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Yamaha, ante una crisis que recuerda al pasado

27 May. 18 | 17:57
Foto: motogp.com

De ganar tres de las cinco primeras carreras en 2017 a ser lento y no obtener explicación. Maverick Viñales escenifica la crisis de Yamaha, que ya vivió un periodo así en los años 90.

21 de mayo de 2017. Maverick Viñales logra una legendaria victoria en el Gran Premio de Francia, batiendo a Valentino Rossi en un apretado final de carrera y se sitúa líder del campeonato, habiendo ganado tres de las cinco primeras carreras del año -ya venció en Qatar y Argentina-. Al mismo tiempo, Marc Márquez se va al suelo por segunda vez en 2017 y es cuarto del Mundial, a 27 puntos del líder.

12 meses después, la situación es diametralmente opuesta. Aquella de Le Mans fue, increíblemente, la última victoria hasta la fecha de Viñales en MotoGP. El cambio de neumáticos, la elección de otro chasis por parte del equipo oficial de Yamaha y el ‘mal nacimiento’ de la M1 de 2018, además de la falta de adaptación del piloto a las adversidades, explican la situación del piloto de Roses.

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Viñales, durante el GP de EEUU. Foto: motogp.com

Pese a que actualmente ocupa la segunda plaza del campeonato -a 36 puntos de Márquez, eso sí-, Viñales es, de los tres pilotos punteros de Yamaha, el que peores sensaciones transmite. Rossi y Zarco ya han subido dos veces al podio, mientras que ‘Mack’ sólo lo hizo en Estados Unidos, el único Gran Premio salvable de la temporada del catalán.

¿Vuelta a la época oscura de los 90?

Aún así, el francés aún no ha conseguido ganar en la categoría reina y Rossi no cruza la meta primero desde finales de junio de 2017, en Assen. En total, 15 carreras sin ganar para la marca de los diapasones. ¿Cuándo fue la última vez que estuvieron así? En 2014, cuando no ganaron ninguna de las 12 primeras pruebas del año, aunque en ese momento podía ‘justificarse’ con la increíble racha de Marc Márquez, que logró 11 de esas 12 victorias, consiguiendo Pedrosa la restante.

Obviando ese momento tan sumamente peculiar, en el que Yamaha lograba podios con facilidad y regularidad, el equipo no estaba sumido en una crisis de tal magnitud desde los primeros años de la era MotoGP. En 2003, con la marcha de Biaggi de Yamaha a Honda, no ganaron ninguna carrera en toda la temporada, acumulando 18 GGPP sin triunfo de Yamaha, hasta que Rossi llegara al equipo en 2004 y ganara a la primera en Sudáfrica.

De hecho, la crisis global de Yamaha se produjo desde el fatídico accidente Wayne Rainey en Misano 1993 hasta la llegada de Valentino Rossi en 2004. En ese periodo, apenas lograron 21 victorias en 159 carreras. Lo que viene a ser un triunfo de cada 8 GGPP, incluyendo una brutal racha entre 1996 y 1999, en la que apenas consiguieron ganar una prueba. Salir de esta situación, con Honda ganando campeonatos sin parar con Doohan y Rossi, les costó una década, hasta lograr fichar al propio Valentino.

Sin embargo, la crisis actual parece diferente. En los 90, Yamaha estaba a años luz en el desarrollo de Honda, haciendo imposible que ninguno de sus pilotos peleara por el campeonato. Ahora, lo que hace más extraña la situación, es que su piloto satélite, Johann Zarco, logra poles y podios y está más cerca de ese primer triunfo de 2018 que los dos pilotos oficiales. Algo insólito.

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Austin, la mejor carrera global de Yamaha en 2018. Foto: motogp.com

Uno de los principales problemas en Yamaha es la diferencia de enfoque por parte de sus pilotos. Durante el invierno, Maverick Viñales pidió volver al motor de 2016, aquel que le hizo volar en su primera pretemporada con el equipo. Sin embargo, Rossi estaba conforme con la evolución de 2018 y Yamaha hizo caso al italiano. De ello se quejaba Maverick en Jerez precisamente: «Los problemas existen desde hace ya diez meses. Durante la pretemporada ya se vieron y yo insistí. Pero es lo que hay«.

Y en una crisis como la actual, resulta también llamativo que los dos pilotos de Yamaha hayan sido los más veloces en renovar. El caso de Rossi se puede explicar en que no tenía otra opción -ya fracasó en Ducati y no iba a optar por compartir box con Márquez en Honda-, pero Viñales aceptó la renovación en enero, sin saber cómo de competitiva iba a ser la nueva M1. Es decir, si no hay una reacción del piloto y la marca o una drástica rescisión del contrato, Maverick Viñales no será competitivo hasta 2021. Y para eso quedan… tres años.