Ayer se dio a conocer que Barberá no participaría en la carrera de Supersport, ni tampoco en el resto del campeonato. Tras ello, se supo que su moto fue robada y el piloto valenciano era uno de los sospechosos de haberlo hecho.
Ayer se anunció un extraño suceso relacionado con Héctor Barberá y el Team Toth, con el que disputaba la temporada del mundial de Supersport. Salía el sol tímidamente sobre el trazado de Motorland Aragón, cuando los miembros del equipo dirigido por Imre Tóth se percataron de que la Yamaha R6 que pilotaba el español no estaba en el box. De inmediato denunciaron esto, llevando una investigación junto con la Guardia Civil acerca de lo ocurrido.
Cuando esta noticia se supo públicamente fue antes de la carrera de Supersport, acogida a las 12:15 del mediodía, mediante un comunicado del propio Barberá en sus redes sociales. Lo siguiente que se conoció fueron las palabras de Imre Tóth en Teledeporte: “Héctor no quería correr esta carrera con esta moto, así que ha pensado que era mejor venir y llevarse a la moto para decirle a los medios de comunicación y a los aficionados que la moto no está aquí y que no puede correr”, culpaba al piloto valenciano, que tampoco se presentó el domingo en el circuito, siendo la Superpole la última sesión en la que salió a pista.
“No hay problema con el motor, con uno puedes correr 2.100 kilómetros”
Tóth siguió dando declaraciones, esta vez a MARCA, para quienes aseguró que la moto debía de estar en el paddock. “La seguridad es grande. Yo hice mi trabajo: hablé con la policía y espero que la encuentren y que mi moto vuelva. Es una buena moto, con buenos mecánicos. Se vio que tuvimos buenos resultados”, admitía el húngaro. “No sé qué ha pasado con Héctor. A las dos de la mañana recibí un mensaje diciendo que él no quería correr, que la moto era una mierda. El sábado tuvo una pequeña caída cuando era tercero en el primer sector. Se podía clasificar ‘top 7’. También tenía ritmo. Héctor es muy buen piloto, pero personalmente… se vio lo que hizo Sito Pons. Es extraño”, desconfiaba de Barberá el propietario del equipo.
Además, salieron rumores sobre el impago a los miembros del equipo, pero Imre lo desmintió. “Yo pago. Héctor tiene su ‘staff’ español y yo el mío, con otros mecánicos. Se puede hablar con ellos”, reconocía. “Quiero seguir, tengo presupuesto para continuar e ir a Assen. Con Héctor ya no es posible con lo que ha dicho, así que busco otro piloto. En el contrato entre Héctor y yo pone que corre gratis, que no le tengo que pagar, con lo que no hay problemas económicos”, anunciaba Tóth, cuyo deseo es seguir con la temporada con otro piloto.
“No tengo un seguro de 50.000 euros que quiera cobrar”
“No hay problema con el motor, con uno puedes correr 2.100 kilómetros”, decía el húngaro. “El de ahora tenía 1.350. Caricasulo va con uno con sólo un kilómetro menos que el de Héctor. Sí, tenía uno nuevo que se rompió tras siete vueltas el viernes, pero así son las carreras, puede pasar”, reflejaba así que el motor que tenía Barberá para la carrera se podía utilizar perfectamente. “No, sólo hay seguro para los viajes, no en el circuito. No tiene matrícula, es una moto de carreras, no la aseguran porque hay caídas y otras cosas. No tengo un seguro de 50.000 euros que quiera cobrar”, afirmaba el ex piloto y propietario del equipo.
Barberá se defiende por las acusaciones recibidas
“En Tailandia, el motor ya tenía los kilómetros de los entrenamientos y la carrera. Ni pude correr la carrera, la disputé porque, sin medios, ya salí a carrera con un motor con 1.300-1.400 kilómetros, eran muchos porque se cambia a los 1.500”, decía en su defensa el piloto valenciano. “Me prometían que en Aragón tendría medios para hacerlo bien, incluso no un motor nuevo, sino dos motores. Pero cuando llegamos nos encontramos con la situación de que seguimos sin motores, sin medios y en todo el fin de semana pude dar 10-12 vueltas”, añadió.
Tras eso, admitió la desesperación del sábado por correr al día siguiente. “A las 11:30 de la noche, nos fuimos a cenar buscándonos la vida para poder hacer la carrera. Hasta llamamos a Alemania, planteamos un viaje con un preparador para tener un motor en el primer vuelo de la mañana”, confirmaba Barberá, que añadió que ya “ni miraban los costes” que podía suponer traer piezas nuevas para su Yamaha R6.
Por otra parte, Héctor cuenta su versión de los hechos del domingo por la mañana. “Nos despertamos esta mañana con un ‘whatsapp’ del técnico: ‘No está la moto en el box’. Muy triste. Venía mi hermana llorando. Un disparate”, cerraba su declaración el del Team Tóth, que abandona definitivamente el mundial de Supersport.
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