El piloto de Aprilia, Aleix Espargaró, habla en una entrevista con RAW sport -bebidaisotónica Bio para deportistas- sobre su hábitos en la alimentación, así como la importancia de una buena preparación para afrontar los largos y duros fines de semana de carreras.
En tan solo 45 minutos de carrera los pilotos de MotoGP pueden llegar a perder un kilo y medio. A todos se nos salta el corazón cuando los vemos volar en la pista a más de 300 km/h. pero ¿Sabías además que el promedio en la frecuencia cardíaca de un piloto está en 170- 185 pulsaciones por minuto? Esto exige tener un corazón fuerte y sano para afrontar el ritmo de cada carrera. La preparación física de este deporte es extrema y, por ello, Aleix Espargaró cuida al detalle su alimentación, además de entrenar cada día, especialmente en bicicleta. Y es que la salud es lo más importante para el piloto de Aprilia.
Pero, como amante del deporte, no descarta tampoco otras modalidades. De hecho, hace no mucho, el de Granollers se adentraba en una nueva aventura: el desafío de Colina Triste, una prueba de mountain bike del calendario UCI S1. Allí, Aleix pudo seguir entrenándose para llegar en su mejor nivel físico al Mundial de MotoGP, donde ya ha podido hacer historia con su marca, siendo el primer piloto que daba a la casa de Noale en la nueva era de las motos pesadas. Durante su participación en la prueba, RAW Sport, la isotónica Bio para deportistas que le patrocina, tuvo la oportunidad de hablar con el piloto sobre sus primeros recuerdos sobre una moto, además de la importancia de una buena nutrición en este deporte.
“Tener detrás a toda una fábrica tan grande como Aprilia supone muchísimo desgaste”
“Mi primer recuerdo (con las motos) es super familiar. Luego se convirtió en un trabajo, pero al principio era como un hobby. Salía por la montaña a hacer enduro con mi padre y con mi hermano, siempre íbamos los tres. Es un recuerdo muy familiar, muy de casa. Ahora que soy padre y que llevo tiempo fuera de casa, es un recuerdo muy familiar”, comenta Aleix Espargaró sobre sus primeros pasos en moto, que empezaron con tres años. Sin embargo, y pese al paso del tiempo, las sensaciones al subirse a una moto siguen siendo las mismas: “Es una sensación de felicidad, de adrenalina. Necesitas mucha concentración, pero sobre todo de felicidad. Al final, la moto es lo que más me gusta desde que tengo tres años. Soy muy feliz encima de una moto”.
Pero, si no hay moto, siempre le quedará la bici, como gran aficionado que es. Y, lo cierto, es que le ayuda en muchos aspectos de su día a día: “La que, quiero pensar, en la primera, es el físico. Soy de los pilotos más altos de la categoría y, el hacer cardio tan sumamente duro, te permite estar muy fino y duro para las carreras de motos. La segunda razón, que para mí no es tan importante, pero creo que en realidad sí lo es, es a nivel mental. Una vía de escape donde soy muy feliz, donde estoy en mi mundo concentrado, pero sin la presión y los nervios que suponen las motos. Es verdad que es mi pasión, pero también es mi trabajo y tengo mucha presión, muchos nervios. Tener detrás a toda una fábrica tan grande como Aprilia supone muchísimo desgaste y con la bici es como que me inhibo y disfruto mucho”.
Vídeo de la entrevista completa con RAW Sport:
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