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Cómo reducir la siniestralidad; episodio 1: Tú, el motorista

26 Abr. 21 | 16:00
Motorista mimando a su moto
Foto: Anh Trần

Que una moto sea segura depende principalmente del motorista. Analizamos la importancia del factor humano y qué está en nuestras manos para tratar de evitar los accidentes.

En siniestralidad existen tres componentes: la vía, el vehículo y el humano. Este último factor es el más relevante, y en el que podemos actuar directamente, practicando una conducción segura, consciente, activa, defensiva y preventiva. Decirlo es sencillo, llevarlo a cabo no tanto. Porque hay que traducirlo en decisiones y cálculos continuos y correctos. Siempre, en todo momento, porque cualquier error, puede pagarse muy caro, y como ya sabes, en moto aún más.

Seamos claros. La inmensa mayoría de motoristas conduce correctamente. Ya sea por trabajo o por pura diversión, nadie tiene la intención de hacerse daño. Hacemos lo que podemos con nuestra formación y experiencia. Pero hay veces en las que cada uno de nosotros desconoce qué hacer en una determinada situación, cómo anticiparse, o no tiene la suficiente destreza para salir airoso de ella. También cometemos errores. Esa es una de las claves de los accidentes de moto. Cualquier buen motorista puede, en un mal momento sufrir un momento de relajación, equivocarse o despistarse, con fatales consecuencias.

El valor de un motero concienciado

A lo largo de los años, he visto muchas campañas publicitarias que tenían el objetivo de concienciar y sensibilizar a los conductores. En mi caso no funcionaron, ni siquiera las tildadas de «sangrientas», porque nadie espera que le pase lo que se ve en los anuncios. Todo cambió el día que vi morir a un compañero cortado por un guardarraíl. Ese día me di cuenta, de forma traumática, que en moto te puedes matar. Y eso, créeme, altera la forma en la que conduces tu moto, si es que decides seguir haciéndolo.

Y no es ser cenizo, sino realista. En la medida en que seas consciente de esto, tendrás más posibilidades de seguir disfrutando tu moto sin mayores sobresaltos. Cuantos menos boletos lleves, más improbable es que salga uno tuyo en la rifa. Y en moto, más allá de los fallecimientos, la clave está en evitar los accidentes. Sin accidentes no hay heridos, no hay bajas. Puedes ser un conductor responsable durante largos años y dejarte llevar por la emoción en un momento concreto. Y ya la has liado.

Un scooter circula sobre una mancha de gasoil y sepiolita.
Las múltiples trampas que nos encontramos a diario nos obligan a conducir con atención máxima. (Foto: I.A.)

Las autoridades manejan números. Un motorista muerto o gravemente herido les jode las estadísticas, pero las víctimas reales podemos ser nosotros. Sirve de muy poco hablar de objetivos de reducción de fallecidos, sean razonables o absurdamente optimistas, si tú vas a estar en la lista. Déjales que jueguen con sus números, olvídate de sus objetivos. Sé egoísta, piensa en ti mismo y haz todo lo que esté en tu mano para ser cada vez mejor conductor.

Conocer la teoría para ser un motorista seguro

Más allá de la pura técnica de pilotaje, hay componentes psicológicos que influyen en el estilo de conducción. Saber cómo funciona nuestra cabeza puede ayudar a entender lo que decidimos hacer con nuestro vehículo. Hay dos conceptos clave: la percepción y la aceptación del riesgo. Es decir, en cada momento, observando el entorno, percibimos el riesgo que existe (una curva, proximidad de otros vehículos, peatones, mal estado de la carretera, etc.) y adaptamos nuestra conducción a la cantidad de riesgo que estamos dispuestos a asumir. La experiencia, además, no sólo nos permite ser más diestros, más hábiles, sino leer cada vez mejor el escenario para calcular de forma más acertada el nivel de riesgo real en cada momento.

Un motorista toca con la rodilla al tomar una curva de una carretera abierta al tráfico
La rodilla, mejor en el circuito. (Foto: Max Frajer)

Por eso no hay dos conductores iguales, aunque esto vale para cualquier vehículo, no sólo motos. Hay gente más agresiva, más conservadora, con familia y responsabilidades, todo influye, también la edad o el sexo. Y nuestro ritmo y estilo es un equilibrio entre el riesgo percibido y el asumido. También existe una hipótesis (Teoría del Riesgo Homeostático) que afirma que inconscientemente este equilibrio se mantiene siempre constante. Así, si la percepción de riesgo disminuye (tras ingerir alcohol o porque, por ejemplo, haya menos tráfico), los conductores aumentan la velocidad. Oh, sorpresa, seguro que ya has leído que esto está pasando durante las restricciones de movilidad por la crisis sanitaria, ¿verdad? Pero también se reduce al efectuar prácticas de riesgo. Por eso los coches cuyos conductores van usando el móvil van más despacio.

Todo este mecanismo es totalmente inconsciente, y conocerlo puede ser importante para contrarrestar esta tendencia natural. Siempre cuento que cuando descubrí la THR fue el día que estrené mi mono de cuero. Al sentirme más seguro que con una chaqueta normalita, iba más rápido que habitualmente. Darnos cuenta de estas cosas puede ayudarnos a no cometer excesos involuntarios.

Protégete por ti, no por obligación

En unos días los guantes de moto serán obligatorios. No es una medida que vaya a reducir la siniestralidad, pero cualquier motero que se precie de serlo no necesitaría que le amenacen el bolsillo para ponérselos. Esto vale para cualquier otra cuestión que pueda mejorar nuestra seguridad.

Como por ejemplo, los cursos de conducción segura. No conozco a nadie que haya hecho uno bueno y no piense que deberían ser obligatorios. No lo son, ni falta que te hace que lo sean. Hablaremos sobre la formación y los cursos en otro episodio, pero si quieres jugar menos boletos, haz uno de forma periódica. Te aseguro que no te arrepentirás.

PóluxCrivillé posa ante su Kawasaki
El bloguero y activista de la conducción segura PóluxCrivillé posa delante de su moto. (Foto: Martín Blanes)

Mientras las soluciones colectivas para reducir la siniestralidad pasan por ponernos guantes, señalizar tramos peligrosos y reducir más y más la velocidad, la clave individual está en que cada motorista sepa qué va a hacer y decidir cuando tenga la moto entre las piernas. No puedo detallarte en unas pocas líneas todas las técnicas de conducción seguras, pero si quieres saber más, te invito a descargarte gratis el libro digital «Cómprame una moto» y echarle un vistazo. Ahí encontrarás recopilados todos los consejos que conozco para conseguir realizar una conducción segura en moto.

Esto es lo que está en nuestras manos. En dos semanas, en esta misma columna, seguiremos analizando la siniestralidad y proponiendo soluciones en aspectos que no están bajo nuestro control. Confío en que no dejen indiferente a nadie…

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