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MOTOSAN | MOTOGP, MOTOCICLISMO Y COMPETICIÓN. "Life is Racing"

Mi primera vez, por Raúl Torras

23 Mar. 19 | 14:00

Aún de pretemporada, y preparándolo todo para poder tener una temporada con garantías; pasan los días volando.

Difícil encontrar tiempo para mi columna de opinión. Cuando “tú te lo guisas y tú te lo comes”, estar al tanto de todo es mucho más estresante de lo que parece. Trabajar y cumplir con mi deber por un lado, preparar dos motos para la temporada, más otra que destrocé y quiero reparar, más dos motos para restaurar y vender, buscar patrocinadores, recambios… y no te olvides de ponerte en forma. Algo que después de las lesiones que sufrí y las secuelas que me quedarán, se hace duro. Luego tienes que reservar ferrys, alojamientos, gestionar licencias, seguros, diseñar la decoración de las motos y un sinfín de cositas “invisibles” más que hay que hacer.

Mucha gente de mi entorno y amigos me preguntan por qué lo hago. Me preguntan si merece la pena. Que este estrés, este ajetreo, este sacrificio, este vivir solo por y para las motos no vale la pena. Pero soy muy terco: solo estoy deseando enfundarme el mono, atarme el casco, subir a la moto, y encarar la “start lane”. Esa sensación de enfilar una “road” en primera a fondo, al corte, con wheelie, mientras el motor aúlla desesperado; pasar a segunda hasta el corte con otro wheelie; tercera, cuarta… BUFFF… Merece la pena. Esta sensación lo vale todo. Piel de gallina.

Por eso, en momentos de flaqueza, echo la mirada atrás y recuerdo ese por qué. Recuerdo esa sensación, esas emociones. Y vuelvo a la carga. Por este motivo quiero compartir con vosotros un post personal, en el que explico mis sensaciones después del primer día de entrenos en mi primera Road Race.

Foto: Northwest 200

Era en la NorthWest 200 de 2016; con una Yamaha R6 2008, con un motor de serie sin demasiado punch:

Martes. Primer entreno.

¡¡¡Primer entreno realizado!!!
Ahora sí: ¡¡¡ya he rodado en una Road Race!!!
No tengo palabras… No sé como describirlo. Mil sensaciones, a cual más fuerte e inexplicable…
Me han cronometrado a 163.4 mph. ¡¡¡Eso son 263 km/h!!! He montado una corona de 44 y voy todo el rato “cortando”. Para el jueves ya he montado un 43…

No se puede describir ir a 263 km/h por un tramo de carretera tan bacheado que parece que haces motocross. Hay lugares en los que pierdes la dirección (la rueda delantera despega), otros en los que saltas por el simple hecho de ir a estas velocidades y pillar un “pseudo”-rasante, o un bache… Y luego, tienes que frenar hasta primera para hacer una chicane o un ángulo/cruce a 30 km/h. Intentando aguantar los baches, la rueda trasera haciendo la serpiente, etc.

¡¡¡Y por Dios!!! Venía con el carenado nuevo, impecable, y después de un solo entreno parece que haya pasado una guerra: picado, agujereado, cúpula agrietada, casco picado, lleno de piedras y mosquitos.
La recta antes de Metropole Corner la hacemos en sexta a fondo, sin visibilidad debido al polvo que levantan las motos. Se crea una nube que parece niebla marrón, y nosotros a fondo… ¡Y el momento en que te pasas de frenada! El corazón se te encoge como nunca lo había hecho: dos “largos” en Church corner, y una colada total en University. Como hay una escapatoria buena, no quería forzar ni jugármela.

Muchísimas sensaciones que ahora mismo debo asimilar. Muy muy contento. Terminé el 33º, primer español, y con mucho a mejorar.

También debo encontrar los reglajes adecuados de suspensión. En 7 vueltas he destruido la goma trasera (señal de que el setting no es el adecuado).
No sé que más contar… Solo os diré que llevo más de 25 años subido en motos (velocidad, motocross, resistencia, supermotard, enduro, trial) haciendo carreras… ¡¡¡y me he quedado colapsado de tantas sensaciones!!!

Flat out!!!