Un piloto italiano que desde los ’80 hasta bien la entrada la década de los 2000 estuvo dando mucha “guerra” en los circuitos.
Pierfrancesco Chili (Bolonia, 20 de junio de 1964) es un recordado piloto italiano con una prolongada carrera deportiva entre el Mundial de Grandes Premios y el de Superbikes. En 1985 fue campeón de Europa de 125cc, saltando directamente al Mundial de 500cc en 1986, dentro del equipo Gallina HB con una Honda NSR.
La falta de talentos italianos para llevar motos de gran cilindrada en esa década, le hizo llegar con apenas 22 años a la categoría reina, muy joven para aquellos tiempos. Desde 1986 hasta 1988 se estableció como un fijo entre los diez mejores de 500cc. Siendo 10º en 1986, 8º en 1987 y 9º en 1988, pero sin llegar al podio en ninguna carrera.
Así llegamos a 1989, una temporada histórica para él, porque aunque empezó mal con dos abandonos, mantuvo una gran regularidad para acabar 6º al final. El momento inolvidable fue el Gran Premio de las Naciones disputado en el italiano circuito de Misano. Debido a la lluvia todos los pilotos oficiales hicieron un “boicot” para no correr, alegando problemas de seguridad, pero Pierfrancesco Chili quería salir y competir ante su público.
Fue el único oficial en participar para llevarse la que sería su única victoria en el Mundial de 500cc. Su cara triste en el podio lo decía todo, no era como lo había soñado. El rechazo de sus rivales de pista, que por seguridad decidieron no tomar parte en la carrera, quedó claro con Eddie Lawson como principal precursor del movimiento. Al año siguiente, en 1990, conseguiría su primer podio en condiciones normales, siendo tercero en el trazado de Laguna Seca. Lamentablemente acabó lesionado y decidió para 1991 bajar a 250cc.
En la categoría del cuarto de litro, con Aprilia, tuvo unas actuaciones destacadas, consiguiendo la victoria en “La Catedral” de Assen y finalizando séptimo el campeonato. 1992 fue aún mejor, optando al título para acabar finalmente 3º en la clasificación general. Tres victorias, seis podios y a veces polémica dentro del equipo, con Max Biaggi como compañero de equipo.
En 1993 su equipo cambiaría Aprilia por Yamaha, para repetir en 250cc. El italiano nunca le cogió el pulso a la moto, que carecía de velocidad punta a cambio de un chasis “de dulce”. Mientras que su compañero de equipo, Tetsuya Harada, se proclamaba campeón del Mundo, Chili estuvo muy lejos de su nivel, con un 4º como mejor resultado para ser 10º a final de temporada.
En 1994 no encontró una moto competitiva para participar en el Mundial y se quedó en casa. Cuando parecía que su carrera deportiva llegaba a su final a los 30 años, en 1995 cambió de rumbo para participar en el campeonato del mundo de Superbikes con una Ducati privada. Consiguió la victoria en Monza y tres podios más a lo largo de la temporada, para acabar octavo.
Además aquel año participó como “wild card” en Mugello ’95, en la categoría de 500cc con una Cagiva. Acabó 10º como despedida en el Mundial de Grandes premios. Prolongó su carrera deportiva en el WorldSBK hasta 2006, retirándose a los 42 años, en uno de los casos más longevos a alto nivel que se recuerdan. Se hizo un hombre importante en el campeonato, consiguiendo en total 17 victorias y 61 podios, pilotando con Ducati, Suzuki y Honda en sus dos últimas temporadas.
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