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VÍDEO: Honda celebra los 30 años de la Fireblade con el regreso de una leyenda

1 Dic. 21 | 22:00
Foto: Honda

La renovación para 2022 de la Honda CBR1000RR-R Fireblade trae consigo una decoración muy especial, para celebrar el 30 aniversario de la primera Fireblade.

Tadao Baba es, para Honda, el referente en la Fireblade. El diseñador de la Honda CBR900RR original de 1992, que fue lanzada al mercado hace 30 años, logró confeccionar un modelo que cuestionaba al resto de modelos deportivos de la época. La primera Fireblade aunaba la gran potencia de la cilindrada de litro, junto a un conjunto de peso medio que la volvía muy manejable.

Ahora, para celebrar los 30 años de esta primera Fireblade, Honda ha hecho algo único. Traer a Baba-san, retirado desde hace años, al museo Honda Collection Hall, y reunirlo tanto con la Fireblade de 1992 como por el nuevo modelo de 2022. Este es el resultado de una entrevista en la que se analizan ambos modelos, con datos muy relevantes.

Tres décadas de cambios continuos

Y es que no son pocos los avances que hay que analizar en estos 30 años de historia. El lanzamiento de la CBR900RR en 1992 supuso una revolución entre los que buscaban prestaciones y los que buscaban motos ágiles y más fáciles de conducir. Tadao Baba supo dar con la clave para juntar ambas corrientes.

Y es que el motor de cuatro cilindros en línea, más clásico que el que triunfaba en esa época en SBK, de la mano de la RC30 y su motor V4, se presentaba como una moto potente y dócil. El motor de 893 cc y 122 cv a 10.500 rpm no presentaba unas cifras espectaculares, pero eran más que suficientes si se unían a un peso más bajo que la competencia.

El chasis como clave del diseño

Tal era la importancia del peso que la CBR900RR de 1992 sólo pesaba 185 kilos en vacío, lo que suponía sólo 2 más que la CBR600 de la época. Esto se logró gracias al chasis de doble viga de aluminio y unas dimensiones más reducidas que la competencia. El diseño, con líneas marcadas como si se hubiera decorado a mano, le daba un plus de agresividad, muy característico de la época.

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Con el paso de los años, la CBR900RR fue ganando en potencia, subiendo hasta los 130 cv y en ligereza, como sucedió en la versión de 1996, donde se bajó la báscula hasta los 180 kilos. No fue hasta el 2000 cuando la Fireblade recibe cambios más relevantes. Entre ellos, el cambio del tamaño de las llantas a 17 pulgadas, hasta entonces eran de 16.

Mas cilindrada, más potencia

Esta versión lanzada en el 2000 supuso el primer gran salto en el motor de la Fireblade. Pasa de los 893 cc a los 929 cc. También aumenta la potencia, que ahora alcanza los 150 cc. ¡Y estrena inyección electrónica! El escape incorpora ahora válvula HTEV, para controlar mejor la potencia del motor.

También hay cambios en el chasis, donde se pasa al chasis “pivotless”, para aumentar la flexibilidad y reducir igualmente el peso, hasta los 172 kg, así como una nueva suspensión invertida, que ayuda a un mejor manejo en el frontal. Los frenos pasan de 310 a 330 mm, para ayudar a parar semejante bestia.

La última 900

En 2003 se lanza la que sería la última CBR900RR Fireblade. El diseño más afilado de la 900 desde su lanzamiento se combinaba con un motor evolucionado al máximo y que proporcionaba potencia y fiabilidad a partes iguales. Sin duda una de las mejores Fireblade pre-1000 que se puede adquirir actualmente, ya que no le han afectado el paso de los años.

El chasis pasaba a ser más rígido, las estriberas adoptaban una posición más deportiva y el peso se quedaba en 168 kilos. Por su parte, el motor ya era de 954 cc y rendía 154 cv. La ECU había evolucionado bastante para la época, es el inicio de la electrónica en las motos deportivas.

La época de las CBR1000RR

A partir de 2004, Honda pasa a montar motores de 1000 cc, tal como pasaba en la competición. Era el momento de lanzar al mercado una CBR1000RR Fireblade que fuera hermana de la que llevaba Rossi en MotoGP. La nueva Fireblade rendía 172 cv en unos ajustados 176 kg, lo que la acercaba a la proporción 1:1 tan ansiada por los fabricantes.

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Se estrenaba un nuevo amortiguador Pro-Link, un amortiguador de dirección rotativo electrohidráulico y un basculante más alargado, buscando un manejo lo más fino posible. El escape pasa a estar bajo el asiento, algo que se ha mantenido durante los años y que la hizo ganar en estética.

Foto: Honda

Pequeñas evoluciones hasta la llegada de la electrónica

Desde 2004 hasta 2017, Honda evolucionó tanto la parte ciclo como la estética de la Fireblade, para adaptarse al mercado. Los discos de freno ya eran radiales, el trasero pasó a ser de 220 mm, y en 2009, se incorporó el ABS combinado. Aparece el embrague antirrebote y en 2012 se monta una nueva horquilla invertida firmada por Showa.

El peso por su parte aumentó considerablemente con la llegada del ABS y el nuevo cálculo que exigía el peso en lleno, pasando ahora a unos 210 kilos. Los rediseños estéticos de 2008 en adelante eliminaban las formas tan afiladas del frontal, buscando formas más redondas. No es hasta 2014 cuando aparece la primera versión SP.

Celebrando los 30 años de éxitos

Podríamos considerar que el modelo actual arranca en 2017, y que este ha ido evolucionando tanto estéticamente como a nivel motor. La versión de 2022 se presenta con un frontal muy agresivo, con las evoluciones derivadas de SBK y MotoGP y que busca volver a reinar entre las deportivas de litro.

La versión 30 aniversario es la prueba de que Honda nunca se rinde y, por eso, luce de nuevo el diseño Tricolor original de 1992 que le llevó a ser un referente en el mundo de las deportivas. Esa esencia inspira el 2022 de Honda, y de la nueva Fireblade, de la cual os hablamos en este artículo.

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