Las lluvias y el mal tiempo no son los mejores amigos en carretera. Sin embargo, para la moto de campo, el otoño y el invierno son la temporada alta. La humedad del terreno es uno de los mejores aliados para las ruedas de tacos.
Si siempre te han atraído las motos de campo, pero nunca te has atrevido, no te preocupes. Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. Con el lluvioso otoño que estamos teniendo, es el mejor momento de lanzarse a lo marrón. Cualquiera que sea la modalidad que elijas, lo pasarás en grande. También mejorarán tus dotes de conducción en carretera. De sobra es sabido que la gran mayoría de los pilotos de circuito, entrenan mucho en tierra. Os dejamos a continuación algunos consejos para iniciaros en una de las formas más divertidas de disfrutar la moto.
Qué moto
Si nunca has montado en moto de campo, empieza por lo sencillo. Comprar una moto de cross o una de trial de primeras, puede resultar una pérdida de dinero. Para adentrarnos en el monte por primera vez, lo más aconsejable son las trail ligeras, o trail enduro. Aunque nos pueda la impaciencia, es mejor pasar una primer temporada con una moto de no demasiados CV, ligera y que no nos asuste. Incluso siendo de 125cc, pueden dar mucho juego y satisfacciones. También las motos del tipo trial-excursión, como la Beta ALP 2.0. O si no te importa la edad, como las GasGas Pampera, en casi cualquiera de sus versiones, te dejarán descubrir el campo poco a poco y sin muchos sustos. También motos de corte sumamente sencillo, como las Yamaha XT 350 o las Suzuki DR 350, te satisfarán si eres de los que les gustan las motos veteranas.
Equipación
Si bien en carretera debemos ir equipados de arriba a abajo, en campo no debemos descuidar tampoco nuestra vestimenta. El que circulemos a menor velocidad y sin tráfico alrededor nuestro, significa que corremos menos peligro que en carretera. Pero no nos engañemos: una caída sin protección puede acarrearnos lesiones de igual o mayor severidad que en carretera. Pasando por la obligatoriedad del casco y guantes, las botas serán nuestro mejor aliado. El pasar mucho tiempo de pie sobre las estriberas, hace necesario calzado con la rigidez suficiente como para que esto no resulte molestos. También las botas nos dejarán echar pie a tierra con total confianza y no serán pocas las veces que recurramos a remar o patear con ellas. Para el resto del cuerpo, las protecciones en espalda, articulaciones y pecho son también altamente aconsejables, dependiendo de la modalidad que practiquemos.
Dónde utilizar la moto
En consecuencia de la modalidad de campo que practiquemos, veremos limitadas las zonas de utilización. La ley de montes es altamente restrictiva y dependiendo de la comunidad autónoma, se utilizan diferentes baremos. También cabe la posibilidad de tener que pedir autorización, al organismo competente, para realizar una ruta que atraviesa una zona protegida. Como nos hemos enfocado al principiante, tenemos que tener claro que en la mayoría de los casos podremos circular por caminos vecinales, o pistas de más de dos metros de ancho. Siempre y cuando no nos salgamos del camino, no deberíamos tener problemas. Y si algo tenemos en nuestro país, son pistas por las que disfrutar de paisajes y rincones preciosos, sin infringir la ley.
Frío y lluvia
No podemos decir que sean nuestros mejores aliados, pero tampoco son impedimentos. Respecto las bajas temperaturas, con la moto de campo se suda, a poco que nos compliquemos la vida. Las velocidades a las que nos moveremos son muy inferiores, comparado con la carretera. Además, si nos encontramos con algún paso de mayor dificultad, el llevar ropa que transpire, pero que mantenga el calor corporal, nos beneficiará mucho. Respecto la lluvia, hay a quien no le importa salir lloviendo, incluso por carretera. En campo, digamos, que escuece aún menos. Mojarte te vas a mojar, pero la tierra empapada te dará más confianza, al dejar que el dibujo de tus ruedas se clave en ella. Sin embargo, no te confíes. El barro en exceso resbalará o dejará clavada la moto, si está demasiado blando. No tengas miedo de caerte buscando la mejora de tus habilidades. Caer en blando casi nunca es doloroso.
Mantenimientos
Debido al mayor uso de los elementos de suspensión, esta parte suele ser bastante crítica en las motos de campo. El limpiar la moto siempre después de una ruta, nos evitará problemas, cuando el barro acumulado se seque. El barro no solo oxida las martes metálicas expuestas directamente, sino que también daña los retenes de horquilla, o los casquillos de la suspensión trasera. La cadena también deberá ser limpiada y engrasada después de un uso intensivo. Por norma general, cuanto más mimemos el mantenimiento de nuestra moto, menos reparaciones deberemos hacer en ella.
Temporada baja
Cuando llegue el calor, no se acaba la utilización de la moto de campo. Pero tendremos que estar dispuestos a sudar mucho y a tener menor agarre. Cuanto menos agarre, menos presión deberemos tener en nuestros neumáticos y viceversa. Lo bueno del verano es que la luz del día se alarga durante tantas horas, que podremos disfrutar de rutas muy largas. No temas en perderte. En este mundo tan sumamente controlado, el perderse por los caminos de nuestra geografía, es un lujo al alcance de muy pocos.
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