inclinen para tomar las curvas, al contrario que un trike clásico.

Casi todo tiene que ver con las inercias y la “magia” del efecto giroscópico. El mismo que hace que una moto sea tan estable cuando se mueve a cierta velocidad. Una rueda en movimiento sufre fuerzas continuas sobre su eje que hacen que no se caiga a los lados, al igual que le pasa a una peonza o a una moneda rodando sobre su canto. Sin embargo, al intentar girar la rueda hacia un lado, estas fuerzas que estaban equilibradas “protestan” y aparecen otras que actúan en sentido contrario sobre toda la moto.

Así que si te dicen que para girar la moto hacia la izquierda debes girar el manillar a la derecha, la idea ya no suena tan descabellada. De hecho, aunque no seas consciente de haberlo hecho así, tu cerebro sí lo sabe hacer. Por eso tomas curvas con la moto, por eso te caíste de la bici. Así funciona el manillar, es física pura. Todos los motoristas utilizamos la técnica del contramanillar aunque muchos no sepan que lo hacen.

El contramanillar, una ayuda enorme para tumbar la moto

¿Y si ahora aprendieras a hacerlo conscientemente? Las primeras veces es mejor hacerlo con mucho cuidado, en una zona despejada y sin peligro, porque necesitas mucha tranquilidad para convencerte de que funciona. Lo primero que debes saber es que es necesario un mínimo de velocidad, pues es a partir de unos 20 km/h cuando el efecto giroscópico ya se deja notar y por tanto, funciona el contramanillar.

Para no hacerse un lío al pensar hacia dónde girar el manillar, lo más fácil es seguir la norma de empujar el manillar por el lado hacia donde queremos llevar la moto. ¿A la izquierda? Pues empujamos hacia adelante el manillar por su lado izquierdo. Si es la derecha, empujamos el puño derecho con la palma de la mano.

La fuerza a aplicar debe ser súper leve. Da igual que nuestra moto pese varios cientos de kilos, una pequeña presión es suficiente. Justo en ese momento, la moto se inclina obediente e instáneamente, y cuando tengamos la inclinación deseada, dejamos de hacer fuerza. En realidad, el contramanillar aumenta el ángulo de la moto. Después, con la moto tumbada tal y como queremos, ya no tiene sentido. De hecho, entonces sí, la rueda delantera gira hacia donde parecía más lógico, hacia el interior de la curva.

Técnica básica para disfrutar con seguridad

El contramanillar es una herramienta básica de seguridad para cualquier motorista. Hay motos en las que por su ligereza y uso para el que fueron diseñadas no se aprovecha tanto, como scooters y deportivas, pero siempre está ahí para echarnos una mano en caso de que tengamos que hacer un giro rápido y contundente.

Es difícil explicar cómo tantísimos motoristas hemos podido obtener el carnet sin conocer el contramanillar, aunque desde luego no es culpa nuestra. En cualquier caso, si no lo conocías, pruébalo y mejora la técnica hasta hacerlo tuyo, y si ya lo usabas, no pierdas la oportunidad de compartirlo con otros compañeros que lo desconozcan, porque como decía el gran Dr. Infierno en su maravilloso “Manual de pilotaje”, «el contramanillar no es una técnica más, sino que es LA TÉCNICA de la tumbada».

Estarás de acuerdo conmigo en que las curvas son una de las mejores partes de pilotar una moto. Hay momentos contados en los que consigues una perfecta comunión con tu moto, un disfrute superlativo, un subidón natural, cuando ella obedece fielmente tus órdenes y va exactamente por donde tú quieres ir. Si lo has experimentado, sabes de lo que hablo, no puedes evitar sonreír dentro del casco. A mí siempre me pasa entre curvas, y te aseguro que hubo un antes y un después del contramanillar. Yo lo probaría.

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