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PRUEBA | Ducati SuperSport 950, con el ADN de la marca

7 Oct. 21 | 16:00
Foto: Toni Guerrero

Ducati es una marca que evoca deportividad y prestaciones con el simple hecho de pensar en su nombre, una marca en la que prácticamente no ha habido concesiones a motos utilitarias, y que desde prácticamente los años 70 no tiene en su catálogo motos de baja potencia o cilindrada.

Esta filosofía le ha ayudado a labrarse una imagen de marca enfocada a la calidad y las prestaciones, pero también le ha hecho perder a un nicho de usuarios que no necesitan motos tan prestacionales, sobre todo en el segmento de las deportivas, ni tan sofisticadas, siendo incómodas para rodar en carretera abierta, y por qué no decirlo, tan caras.

Foto: Toni Guerrero

Con la idea de acercarse a este público al que habían tenido olvidado, lanzaron la Ducati Supersport, que debutó en 2017, y como veras mas adelante, sin renunciar al ADN de marca. Es una moto deportiva lógica para usar en carretera abierta o en el día a día, que retoma el nombre de la saga iniciada en los 70 que rememora aquellas motos rápidas, pero no tan especializadas y de uso casi exclusivo en circuito como las deportivas actuales que hay en el catálogo de Ducati.

Foto: Toni Guerrero

Pero no por ello han creado una moto lenta o con componentes de baja calidad; eso sí, su precio desciende ostensiblemente si lo comparamos con el de las Panigale con las que comparte hueco en los concesionarios oficiales de  la marca.

Foto: Toni Guerrero

Si nos fijamos en sus líneas podemos ver con un simple vistazo que es una Ducati perteneciente a las últimas generaciones de deportivas de la marca, con su característico doble faro en X con tecnología LED para la luz de conducción diurna y posición, y con un equipo halógeno para la luz de corto y largo alcance que, aunque sea más sencillo, aporta buena luminosidad.

Foto: Toni Guerrero

También incorpora, como es habitual en las deportivas de la marca, un basculante monobrazo que deja la rueda trasera totalmente a la vista y un chasis de entramado tubular.

Foto: Toni Guerrero

Si seguimos observando, incorpora a su vez numerosos elementos que la diferencian de sus hermanas; como el asiento fabricado en una pieza con diferente altura para piloto y acompañante, los semimanillares elevados por arriba de la tija de dirección, unas estriberas posicionadas más adelantadas que en las Panigale para garantizar una postura de conducción más relajada y erguida, una cúpula de mayores dimensiones cuya pantalla es regulable en dos posiciones de altura o una pantalla digital monocromática para la instrumentación.

Foto: Toni Guerrero

Para atraer al público objetivo, se buscó utilizar un motor con una cifra de potencia más comedida que en las superdeportivas de la marca, y para ello recurrieron al que tenían desarrollado para la familia Hypermotard 939, un bicilíndrico en L con cuatro válvulas por cilindro y distribución desmodrómica que cubica 937 centímetros cúbicos gracias a un diámetro/carrera de 94×67,5 mm.

Foto: Toni Guerrero

Con todo esto es capaz de entregar una potencia de 113 CV a 9.000 RPM y un par de 96,7 Nm a únicamente 6.500 RPM, por lo que tenemos un motor con potencia suficiente con una curva de par muy plana y que se siente lleno a cualquier régimen.

Foto: Toni Guerrero

El chasis es también un viejo conocido, ya que se basa en el de la Ducati Monster 821, que se encuentra formado por la unión de tres partes, utilizando el motor como un elemento estructural del mismo. De esta forma queda anclado un bastidor multitubular de acero a la culata del primer cilindro, y el subchasis también de entramado de tubo de acero se ancla al cilindro trasero, consiguiendo de esta forma que las tres partes funcionen como si de un único elemento se tratase y así contener el peso del conjunto que se conforma con 210 kg en orden de marcha.

Foto: Toni Guerrero

Como acostumbran en la marca, el modelo se divide en dos versiones, la Supersport y la más exclusiva Supersport S, por lo que, según la versión, encontraremos diferencias en componentes de la parte ciclo, algo de electrónica y equipamiento. Si nos centramos en las suspensiones, la versión normal monta un conjunto formado por una horquilla delantera invertida Marzzochi de 43 mm multirregulable y un amortiguador posterior Sachs regulable en precarga de muelle y extensión; un conjunto que se muestra suficiente y eficaz.

Foto: Toni Guerrero

Como siempre, para los que buscan ese punto de exclusividad y deportividad, en la versión S se monta un conjunto de suspensiones aún mejor, con un equipo completo fabricado por el fabricante Öhlins, con una horquilla también invertida, pero ahora con barras de 48 mm de diámetro totalmente ajustable y un monoamortiguador trasero que es totalmente regulable y con cartucho de gas integrado.

Foto: Toni Guerrero

Además, en la versión S, se monta un Quickshifter -cambio rápido- que permite subir y bajar marchas sin tocar el embrague gracias a una serie de sensores que se encargan de modificar el encendido y la inyección y una tapa de colín monoplaza que la hace aún más vistosa.

Foto: Toni Guerrero

En los frenos se monta el mismo conjunto en ambas versiones, las pinzas delanteras son las Brembo M4.32 de anclaje radial y cuatro pistones, el doble disco es de tipo semiflotante de 320 mm, y la bomba que comanda el conjunto una bomba también radial Brembo PR. Detrás se encarga de la frenada una pinza de dos pistones que pisa con contundencia un único disco de 245 mm.

Foto: Toni Guerrero

El ABS de origen es el creado por Bosch de intachable funcionamiento, modelo 9MP, que junto con un sistema de control de tracción -DTC- regulable en ocho niveles y tres modos de conducción -Sport, Touring y Urban- que regulan la potencia del motor. Suponen una importante carga tecnológica y un buen aliado en seguridad.

Foto: Toni Guerrero

En general, podemos decir que estamos ante una deportiva racional, o lo más cerca que se puede estar de lo racional en una moto deportiva, de esas que te hacen recordar a las deportivas de los 80´s o 90´s, motos con las que podíamos disfrutar antes de la invasión “RR” en carreteras reviradas, meterlas en circuito, o hacer viajes con ciertas garantías.

Una moto que se ha pensado sin tener el crono en mente, si no la polivalencia y el disfrute en múltiples circunstancias, y que no por ello sea lenta, pesada o de baja calidad. Porque dinamismo y diversión no tienen por que siempre ir de la mano de posturas imposibles y potencias descomunales.

Foto: Toni Guerrero

Equipamiento: Casco Arai, Botas iXS Tour Stiefel

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