Moto, casco, botas, chaqueta, mono, pantalones, gorras, puños, espejos, intercom…. Así una larga lista de accesorios y equipaje que vamos adquiriendo los moteros y que, incluso, no tiene fin. Pero, al contrario que la lista, la vida de todos estos productos sí tiene fin pero, ¿sabemos bien qué fin darles?
Pasan los años y nuestro flamante casco o la nueva chaqueta de última colección van perdiendo brillo y se van deteriorando. Los materiales que tienen determinada vida útil van sufriendo un desgaste que supone una caída de calidad y sobre todo afecta directamente a la seguridad que proporcionan.
Igualmente el resto de accesorios también están condicionados por la exposición a los agentes meteorológicos, tales como intercomunicadores o los mismos guantes sufren gran desgaste debido a esta situación.
¿Qué hago cuando algo llega a su fin?
Lo primero que hay que valorar es si realmente algo llega a su fin. A veces pecamos de querer ir a la última moda y nos deshacemos de algo cuando sigue siendo totalmente útil. Quizás para nosotros ya no los queremos, pero ¿lo puede usar otra persona? Hoy en día hay una gran variedad de plataformas de segunda mano donde además de dar una segunda vida conseguiremos ahorrar.
Hay que valorar bien que productos podemos vender ya que en el caso de los cascos tienen un tiempo estimado de uso que pasado pierden cualidades y no ofrecen protección en caso de caída. En cualquier caso podríamos dejarlos de adorno y recuerdo y crear nuestra colección.
Otra opción es donar la ropa. A veces no valoramos las cosas que tenemos y disfrutamos y sin embargo la vida no ofrece las oportunidades a todos por igual. Una chaqueta aunque sea de moto puede proteger del frío y nunca sabemos lo que a otros les puede hacer falta. Para acabar en la basura se puede depositar en un contenedor destinado a donación de alguna organización que ayude a los más desfavorecidos.
No vale cualquier contenedor
Una vez descartada la opción de la segunda oportunidad y decidido su fatal destino, hay que saber dónde depositarlo. No vale cualquier opción, no podemos llegar y tirarlo al primer contenedor porque como bien se dice “solo hay un planeta en el que existan motos y debemos cuidarlo”.
¿Dónde depositar los artículos viejos?
Lo más correcto es intentar llevar todo a un punto limpio, especialmente los cascos. Aunque está claro que a todos no nos pilla cerca los ayuntamientos suelen ofrecer bastantes opciones como puntos de recogida móviles por barrios. Los productos electrónicos como intercomunicadores, centralitas o puños calefactables suelen recogerlos en tiendas de informática que ellos mismos reciclan.
La ropa, botas y guantes se pueden depositar en contenedores especiales para textil que suelen estar repartidos por la ciudad.
Con espejos y bombillas hay que tener especial atención ya que suelen estar fabricados con plomo o materiales difíciles de reciclar y siempre hay que llevarlos al punto limpio y no confundir y depositarlos en el contenedor verde.
Por cada deshecho es necesario valorar cuál es el mejor modo de deshacernos de él para poder contribuir al reciclaje.
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