Hoy con el australiano Wayne Gardner, que compitió en aquellos salvajes años ’80 donde él destacó por encima de los demás en su valentía.
Wayne Gardner es recordado, aparte de por ser campeón de 500cc en 1987 y leyenda MotoGP, por un estilo de conducción al límite de la física. Al más puro estilo australiano, con más corazón que cabeza, retorcía la Honda NSR 500c cuando daba realmente miedo, sin pensar en las consecuencias.
Su debut llegaría en Assen ’83 con Honda, la marca con la que siempre competiría. Gardner no guarda un buen recuerdo de aquel primer día. El campeón del mundo de 500cc, Franco Uncini, caía en la primera vuelta. Los pilotos le esquivan mientras éste intenta escapar del asfalto “a cuatro patas”. Gardner elige el lado erróneo y le golpea en la cabeza. Uncini pierde el casco al dar una vuelta en el aire y queda inmóvil en el suelo.
El australiano acaba fuera de carrera, pero lo peor es que aquel accidente le marca mucho. Afortunadamente Uncini se recuperó y volvió a competir. Gardner también regresaría en 1984 con varios “wild card”, clasificando siempre entre los siete primeros. En la última carrera, disputada en Anderstorp conseguiría su primer podio. Así fue como dejaría “Honda Britain” para formar parte del equipo Rothmans-Honda, como oficial desde 1985.
Sabía que Spencer con la Honda NSR y Lawson, el líder de Yamaha, estarían en otro nivel, pero se pone como objetivo ser la mejor Honda NS y vencer a sus compañeros Mamola y Haslam. Con cinco podios, el primero de ellos en la cita inaugural de Sudáfrica, acabaría en cuarta posición su primer campeonato completo. Aquel año, además ganaría las 8 Horas de Suzuka por primera vez. A lo largo de su carrera lo haría un total de cuatro veces.
En 1986, ya con una Honda NSR como la de Spencer, debía seguir su evolución sin la presión de ganar, algo que recaería sobre el americano. Lamentablemente Spencer se retira de la competición por sus problemas de tendones en los brazos, haciendo que Gardner pasara a ser el número 1 de Honda. Ahí empezaría su gran rivalidad contra Lawson, su antagonista en Yamaha.
Gardner ganaría su primer Gran Premio en Jarama ’86, justo el día que empezó el fin de Spencer que abandonó cuando estaba escapado en cabeza. Tres victorias y ocho podios en total, le valieron el subcampeonato entonces. Así llegó su gran 1987 donde con Honda lograría el título Mundial de 500cc con siete victorias. Su bravura hacía que su pilotaje fuese impresionante para todos lo que lo disfrutamos.
En 1988 quedaría subcampeón, cediendo ante Lawson. A partir de 1989 y hasta su retirada en 1992 combinó inolvidables luchas, contra una gran generación como Schwantz, Doohan, Rainey o el propio Lawson, con lesiones que le impidieron volver a luchar por el título. En el recuerdo de todos están sus victorias en Phillip Island ’89 o ’90, consideradas de las mejores carreras de la historia.
Su última victoria llegaría en Donington Park ’92, justo el fin de semana que anunciaba su retirada a final de año. Demasiadas lesiones lastraron sus resultados estas últimas cuatro temporadas y es que aquellas 500cc eran casi imposibles de domar. Gardner fue el más salvaje con las máquinas más difíciles de competición jamás vistas.
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