Echar la vista atrás, a veces, da un poco de vértigo. Pensar en cómo era todo hace una década y ver que el tiempo ha pasado para todos. Ese ejercicio lo hago con Sergio Gadea (1984, Puzol). Actualmente tiene su propia escuela (Gadea 33 School) en Madrid, donde está formando a niños, incluido su hijo. También tiene un restaurante. Se ha reiventado tras esos maravillosos años en 125cc. En esa época -hablámos de 2009-, Gadea luchaba con Álvaro Bautista, Nico Terol, Héctor Faubel o Maverick Viñales. Una época lejana y dorada para el motociclismo español.
Pregunta: Preparando esta entrevista me he dado cuenta que ya hace 10 años que te retiraste. Yo recuerdo, de niño, verte por la tele luchando en 125cc. Cómo pasa el tiempo, Sergio. “El tiempo pasa, sí. Ya no corro, estoy casado, con un hijo. Los años van pasando y uno se intenta sentir igual, pero ya no es lo mismo”.
P: ¿Ahora qué estas haciendo? “Pues tenemos una escuela, Gadea 33 School. Hace unos años me vine a vivir a Madrid, y teniendo en cuenta la cuna de pilotos que hay en Valencia, de circuitos, de afición, decidí abrir una escuela. Aquí en Madrid la cosa está más parada, algo que me extrañaba ya que tenemos el nombre de Ángel Nieto. No entendía cómo el motociclismo no está tan fuerte. Quise aportar mi granito de arena para que crezca el mundo del motor. Con la escuela estoy encantado. Los enanos disfrutan mucho y cada fin de semana mejoran, hay muy buen ambiente”.
Gadea: “Lo peor que puedes hacerle a Marc Márquez es enfadarle”
P: El objetivo de tu escuela es que los pilotos madrileños también tengan una época en el Mundial como la tuvieron los valencianos, catalanes, etc. “En Madrid no tenemos karting, no hay circuitos. Yo por ejemplo estoy a 70 kilómetros de Madrid. Puedes tener alguna zona para entrenar, pero no es como en Valencia que a 15 minutos tienes un circuito. Creo que es un deporte muy sano. En la escuela está mi hijo y está todo el rato con la bici, aprendiendo a superarse, haciendo equipo. Estoy muy contento. También hemos inaugurado cursos de conducción para adultos, para la gente de calle. Entrenan conmigo, les explico la postura, la seguridad en la carretera y demás. Tanto con niños como con adultos trabajamos la técnica para que puedan ir rápido. Intentamos crear una base con toda mi experiencia y con mis errores”.
P: Paralelamente también tienes un restaurante en Madrid y sigues de ‘coach’. “Sí, pero ahora mismo está todo fatal. Hoy en día, quien diga que le vaya bien, está mintiendo. Monté el restaurante, que era de la familia de mi mujer y hemos estado trabajando muy duro. Muy contento porque es otro oficio que he aprendido del que me siento orgulloso. Toca pelear. Y sí, el año pasado estuve de coach y, sino pasa nada, volveré a serlo esta temporada en Superbike”.
P: Muchas aficiones nuevas pero sigues en el mundillo de las dos ruedas, ¿echas de menos competir? “Corro como aficionado y mantienes un poco esa sensación. Pero no tiene nada que ver. Me encantaría volver estar ahí, con 20 años. Lo que ahora, físicamente, no puedo estar al nivel de un piloto que corre el Mundial. Al no verme tan capaz, la cosa cambia y eres consciente de que no podrías aguantar. Si estuviera al 100%, sería muy duro no correr. Está claro que siempre lo voy a echar de menos, hasta el día que me muera pensaré en esos tiempos”.
Gadea: “Con la escuela estoy encantado. Los enanos disfrutan mucho, cada fin de semana mejoran”
P: Recordamos un poco tu trayectoria. Empezaste en el CEV y a tu lado ya te encontraste a rivales como Nico Terol o Álvaro Bautista. Rivales que más adelante, ya en el Mundial, también tendrías. “Yo empecé a correr con 16 años y todo fue muy rápido. En el segundo año ya era subcampeón y al tercero di el salto al Mundial. Ellos aprendieron antes con la minimoto y demás; yo, tanto los aciertos como los errores, lo pagaba en un Mundial. Ahí no vale fallar. Fue duro por mi parte el aprenderlo todo. Estaba jugando un Campeonato de España y no sabía qué era un ‘stop and go’. Las banderas sí, pero había otras cosas de las que no tenía ni idea (risas). Para mí fue duro pero, a la vez, me hizo muy fuerte porque tuve que aprender y ponerme las pilas”.
