Jorge Lorenzo pone rumbo a Motegi para disputar el Gran Premio de Japón este fin de semana por primera vez como piloto de Honda, en casa de la marca. Allí, el de Palma buscará nuevas actualizaciones para su moto
Con la cabeza ya metida en el triplete asiático, Jorge Lorenzo viaja ya a Japón para encarar la última parte de la temporada con cuatro carrera restantes por disputar. El piloto mallorquín disputará este fin de semana el Gran Premio de Japón por primera vez como piloto del Repsol Honda Team, delante de los grandes jefes en casa de la marca del ala dorada.
Lorenzo llega a una circuito de donde saca buenos recuerdos y donde espera poder reencontrarse con las mejores sensaciones encima de la moto: “Vamos a Japón con ganas de mejorar después de dos fines de semana difíciles. Tanto yo como el equipo tenemos algunas ideas para probar en la moto en Motegi, que espero nos ayuden a volver a donde queremos estar. Tengo buenos recuerdos de esta pista y será especial correr delante de los aficionados japoneses por primera vez como piloto Honda”.
Hace tan sólo unos días, Jorge Lorenzo también concedía una entrevista al diario El País, donde repasó su peor temporada en la máxima competición: “No es fácil aceptar profesionalmente estos resultados, ni tampoco la falta de feeling que tengo con la moto. Además, desde la caída en la primera curva de Aragón la temporada pasada, he encadenado lesión tras lesión. Ha sido todo muy cuesta arriba porque cuando parecía que me iba a acercando a los más rápidos, en Montmeló me caí en carrera y luego, dos semanas más tarde, tuve aquel accidente tan feo en Assen. Físicamente no he vuelto al nivel que estaba antes de fracturarme las dos vértebras”.
“Márquez ha sabido minimizar los puntos negativos de la nueva moto”
Además, confiesa que a principio de año las sensaciones fueron mejores porque “estábamos con la moto antigua, con bastante menos potencia que esta, pero que en las curvas daba mejores sensaciones”. Lo cierto es que Lorenzo logra adaptarse a la nueva Honda de esta temporada, una situación a la que Márquez si pudo adaptarse sin problemas. “Marc ha sabido minimizar en la pista los puntos negativos de la nueva moto para aprovechar la mayor potencia y ser incluso más competitivo que el año pasado, pero los demás pilotos de la marca hemos sufrido más y no hemos sabido sacarle el provecho que le ha sacado él”, comenta el de Palma.
“Cuando me preguntan, yo digo siempre lo que pienso. Tengo el mayor de los respetos hacia Honda, una fábrica que ha ganado tanto, y también hacia Marc, pero no puedo ser hipócrita y decir lo que no siento. También digo que no he sabido adaptarme a la moto, pero no creo que el Jorge Lorenzo de 2019 tenga menos talento o facultades que cuando ganaba mundiales. Lo único que me ha cambiado han sido las lesiones y la moto, que de momento está lejos de mis características como piloto”, explica Lorenzo.
“La progresión se tiene que hacer poco a poco”
“Es una experiencia enriquecedora, entre comillas. Hay que cambiar el chip, no impacientarse ni perder los nervios porque estos son los resultados que tocan ahora mismo. Si ahora intento luchar por estar adelante, seguramente tendría una caída fuerte, porque no estoy preparado físicamente ni en este momento sé hacerlo mejor porque la moto no me da feeling para pilotar seguro. La progresión se tiene que hacer poco a poco. El gran cambio se daría si Honda solucionara estos problemas y creara un chasis o una configuración que diera más seguridad en la rueda delantera. Siempre he sido un piloto muy fino, y tener esa seguridad me permitiría dar un salto”, zanja el mallorquín.
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