La pelea abierta entre Anthony West y la FIM tiene su origen en las suspensiones por dopaje que ha recibido el australiano, actualmente de forma indefinida y por la que ha perdido su puesto en el Campeonato Brasileño de Superbikes
La relación de Anthony West y la Federación Internacional de Motociclismo vive otro de sus capítulos más graves, y probablemente el definitivo. Los problemas entre el piloto australiano y el máximo organismo internacional de competición de las dos ruedas se remontan a 2013, cuando West fue sancionado con 18 meses de inhabilitación a causa de un positivo por dopaje, más concretamente con una sustancia llamada Methylhexaneamina, que le fue encontrada en un control anti-doping durante el Gran Premio de Francia de 2012. Dicha sanción pudo ser mayor, pues la Agencia Mundial Antidopaje pidió hasta 2 años de suspensión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, y le valió la anulación de sus resultados en los Mundiales de Moto 2 (donde acumulaba dos podios) y de Resistencia.
Sin embargo, el fantasma del dopaje volvió a sobrevolar sobre Anthony West en el mes de septiembre del pasado año, cuando dio positivo por una sustancia estimulante en una prueba de orina durante la ronda de San Marino del Mundial de Supersport, del que marchaba séptimo en el momento de la nueva suspensión de la FIM, que esta vez fue indefinida, aunque se le otorgó a West la posibilidad de solicitar y asistir a un nuevo análisis de una muestra B, para intentar demostrar su inocencia. Aunque ello no le valió de nada, pues el contraanálisis volvió a dar positivo por la misma sustancia que en la muestra original.
Así pues, el australiano quedaba a expensas de que la FIM anunciara la sentencia final del caso para que se hiciera efectiva su inhabilitación con carácter indefinido, pero no se dio por vencido y decidió apelar ante el Tribunal de Disciplina de la Federación. Fue en vano, pues dicho Tribunal optó por rechazar la petición a causa del positivo en el segundo análisis. Así, finalmente, la FIM ha hecho efectiva la suspensión a West, y la reacción de éste no se ha hecho esperar.
Si ya durante el año pasado realizó declaraciones fuertes, al punto de decir que la FIM “está jugando con mi propia vida”, o esta misma temporada, diciendo que la Federación no le quiere compitiendo “para que un piloto privado gane a pilotos de fábrica”, como hizo en el Campeonato Asiático, en este caso, preso de la rabia, ha ido bastante más allá y se ha descargado por completo contra el organismo en un mensaje público, a través de su cuenta de Facebook. Estas han sido las palabras de West:
“¡Que le jodan a la FIM, estoy terminado en este deporte! Nunca más en mi vida me volveréis a ver en una moto. Vosotros ganáis, perros de la FIM, gente de mierda que no tendría que tener nada que ver con este deporte. La Federación me ha obligado a perder mi puesto con Kawasaki en Brasil (en el Campeonato Brasileño de Superbikes). La FIM ha destrozado mi vida muchas veces, y me ha hecho entrar en depresión hasta el punto de que preferiría estar muerto. He terminado de jugar a estos juegos políticos de mierda. Que os jodan, FIM.
Pido perdón a todos mis fans que me han apoyado siempre desde 1999, cuando debuté en el campeonato del Mundo. ¡Os quiero a todos!”
De esta forma acaba, por tanto, la carrera de West en el mundo del motociclismo, justo en un momento en el que se encontraba totalmente aislado en el Campeonato Brasileño de Superbikes, donde marchaba en primera posición.
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