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Conducción segura: la técnica UVA (IV)

30 Dic. 19 | 16:00
Una moto circula por una calle con poca luz
Foto: Yunming Wang

La Alternativa: el último secreto de la técnica UVA

Hoy llegamos al fin de la serie de artículos sobre la técnica UVA. Después de la introducción, aprender a colocar continuamente la moto en la mejor Ubicación y a calcular la Velocidad más adecuada, terminamos con la Alternativa. Con estas tres ideas en la cabeza, tenemos todo lo necesario para circular con muchísima seguridad en moto, y por qué no decirlo, en cualquier otro vehículo.

Leyendo sin descanso la carretera y gracias a interpretar el escenario que se nos presenta en cada momento, podremos llevar la moto por el mejor sitio, lejos de ángulos muertos y dejando espacio con todo aquello que pueda suponer un riesgo de accidente. Para darnos espacio. Pero también adaptaremos la velocidad, dentro del margen que nos permite el tráfico, nuestra habilidad y las características de nuestra moto, ¿para darnos qué? Tiempo. Tiempo para reaccionar. Reaccionar y hacer algo. Ese algo es la Alternativa.

La Alternativa, el as en la manga, nuestro plan B

Habitualmente, cuando un conductor se encuentra de bruces con un problema, la reacción instintiva e instantánea es clavar el freno. Si es en coche, consiste en dar al pedal de freno una patada merecedora de tarjeta roja. Un motorista con poca experiencia tratará de hacer lo mismo sobre la maneta de freno, y lo único que le salvará de la caída será el ABS. En una moto, reaccionar así, sin aplicar una frenada progresiva, es garantía de catar el suelo. (Ese es uno de los motivos por los que recomiendo cursos de conducción segura.)

Con la moto en el sitio bueno, y a una velocidad que nos dé posibilidades de reacción, tenemos que pensar cuál sería la maniobra más adecuada. Preparada de antemano, planificada. Frenar suele ser buena idea, pero no siempre es la mejor. A veces hay que esquivar, o incluso acelerar. O una combinación de varias a la vez. Eso es algo que deberás valorar a cada segundo sobre tu moto. Ten siempre dos dedos (índice y corazón) sobre las manetas, y agarra los puños con el resto de la mano. Siempre a punto para poder ordenar a tu moto lo que estimes necesario en un abrir y cerrar de ojos, ya sea frenar, acelerar y/o cambiar de dirección.

Los posibles escenarios son casi infinitos

Imagina que vas por el carril de la derecha, y que por ese lado hay una incorporación. Una furgoneta quiere sumarse al tráfico, buscas la cara del conductor a través de su retrovisor y ves que frena. ¿Se detendrá del todo o te dará un susto porque en realidad no te ha visto? ¿vas a dejar tu futuro en sus manos? En este momento ya deberías haber buscado una alternativa y verificado que el carril izquierdo esté libre (recuerda vigilar siempre tu Círculo de Vida a través de tus espejos y girando la cabeza). Sin quitar ojo de su maniobra ni de tu costado izquierdo, si es necesario que lo esquives, ya tendrás la maniobra preparada y la podrás ejecutar en décimas de segundo si la furgo irrumpe en tu camino. Y si dudas entre frenar o esquivar, podrás pensarlo previamente, no en el último momento.

Cercanía a escuelas o centros universitarios. Una carretera en la que suele haber animales (también de los de cuatro patas). Circulación densa en una vía de varios carriles (los cambios de carril de los que tienen prisa los carga el diablo). Acceso a rotondas con visibilidad reducida. Puertas de coches estacionados que se abren sin previo aviso. El clásico de la pelota y el niño. Un enlatado discutiendo acaloradamente y prestando nula atención a tu presencia. Ciclistas subiendo un puerto en una curva ciega a derechas. Una carretera con una intersección más adelante de la que podría surgir una letal sorpresa si se te ocurriera ejecutar un adelantamiento. Personas accediendo a pasos de peatones ocultas por contenedores de basura. Autopista en la que los coches tienen 200 metros para detectar la presencia de un camión a menor velocidad que la suya pero que reaccionan cuando se van a meter en sus bajos pasándose al carril izquierdo justo cuando pasas tú. Seguro que ya has visto de todo esto. Piensa en cómo resolver cada posible problema en cada situación antes de que se presente.

Casi todos los accidentes podrían evitarse en los 2 o 3 segundos previos

El rosario de situaciones de riesgo en las que puedes verte encerrado es enorme. Pero suelen ser situaciones previsibles, y con la experiencia (es decir, pesimismo bien entendido y aplicado) son casi siempre salvables. En mi opinión, la mayoría de los accidentes pueden ser evitados si alguna de las partes implicadas hace algo en los instantes anteriores. Ningún accidente se produce por una única circunstancia, y tú podrás alterar alguna de ellas para que no ocurra. Si has entendido bien la técnica UVA, tú jugarás ese rol, el del que evita el siniestro. Y en una moto, tú eres el principal interesado. Ya sabes que no somos siempre los culpables, pero sí las víctimas.

La técnica UVA es una forma práctica de aplicar la conducción defensiva y proactiva. Siempre te acompañará allá donde vayas. Nunca te relajes, vigila todo a tu alrededor, piensa, busca la mejor Ubicación, calcula la Velocidad más adecuada, y planifica una Alternativa por si acaso. Pero sin dejar nunca de disfrutar sobre la moto.

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