P: Todo ello, y casi siempre, de la mano de Jorge Martínez Aspar. “Siempre he tenido el apoyo de mi padre. Una persona muy recta conmigo. Y siempre estuvimos muy agradecidos por cómo se portó Jorge. No te voy a engañar, como cualquier relación hubo momentos buenos y otros malos. Estuve con él cinco años en el Mundial consiguiendo 18 podios, récords en circuitos que aún tengo. Solo puedo darle las gracias. Mi carrera deportiva se la debo a él”.
P: Recogemos otra vez los nombres de Terol y Bautista, pero vamos a sumarle los de Héctor Faubel y Julián Simón. Vaya grupo de pilotos y, la gran mayoría, valencianos. “Al final es donde se crea la base, donde está el nivel y donde van todos. Tiene que ver con que una escuela sea mejor o peor. También influye la cantidad de niños que haya. No es lo mismo trabajar con 300 que con 25. En Valencia se creó una base muy buena y venían hasta de Italia. Llegó un momento en que el Campeonato de España era más importante que el Europeo porque es donde más nivel había. Empezaron a hacer las cosas bien porque ir a Valencia era sinónimo de hacer las cosas bien”.
P: En la actualidad, los valencianos no están muy presentes en el Mundial. Solo se me viene a la cabeza Jaume Masiá. “Son ciclos. Al final la cuna empezó con los valencianos, pero los de fuera vieron cómo se trabajaba y vieron que Bautista, Faubel y yo empezábamos con los tripletes españoles en 125cc. Todos salíamos de ahí. Ahora ya no es un campeonato valenciano, es mundial y hay pilotos de todos lados”.
Gadea: “Mi carrera deportiva se la debo a Jorge Martínez Aspar”
P: Dejas el Mundial en 2011. Lo haces por no tener financiación para seguir corriendo y tras un accidente que te deja bastante marcado en lo personal. “Este mundo tiene dos partes. Una bonita y otra no. La primera es que puedes trabajar de lo que te gusta, viajar por el mundo, ser reconocido. Pero, como siempre digo, en los sitios donde se mueve mucho dinero, no todo es bonito. En todos los trabajos hay cosas malas y a mí, tras años muy buenos, me tocó una parte no tan buena. Todo empieza cuando me estoy jugando el campeonato con mi entonces compañero de equipo, Maverik Viñales. En ese momento debemos abonar un dinero que yo no estoy dispuesto a poner. Tuve la suerte que aparecieron los Nieto, que se negaron a que me fuera estando luchando por el Mundial. Me dieron una moto y tengo un accidente donde casi pierdo la vida. Ahí hacemos un parón, aunque intenté llegar a la última carrera, en Valencia. Fue el año del fallecimiento de Marco Simoncelli, había perdido unos 8 kilos y la familia me pidió que esperase a la próxima temporada. Lo respete y no corrí. Al año siguiente tuve muchas oportunidades de volver, pero siempre pagando y no me entraba en la cabeza hacerlo. No tenía 16 años, lo pensé y prioricé. Llega un momento en el que me dije que ya había demostrado lo que tenía que demostrar”.
P: Por último, comentar un poco contigo el Mundial de MotoGP. Joan Mir como actual campeón, la posible vuelta de Marc Márquez. ¿Cómo esperas este 2021? “Sobre Marc, y por lo que leo, parece que le tienen miedo. Lo conozco y tengo buena relación con él y me lo dice. Lo peor que puedes hacer es enfadarle. Y esa es una magnifica excusa para que vuelva cuanto antes. Marc es el único capaz de volver y seguir siendo el que era hasta hace nada. Veremos qué pasa. Yo tengo ganas de que vuelva y se recupere. Sobre Joan Mir qué decir, es un pilotazo. Todos los que están en MotoGP son increíbles, pero unos saben marcar la diferencia”.
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