Carlos Checa, ganador de Grandes Premios y nuestro primer campeón del mundo en WorldSBK.
Puede que la mayoría de los aficionados relacionen a Checa con el número 7 que usó durante años y con el que fue campeón del mundo, pero ese número está reservado a una leyenda que marcó una época en los Grandes Premios, más allá de las pistas. El catalán se dio a conocer a nivel nacional por su brillante actuación en el Open Ducados a principios de los ’90, donde resultó ganador en la categoría de 250cc contra otros ilustres como Gibernau y Cardoso.
En 1993 hizo su debut en el Mundial corriendo varias carreras donde sumaría sus primeros puntos. En 1994, con Honda, haría su primera temporada completa en la cilindrada de 250cc. Así en 1995 llegaría al equipo de Sito Pons, con una moto oficial y aspiraciones de lograr sus primeros podios. Aunque nada salió como él esperaba.
Pese a empezar con un esperanzador cuarto lugar en Eastern Creek, su gran momento llegó de sorpresa mediada la temporada. Alberto Puig, su compañero de equipo aunque en la categoría de 500cc, se lesionaba gravemente en Le Mans. Sito Pons decidía entonces subir a Checa en la Honda NSR de la categoría reina. Aquello que parecía una locura, pronto demostró ser un acierto y Carlos estaba a mayor nivel que en 250cc.
Estuvo a punto de dar un enorme campanazo cuando en la última carrera, disputada en el circuito de Montmeló (su talismán), se escapó dejando atrás a todos sus rivales como Doohan, Capirossi, Cadalora o Crivillé. Lamentablemente se cayó cuando acariciaba el éxito. De todas formas sus actuaciones le hicieron valedor de seguir en 500cc con Pons al año siguiente.
En Shah Alam ’96, carrera inaugural, Checa conseguiría su primer podio, pero después su rendimiento fue bajando. Eso sí, su final de año fue explosivo con aquella memorable victoria en el Gran Premio de Cataluña, sacándose “la espinita” de lo ocurrido el año anterior, para acabar 8º en la clasificación final. En 1997 hizo tres veces segundo, pero se le resistió la victoria.
Su irregularidad le lastraba en la clasificación, pero en 1998, el último con el equipo de Sito Pons, daría un paso adelante. Ese año sería junto a Biaggi, Doohan y Crivillé, uno de los candidatos al título de 500cc, llegando a ganar en Jarama su segunda victoria mundialista. Debido a un accidente todo cambió durante los entrenamientos en Donington Park.
Allí Checa sufrió una caída a gran velocidad, que aunque al principio pareció no ser grave, sí tuvo consecuencias. Le extirparon el bazo y el cuadro clínico fue crítico. Se recuperó mejor de lo que se esperaba y acabó el año sobre la moto, con un contrato con Yamaha oficial a partir del año siguiente con Max Biaggi de compañero. La marca de los diapasones creaba un departamento oficial de carreras y él fue uno de los elegidos.
Estuvo seis años en Yamaha, durante los cuáles vivimos el cambio de 500cc a MotoGP. Logró 13 podios con la marca japonesa y mantuvo una gran regularidad, pero nunca pudo ganar ni optar al título. En 2005 tuvo su última gran oportunidad, al pasar al equipo oficial Ducati y lograr sus últimos dos “cajones”.
Parecía que acababa su carrera deportiva pero entonces surgió una oportunidad, el Mundial de SBK, donde participó desde 2008 hasta 2013. En 2011 con el Althea Racing de Ducati conseguiría llegar a campeón del Mundo. Checa se hizo con 24 victorias en el campeonato de motos derivadas de la serie, siendo nuestro mejor representante y nuestro primer campeón del mundo en SBK, hasta que Bautista tomó el relevo en 2022.
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