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MOTOSAN | MOTOGP, MOTOCICLISMO Y COMPETICIÓN. "Life is Racing"

¿Estarías dispuesto a alquilar tu moto?

10 Oct. 21 | 16:00
Foto: Momoven

Son varias las plataformas que negocian el alquiler de motos entre particulares. Una forma de probar diferentes modelos pero, ¿es rentable con el riesgo que puede suponer?

Todos motero ha soñado con poder probar y conducir el mayor número de motos posibles. Ya sean de menor o mayor cilindrada, custom, nakeds, sport… Incluso desde pequeños, había un modelo que nos fascinaba y que, con el paso de los años, no hemos podido conducir. Una oportunidad que, quizás, no hayamos perdido del todo gracias a esta práctica que os contamos.

Hablamos del motosharing entre particulares. A día de hoy, existe la posibilidad, a través de diversas empresas, de alquilar scooters eléctricos para la movilidad por ciudad. Pero a veces esto no es suficiente. Es el momento en el que más de uno se plantea alquilar una moto de otro particular, motos de mayor cilindrada que no se encuentran en las empresas de motosharing.

Arrendamiento cliente-propietario

Es ahí donde entran empresas como Motoshare o Momoven, dedicadas a intermediar entre los propietarios que están dispuestos a alquilar su propia moto y particulares que buscan modelos concretos tanto para disfrutar de un día de curvas como para tener un feedback antes de comprarlo.

Estas empresas cuentan con miles de usuarios, tanto a nivel nacional como internacional, que están dispuestos a confiar su moto a otro usuario por un módico precio. Pero, ¿Y el riesgo que supone que otro usuario conduzca tu moto? Todo propietario debe asumir también que este alquiler entraña ciertos riesgos, los cuales pueden ser superiores a los ingresos.

Confianza ciega en el cliente

Para compensar ese “miedo” que puede tener el usuario que propone su moto para alquilar, estas plataformas ofrecen unos seguros que, en caso de accidente, proteja los daños que se han causado. Tal como sucede a la hora de alquilar un coche o furgoneta, el propietario estará cubierto hasta cierta cantidad, definida según el modelo de moto y los años del vehículo.

Es por ello que las plataformas de Motosharing limitan que las motos tengan una antigüedad máxima de 15 años, que se especifique el estado en el que está el vehículo, fallos o desperfectos que tienen. La finalidad es cubrirse ante cualquier imprevisto que pueda surgir durante el alquiler.

Foto: Honda

¿Qué uso se le va a dar a mi moto?

Esta es otra pregunta que se hará el propietario que ofrece su moto. ¿Y si la usan para circuito? ¿Y si le aceleran en frio? ¿La conducirán con cuidado? ¿Y las multas? Hay millones de dudas que nos pueden surgir. Para ello, firmaremos un contrato de alquiler en el que se podrán especificar las condiciones del alquiler.

Gracias a él, cualquier multa o uso inadecuado, será reclamable al cliente, salvaguardándonos de estas prácticas. Además, si queremos un plus de confianza, siempre podremos instalar un localizador gps a nuestra moto, así sabremos si se cumple o no con las condiciones pactadas. Para que esto funcione, el propietario tiene que estar tranquilo.

¿Merece la pena?

Tal como decimos, el precio lo fija el propietario, a definir por días de uso. Gracias a ello, tendremos un ingreso extra por día alquilado, que puede variar entre 40 y 80 euros, dependiendo del vehículo. Además, las condiciones de entrega y recogida deben ser las mismas, para que nos suponga el menor costo posible.

Y hablando del cliente, el motosharing se plantea como una oportunidad única para todo aquel que busque disfrutar de una moto de gran cilindrada sin tenerla en propiedad, o incluso por probar algún modelo específico. Además, contar con la confianza de un seguro a todo riesgo nos hará ir más tranquilos.

Y tu, ¿Estarías dispuesto?

Hablando con varios compañeros moteros, le planteé la idea de alquilar sus propias motos. Los puntos de vista fueron muy distintos, desde respuestas positivas, más por personas que suelen tener la moto cogiendo polvo en el garaje, como negativas por los más ruteros, que saben los límites que pueden alcanzar sus motos.

La confianza, como decimos, en el tercero que la va a conducir, es vital, pero si somos conscientes de los riesgos que entraña una moto, es difícil asumir que otra persona pueda conducir nuestra moto. El motosharing se sigue planteando como la opción del futuro, al igual que sucede con los coches, para todos aquellos que quieren disfrutar esporádicamente de la sensación de conducir sobre dos ruedas.

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