Aunque es un tema que cansa ya a muchos, lo cierto es que es una realidad que aquella herida que se abrió en 2015, sigue abierta en el paddock.
No sólo hay que echar un vistazo a las redes sociales para verlo, fans y “haters” de Marc Márquez y Valentino Rossi siguen en guerra desde 2015. Aquella impresionante temporada de MotoGP que tuvo tan triste final entre leyendas como Rossi, Lorenzo o Márquez, bajó la intensidad tras la retirada del primero y la lesión del último, pero empieza a reavivarse.
Estaba aletargado, pero parece que justo 10 años después, en 2025 revivirá su fuego cuando los dos líderes actuales de ambos lados, Bagnaia y Marc Márquez, compartan box. Ducati Lenovo va a ser una olla a presión. Porque lo cierto es que se siente dentro del paddock y a nivel de pilotos, no es a nivel de nacionalidades, sino de afinidades hacia un lado u otro.
Igual que en aquel 2015 donde todo se fue fraguando a fuego lento, tras la visita de Márquez al Rancho de Rossi, llegaron los incidentes de Argentina, de Assen… luego vino la locura final, en Phillip Island, Sepang y Valencia. Valentino ya no está, pero sus “niños” de la Academia siguen ahí: Bagnaia, Morbidelli, Bezzecchi y por supuesto, su hermano, Luca Marini.
En contra, el propio Marc Márquez que aún está activo, enfrentándose a una nueva generación de talentos y por ende, su hermano Álex, que por extensión todo lo que hace es como si lo hiciera el propio Marc para los demás. Es algo muy curioso, lo que hace Marc afecta a Álex y viceversa, como si fueran prácticamente la misma persona.
Esto va a fuego lento, ya ha habido varios encontronazos. El año pasado en Valencia por ejemplo, Marc Márquez y Bezzecchi se tocaron en la primera vuelta, llevando al italiano al suelo. Por supuesto Bezzecchi se enfureció y no tuvo palabras muy agradables hacia el catalán, que disputaba su última carrera en Honda. Por supuesto, cada vez que habla Valentino Rossi no es para apaciguar nada, hace poco llamó “personaje” a Marc y valoró negativamente su fichaje por Ducati.
Álex Márquez y Bagnaia, que se conocen desde bien pequeños, cuando compartieron equipo en el CEV, actual JuniorGP, ya tuvieron su momento en Mugello cuando el italiano le llamó “Showman” tras haber sido penalizado con tres posiciones de parrilla por molestar a Álex Márquez en la vuelta rápida. Lo de ayer, con las declaraciones de Bagnaia que os contamos y las del propio Álex, es una muestra más de la fractura entre ambos clanes que conviven dentro de MotoGP: El de Rossi y el de Márquez.
No hubo acuerdo en la acción polémica, mientras que Marc Márquez defendía a su hermano, por el otro lado, Bezzecchi llamaba ciego a Álex para no haber visto a Bagnaia. Mientras que después la mayoría de pilotos neutrales, como el “clan” de amigos de Aleix Espargaró, Martín o Acosta, eran más neutrales, coincidiendo con el dictamen del Panel de Comisarios, que dejó el incidente como lance de carrera.
Hacen bien en quedarse a un lado de esto, porque esto es una pelea de “papá y mamá”, los dos mayores poderes del paddock frente a frente tras su choque de trenes en 2015. De hecho Martín, esa neutralidad puede llevarle al título de MotoGP sin hacer mucho ruido. Marc Márquez, podría ser como pasó en 2015, la llave que abra la puerta o no hacia un lado u otro.
Los tambores de guerra resuenan pero entre todos debemos hacer un ejercicio de respeto. Marc Márquez y Bagnaia se enfrentarán con las mismas armas el año que viene y promete ser un duelo muy tenso y emocionante, por todo lo que acumula detrás en la última década vivida en MotoGP. Pero nunca debemos perder de vista que se juegan la vida, no vale ganar sí o sí a toda costa, esto no es una guerra, es una competición donde los valores del motociclismo deben resaltarse por encima de aquel lío que se formó en Sepang 2015. No tienen que ser amigos, sólo respetarse y que todo quede en la pista. Que gane el mejor y que nos hagan disfrutar mucho a todos.
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