El futuro de la movilidad tiene las vistas puestas en la electrificación. Pero existen otras alternativas que se llevan contemplando desde hace años, como son los motores movidos por hidrógeno.
El plan de “descarbonización” en la movilidad cada vez es más visible. Los países y las marcas buscan reducir la huella de carbono generada a lo largo de los años, y la única alternativa clara que se ve a día de hoy es electrificar los motores, logrando así que la energía renovable sea la sustituta natural a los combustibles fósiles.
Pero la situación que vivimos desde hace unos años, recorrido por el COVID, una crisis económica latente y la reciente guerra de Rusia-Ucrania, hace que los precios de la luz y el carburante se hayan ido por las nubes. A día de hoy, poco ahorro hay entre llenar el tanque de gasolina o cargar una moto eléctrica. Entonces ¿qué otras alternativas se podrían plantear?
El papel del motor de hidrógeno
Al igual que pasó con los motores GLP en los vehículos, el motor de hidrógeno podría tener un papel importante como fuente de energía alternativa. El hidrógeno se puede generar en cualquier lugar donde haya disponible agua y electricidad. Igualmente, los gases que emite este motor es vapor de agua puro, produciendo una huella de carbono neutra.
Por otro lado, sus posibilidades de aprovechamiento son amplias. La electricidad sobrante permite que los vehículos con pila de hidrógeno sigan funcionando, ya que se recicla la energía producida. Dadas estas ventajas, la iniciativa mundial Hydrocell Council ya considera al motor de hidrógeno como el futuro de los sistemas de propulsión.
Producción a base de agua
Para producir este elemento químico, uno de los más comunes en la naturaleza, sólo hay que contar con agua y realizar un proceso de electrólisis. Una gasificación que descompone el agua y aísla el hidrógeno. Tras este paso, se aspira, filtra e inyecta el oxígeno que procede del exterior del vehículo a la pila de combustible que almacena el hidrógeno.
De esta forma, al entrar en contacto ambos elementos químicos, se produce una reacción que formaría la electricidad capaz de mover el vehículo. A su vez se genera vapor de agua, que en este caso sería lo que expulsa el escape, siendo una reacción de lo más neutral con el medio ambiente y totalmente libre de huella de carbono.
Repostaje similar a los combustibles fósiles
Viendo que el hidrógeno sería otra fuente de energía renovable, habrá que tener en cuenta cuál es la mayor ventaja frente a los motores eléctricos puros. Y es que la recarga de los motores de hidrógeno es igual a la de un motor de combustión. El usuario podrá repostar en las llamadas hidrogenaras instaladas en la red de carreteras.
Esto hace que nos olvidemos de los enchufes, ya que cuentan con una batería auxiliar que proporciona corriente eléctrica al propulsor con la energía recuperada en las frenadas. Igualmente, la energía sobrante de la electricidad producida se acumula y reparte para que se utilice en cualquier momento.
Honda ya patentó un modelo
Aunque parezca algo muy lejano, Honda ya ha experimentado alguna patente con este tipo de motor. En 2008 lanzó el Honda FCX Clarity, un coche movido por esta tecnología. Y hace unos años se conoció de una patente de la marca japonesa sobre una moto impulsada por hidrógeno.
También Suzuki experimentó con estos motores, cuando en 2011 lanzo el Suzuki Burgman movido por Hidrógeno. Aunque su comercialización fue breve y llegó a pocos países, fue el primer scooter comercial en contar con esta tecnología y ver sus ventajas de cara a un futuro cercano. La policía británica pudo probarlas de primera mano al formar parte de su parque móvil.
Un proyecto en el aire
El motor de hidrógeno es una alternativa real, pero a día de hoy, no cuenta con todas las ventajas que si tiene tanto el combustible fósil como los motores puramente eléctricos. Actualmente, en España no hay suficientes hidrogeneras. El objetivo para 2030 es contar con una red de mínimo 100 hidrogeneras en todo el territorio nacional.
Por otro lado, las principales marcas se han centrado más en vehículos híbridos y eléctricos. Incluso la movilidad urbana de dos ruedas no ha contemplado a día de hoy este motor como una solución real. A la vista está por las diversas empresas de motosharing con toda su gama eléctrica o las nuevas marcas que entran al mercado ofreciendo sólo vehículos de este tipo.
Más alternativas, mejores soluciones
Dado el panorama actual, hay una frase que haría justicia a las nuevas tecnologías: Divide y vencerás. Si todas las compañías se centran en desarrollar una única tecnología como la solución para los combustibles fósiles, por ejemplo, la eléctrica, se sobrecargará el sistema al igual que ha pasado con el petróleo.
Se perderán nuevas vías de investigación que realmente pueden presentar una mejor solución a este problema. Es por ello que cuantas más tecnologías existan, y más opciones haya, mejor será para las compañías y para los usuarios finales. Sólo nos quedará esperar a ver con qué nuevas ideas nos pueden sorprender las grandes empresas del sector.
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