
Un padre orgulloso: la vida entre el mar, ser pescador, y tener a su hijo en MotoGP.
La historia de Pedro Acosta no solo está marcada por su impresionante ascenso en el mundo del motociclismo, sino también por el apoyo incondicional de su familia, especialmente de su padre, quien ha sido pescador toda su vida. A través de su pasión por el mar, el sacrificio y la dedicación, ha logrado encontrar un equilibrio entre su trabajo y el apoyo a su hijo, permitiéndole acompañarlo en su camino hacia el MotoGP. En este contexto, su vida refleja la importancia de la familia, los valores y la determinación para avanzar en un entorno lleno de desafíos.
La pesca ha sido su vida, pero con los años ha encontrado una nueva manera de disfrutar de su pasión y de apoyar a su hijo. “Toda mi vida he sido pescador. Capturo anchoas, caballas, bonitos y sardinas. Pero la vida ha cambiado, y cada vez es más difícil en el sector pesquero. Así que, al final, hicimos una pequeña reunión con la empresa Ricardo Fuentes, y nos dieron trabajo. Ya llevamos cuatro años, y todo va bien en el sector del atún y demás. Esto me ha dado más tiempo para viajar con mi hijo Pedro Acosta a las carreras del campeonato mundial. Y es genial, es maravilloso.”
El trabajo de pescador exige sacrificio y muchas horas lejos del hogar, pero también le da un valioso tiempo con su familia. “Como viste, salimos alrededor de las once de la mañana y no regresamos al puerto hasta las ocho de la mañana. Trabajamos una semana así en grupo, y las semanas siguientes son otros grupos. Cada grupo trabaja una semana y media. Esto nos da bastante tiempo libre para estar con la familia en casa. Al final, eso no tiene precio en la vida: poder estar con la familia. Es realmente bonito. Nada tiene más valor en la vida que estar con tu familia y con quienes amas. Estamos muy bien, y además ahora tengo mucho más tiempo para estar con Pedro. Es más complicado que antes. Siempre está de viaje, en eventos, en entrevistas… Ya sabes cómo funciona este mundo.”
Los viajes largos en MotoGP también implican decisiones familiares. “Sí, sí, voy siempre que puedo. Antes iba más seguido. Hace dos años hice todo el campeonato del mundo. No me perdí ni una sola carrera; conozco todos los viajes y los circuitos. Este año me perdí la gira asiática, porque es un poco larga. Es mucho tiempo fuera de casa. Este año fue mi esposa quien la hizo. La mamá de Pedro, Miriam, fue con él. Yo me quedé aquí, con el barco y los trabajadores.”
La motivación detrás del regreso del número 37
La conexión entre su pasión por la pesca y el orgullo por su hijo queda reflejada en cada detalle de su barco. “¡Sí! Desde que era pequeño y empezó en la moto, comencé a decorar un poco el barco. El 34 se lo puse yo cuando era pequeño, porque era un gran fan de Kevin Schwantz. Siempre usó el 34, que era el número que me gustaba. Pero cuando creció y pensamos que había una oportunidad de entrar al campeonato del mundo, tuvimos que buscar otro. El 34 es el número de Kevin Schwantz y nadie lo usará más, porque está retirado en MotoGP. Necesitábamos un número que nadie llevara y que a él le gustara. Le vino la idea de correr con el 37 y se quedó con el 37.”
Recuperar su número original tiene un significado especial para Pedro y lo motiva aún más. “Así es, lo recupera este año, gracias a Augusto. Como sabes, él será piloto de pruebas en Yamaha, así que Pedro recupera su número original. Veremos qué pasa, porque es una gran motivación para él tener su número. Está muy contento con cómo avanza el proyecto de KTM. Tenemos grandes esperanzas porque KTM es nuestra marca. Decimos esto desde que Pedro empezó en la Red Bull Rookies Cup, antes de Moto3 y Moto2. Veremos si podemos luchar contra las Ducati. Será muy complicado, pero no imposible. Él está motivado y muy contento con el proyecto. Hay que seguir adelante.”
El impacto de Pedro
Pedro ha inspirado a su comunidad, que lo apoya con cariño y orgullo. “Le tienen mucho miedo, mucho miedo (risas). Al final, la gente aquí se identifica mucho con Pedro. Se llaman a sí mismos ‘Los tiburones’, los ‘Baby shark’.”
El barco no solo es su herramienta de trabajo. “Cuando estamos aquí y fabricamos las jaulas para el atún, viene mucha gente, turistas, etc. Se acercan al barco para hacer preguntas, tomar fotos y todo eso. Es algo adorable, que la gente comparta tus esperanzas. Es increíble.”
Enseñanzas desde la pesca: una lección de esfuerzo
Aunque su vida tomó otro rumbo, Pedro vivió de cerca los sacrificios y el esfuerzo que implica la pesca. “Cuando era pequeño. Cuando tenía entre 6 y 8 años, a veces lo llevaba en el barco para pescar. Pero nunca quise que se convirtiera en pescador ni nada de eso. No es que sea algo malo, es algo bueno. Pero pasas mucho tiempo lejos de casa, porque este barco no es un arrastrero, es un cerquero. Con esto siempre estamos donde está el pescado. Pescaba en el Golfo de León, en Rosas, Barcelona, Valencia, Cullera. En fin, todo el Mediterráneo. Así que siempre estaba lejos de casa. No quería esa vida para mi hijo. Prefería que fuera bombero, policía, no sé. Algo que le gustara. Cuando era pequeño, lo llevaba conmigo para mostrarle cómo era y lo duro que era.”
Finalmente, eligió la moto…
En la segunda parte de esta entrevista conoceremos más sobre la increíble historia de Pedro y cómo superó las dificultades económicas de su familia para llegar al MotoGP. Puedes leer la entrevista original en francés de nuestros socios PaddockGP aquí.
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