Existen ciudades de Europa donde los dispositivos de control de velocidad de encuentran acompañados de “radares de ruido”. Ginebra (Suiza) ha sido la pionera en implantar este tipo instrumentos con el objetivo de identificar los vehículos más ruidosos para sancionarlos, e incluso, sacarlos de la circulación.
La normativa europea pretende hacer frente a uno de los principales problemas de salud pública que tenemos en las ciudades como es la contaminación atmosférica y la contaminación acústica. Es por ello que cada vez las normativas son más estrictas y se está implementando el uso de esta combinación de dispositivos.
La contaminación acústica es tan perjudicial como la atmosférica, y es que las personas que se encuentran expuestas a altos niveles de ruido pueden desarrollar enfermedades cardíacas o incluso algunos tipos de diabetes y se estima que causa hasta 10.000 muertes prematuras en Europa. Así que no es de extrañar que el gobierno regional de Ginebra haya implantado esta normativa ya que, según indica Auto Motor und Sport, al menos el 60% de los residentes de esta ciudad se encuentran expuestos a altos niveles de ruido.
El funcionamiento de estos radares de ruido es similar al de los dispositivos de control de velocidad. Por un lado detectan el volumen de vehículos que circulan por las calles y, por otro, registra a aquellos vehículos que excedan el límite de decibelios (este nivel dependerá de la normativa de cada ciudad). Así, estos radares fotografiarían a aquellos vehículos que infrinjan dichos límites para que las autoridades procedan a sancionarlos e incluso, dado el caso, retirarlos de la circulación.
Mejor calidad de vida
Suiza no es el único país que se muestra partidario en el uso de estos radares. Una ciudad de Francia llamada Saint-Forget, cerca de París, también ha instalado estos dispositivos con el fin de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Además, iniciativas similares podrían implantarse también en otras ciudades europeas como las españolas.
Según un estudio publicado el año pasado, elaborado por el Observatorio de Salud y Medio ambiente del Instituto DKV de la Vida Saludable, el 80% de la contaminación acústica de las ciudades está ocasionada por el tráfico. Barcelona es la ciudad con mayor contaminación acústica de España, mientras que Madrid es la segunda.
Para hacer frente a esta problemática el Instituto DKV planteaba medidas como la reducción del límite de velocidad máxima en las vías urbanas, pasando de 50 a 30 km/h. Esto ya se ha impuesto por ejemplo en Madrid con la entrada en vigor de la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible el pasado mes de octubre y que la DGT está valorando implantar a nivel estatal. Pero, ¿sería posible encontrarnos con este tipo de radares en nuestro país?
Teniendo en cuenta que es una medida con gran aceptación en Europa, la nuevas ordenanza de Movilidad Sostenible en la capital, la nueva normativa que quiere implantar la DGT y a las multas por contaminación que está llevando a cabo la comunidad europea con los países con altos niveles de contaminación, no sería para nada descabellado pensar que en un futuro nos encontremos con estos radares en nuestras ciudades.
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