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Steve Baker, estrella fugaz

31 Dic. 24 | 22:00
Baker MotoGP Faltan

Steve Baker, que tuvo un fugaz aunque impactante paso por el Mundial de Grandes Premios.

Los norteamericanos desembarcaron en el Mundial de 500cc a mediados/finales de la década de los ’70, pero más allá de Kenny Roberts, icónicamente el más recordado por sus títulos y por lo que aportó al campeonato, otros llegaron a la vez o incluso antes. Como Pat Hennen, el primero en ganar un Gran Premio. Otro que se adelantó al marciano, de la misma generación, fue Steve Baker.

Baker nació en Bellingham (Washington, Estados Unidos) el 5 de septiembre de 1952. En la temporada 1977 aterrizó en el Mundial haciendo muchísimo ruido, para bien, por supuesto. Aunque los registros digitales de la propia web oficial de MotoGP lo obvie y quiera enterrarlo en el olvido, desde 1977 hasta 1979 existió la categoría mundial de 750cc.

Y en 1977 Steve Baker se proclamó el primer norteamericano campeón del Mundo en Grandes Premios al conquistar los 750cc. A su vez participó en 500cc y como “rookie” mostró una solidez mayúscula, subiendo al podio en 6 de las 8 carreras, para alzarse con el subcampeonato Mundial tras el gran piloto británico Barry Sheene.

Aún se recuerda la determinación la que compitió aquella temporada. Un piloto discreto, sencillo y humilde, un “anti héroe” que competía con sus gafas bajo el casco. En 1975 Baker ya se había dejado ver en Europa, durante una gira que incluía  carreras en Imola, la serie Transatlantic, y el Paul Ricard. En Italia quedó tercero, sufrió una caída en Mallory Park y tuvo una actuación gris en Francia.

En 1976 en cambio mejoró sus registros, venciendo en Venezuela y en Imola, siendo segundo en el Paul Ricard y dominando de forma aplastante de la Transatlantic, con cuatro victorias sobre seis pruebas. Además de la vuelta rápida en Oulton Park y Brands Hatch. Eso unido a los éxitos en carreras en Canadá, hicieron que Yamaha apostase con él para venir a Europa.

1977 fue su año, una estrella fugaz que pasó por el Mundial de Grandes Premios. A su título de 750cc y su subcampeonato en 500cc, habría que sumarle la victoria en las 200 Millas de Daytona con la que empezó la temporada. Un prestigioso éxito en su país antes de “cruzar el charco”, algo poco habitual en los pilotos norteamericanos hasta entonces.

Para 1978 ocurrió lo inexplicable. Yamaha contrató al venezolano Cecotto para optar a los títulos, dejando a Baker fuera pese a lo mucho demostrado el año anterior. Una decisión de despachos, lejos de la justicia deportiva. Los intereses financieros en Venezuela y Sudamérica pesaron mucho en Yamaha a la hora de apostar por el joven talento, en detrimento de Baker que había llegado al Mundial con 25 años de una forma soberbia.

Baker, decepcionado, encontró acomodo en el equipo Suzuki Nava. Dirigido por el piloto retirado Roberto Gallina, que años después conseguiría grandes éxitos con Uncini y Lucchinelli. Lamentablemente la moto de Baker no era oficial y no pudo correr en igualdad a sus rivales más directos. Pasando de ser candidato al título a un segundo plano. Irónicamente sólo conseguiría un podio, en Venezuela, acabando séptimo el Mundial de 500cc.

En Canadá, ese mismo año, tuvo una dura caída en la que se lesionó y le tocó estar cuatro meses fuera de la competición. Una vez recuperado, se encontró sin sitio en su equipo y tras buscar opciones para 1979, finalmente decidió retirarse del Mundial. Queda claro que Baker nació sin estrella ni padrino, ya que tras ser campeón en 1977, en 1978 tuvo que irse a un equipo sin moto oficial y en 1979 se quedó a pie. Nadie quiso apostar por él pese haber demostrado lo rápido que era. Lo que ocurre en los despachos en el motociclismo, contaba y sigue contando mucho.

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