La marca italiana MV Agusta ha renovado la Superveloce 800 y S, adaptándola a la normativa Euro 5 y mejorando la electrónica.
Sin duda, MV Agusta cuenta con una de las motos más atractivas del mercado actual. Las líneas redondeadas al más puro estilo italiano y el acabado con un aire retro la convierte en una moto de culto, un modelo de deseo para todos los apasionados al mundo de las dos ruedas. Una obra de arte más de las que crea la marca de Varese.
El modelo, presentado en el salón de Milán en 2018 y comercializado por la marca desde 2019, ha sufrido una pequeña actualización que no va más allá de la adaptación a la normativa Euro 5, obligatoria en todos los modelos actuales, una electrónica mejorada y unos cambios en la paleta de colores.
Manteniendo los 147 CV de potencia
A pesar de la adaptación a la normativa Euro 5, la firma de Varese ha logrado mantener intacto su bloque motor. Seguimos encontrando un tricilíndrico en línea de 798 cc, que ofrece una potencia de 147 CV y 88 Nm de par. La revisión hecha no ha ido más allá de esta pequeña adaptación para poder continuar con su venta.
Eso sí, la adaptación ha conllevado una reducción en la fricción interna, a través de un tratamiento DLC y nuevas guías de válvulas de titanio. La centralita se ha calibrado para reducir las emisiones y se ha añadido un radiador de aceite que mejora levemente la refrigeración. Por último, la línea de escape y los inyectores son totalmente nuevos.
Con kit Racing disponible
Si hablamos del escape, aunque una parte de él se haya rediseñado, MV Agusta nunca pierde la esencia de su diseño. Sigue manteniendo las tres salidas de escape pero la terminación del silencioso pasa a ser más puntiaguda, similar a los de la gama Brutale, actualizada también este año.
Opcionalmente, la MV Agusta Superveloce S se puede adquirir con un kit Racing, que se compone de un asiento monoplaza acompañado del colín deportivo, y un escape Arrow acabado en negro mate, con tres salidas, dos a la derecha y una a la izquierda, así como un mapeado específico. Sin duda, será todo un acierto para completar la deportividad de este modelo.
Chasis más rígido
La parte ciclo del modelo no ha sufrido cambios. Sigue montando la horquilla invertida Marzocchi de 43mm delante, monoamortiguador Sachs detrás, así como doble disco de 320mm y pintas de 4 pistones delante. Detrás nos encontramos con un disco de 220mm con pinza de doble pistón. Sin duda tiene las cualidades necesarias para ser eficiente en curvas y frenadas.
Por su parte, el chasis sigue siendo de tubos de acero combinados con placas de aluminio. Ligero y eficiente. Pero los de Varesse han ido un paso más allá, rediseñando las placas para que el chasis sea un poco más rígido, mejorando su capacidad al soportar estrés longitudinal. El peso del conjunto es de 173 kg, que se reduce hasta 165 kg si montamos el kit Racing.
Nueva gama de colores
MV Agusta también ha revisado el equipamiento electrónico del modelo. El nuevo paquete de ayudas, apoyado en la plataforma e-Novia de la marca, ayuda a controlar el ABS con accionamiento en curva, el control de tracción o el antiwheelie, entre otros. Podremos seleccionar los parámetros a través de la pantalla TFT de 5,5”, que incluye también conectividad con Smartphone y función mirroring para el GPS.
Por último, y no menos importante, la nueva gama de colores no nos dejará indiferente. MV Agusta ha incluido en la gama S una carrocería en blanco con detalles en oro, como son el chasis y las llantas. La versión normal también incorpora un nuevo acabado en amarillo, además del clásico rojo. El precio se mantiene sin cambios, arrancando desde 20.000 euros para la versión normal y 23.600 para la S.
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