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Cómo reducir la siniestralidad; episodio 9: IVA reducido para equipamiento de seguridad

16 Ago. 21 | 16:00
Imagen con varios billetes de euro
Foto: Ibrahim Boran

Es una reclamación histórica de asociaciones y usuarios de moto. Tan simple como ir más protegido por el mismo dinero, a costa de una menor recaudación.

El equipamiento de protección de un motorista es una parte fundamental de su seguridad. Tanto el obligatorio casco como el resto de piezas recomendables como guantes, chaqueta, botas, espaldera o pantalón son elementos de seguridad pasiva. Lo que significa que harán su trabajo cuando ya se ha producido la pérdida de control de la moto, reduciendo las lesiones del accidente. Por eso es tan importante que la protección sea tan buena como sea posible.

Todo lo que puedas comprar para tu moto está sujeto al tipo de IVA más alto, fijado en el 21%. De cualquier cosa que adquieras, desde la propia moto a cualquier tipo de accesorio, una quinta parte corresponde a este impuesto, lo que es un buen pico. Con el equipamiento de seguridad ocurre lo mismo.

¿No es razonable pensar que estos productos que, recordemos, reducen las lesiones e incluso evitar el fallecimiento en caso de accidente, tengan un tipo de IVA reducido? En este caso, el precio de las protecciones serían menores, o si lo queremos ver de otra manera, por el mismo importe, podríamos estar mejor protegidos. Una vez más a lo largo de esta serie de artículos, ponemos en la misma balanza la seguridad y las finanzas. ¿Qué es más importante y para quién?

No se pide exención, sino poder pagar menos por artículos vitales

Son poquísimos los productos o servicios que estén exentos de pagar el IVA, son prácticamente excepciones, así que es muy complicado poder plantear que el equipamiento de moto engrose esta lista. Productos básicos de primera necesidad (y no todos) están gravados con el 4% (tipo súper reducido), pero es perfectamente razonable poner encima de la mesa que las protecciones puedan pagar el tipo reducido, bajando del actual 21% al 10%, dejando la recaudación de este impuesto en un «ni para ti ni para mí».

Pongamos el ejemplo de un económico casco HJC C70, a la venta por 162 €. Actualmente 34 € corresponden al IVA, pero podría quedarse en 145 € con la «rebaja». Pero si hablamos de un Shark Spartan GT Carbon de 385 €, (80 € de IVA) bajaría hasta los 350 €. No parece mucho, pero todo ayuda, y el casco no lo es todo.

El caso extremo del airbag

El casco es muy importante, de hecho es, a día de hoy, la única «prenda» de seguridad obligatoria. Pero subamos la apuesta. Hablemos del airbag, ese magnífico invento que promete una protección nunca vista, cubriendo todo el tronco y las partes vitales de un motorista.

Podemos arrancar desde los 600 € de un Helite Turtle 2.0, al que corresponden 104 € de IVA. La reducción propuesta lo dejaría en 545 €. Dainese tiene su Smart Jacket por un precio similar, más cercano a los 700 € (nos costaría 636 €). Nos han dicho que el airbag es maravilloso, hasta Pere Navarro cree en él y nos ha vendido sus bondades, incluso dejaron caer que podría ser obligatorio. ¿En serio no serían capaces de asumir un ahorro de unos 60 € para facilitar las cosas?

La protección tiene un precio… para todos

Las cosas como son. Desde el que va a la playa en camiseta, chancletas y con un casco de supermercado hasta el que va protegido hasta las cejas hay muchos tipos de motoristas. Y entre estos últimos, y que se entiende que es el que se desea desde los entes responsables de la movilidad y la seguridad vial, el gasto puede ser muy importante, y no olvidemos que debe ser renovado cada cierto tiempo. Ponte un poco exigente y fácilmente puedes dejarte más de 1.000 € sin contar el mencionado airbag. Y eso en el caso del motero de ocio, pensemos en el que utiliza la moto por motivos profesionales, objetivo de algunas de las últimas campañas de la DGT.

Honestamente, no creo que esta «sugerencia» llegue nunca a buen puerto. Cada uno tiene sus prioridades. En realidad, no creo que llegue ninguna de las propuestas que he hecho hasta ahora en estos episodios para reducir la siniestralidad. Y por desgracia ésta seguirá subiendo, con un 2020 que nos va a dar un sopapo de realidad tras el desbloqueo de la movilidad, y ya ni te cuento en 2021, cuando nos acerquemos a la vieja «normalidad».

Recuerda que en lo relativo a la seguridad, es mejor no esperar nada de nadie. Protégete tanto como te sea posible, con el mejor material que puedas permitirte y rueda con seguridad para intentar no descubrir nunca si es tan bueno como creías.

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