Los resultados y las sensaciones de los tests de Malasia y Tailandia sitúan a Honda como favorita al título. Repasamos las últimas pretemporadas ‘engañosas’ de la marca japonesa.
Sí, son los actuales campeones del mundo. Sí, han ganado con Marc Márquez cuatro de los cinco últimos Mundiales. Pero, pese a ello, ver a Honda dominar con mano de hierro una pretemporada es noticia. O al menos por los precedentes más cercanos. La marca japonesa, que hoy mismo ha presentado su moto en Yakarta, había sufrido y mucho en los dos últimos inviernos, llegando a la cita de Qatar bajo mínimos y con serias dudas de poder pelearle el campeonato a Yamaha. Ahora, sin embargo, la situación es muy distinta. (Foto portada Repsol Media)
Para entender la situación de Honda y las pretemporadas hay que remontarse a 2015. Márquez venía de ganar sus dos primeros Mundiales en sus dos primeras temporadas en MotoGP. En 2014, además, arrasando, consiguiendo 10 victorias consecutivas -algo sin precedentes en la historia de MotoGP-. Por tanto, la confianza estaba por las nubes en la marca del ala dorada. Aún por encima, el calendario de tests les aseguraba dos tandas de pruebas en Sepang, circuito fetiche para la marca, que había ganado los tres años anteriores en Malasia (2012 y 2013 con Pedrosa, 2014 con Márquez).
Y los resultados en Malasia no dejaban lugar a ninguna duda: Honda era la mejor moto de la parrilla y Márquez era más favorito que nunca. De los seis días de pruebas en Sepang, el de Cervera lideró cuatro. En algunos de ellos, dejó a las Yamaha de Lorenzo y Rossi muy, muy lejos. Nada hacía presagiar el posterior ‘naufragio’ del binomio Honda-Márquez. Y es que ese motor agresivo que había diseñado Honda y que tan bien funcionaba en las rectas de Sepang y con las altas temperaturas del sudeste asiático era una mentira piadosa.
La historia la conoce todo el mundo: Márquez sólo ganó una de las ocho primeras pruebas del campeonato, abandonó en tres de ellas y, a finales del mes de junio, estaba a 74 puntos del liderato, que ostentaba Rossi. El Mundial estaba perdido. La pretemporada había sido un espejismo, fruto de una mala planificación y de un motor que había funcionado única y exclusivamente por las características del trazado de Sepang. Márquez reaccionó en la segunda mitad del curso, ganando otras cuatro carreras, pero era demasiado tarde. El título era de Yamaha, y la batalla Lorenzo-Rossi dejaba a Márquez sin el cetro de la velocidad.
Al año siguiente, también en Malasia, las sensaciones fueron diametralmente opuestas. Yamaha en general y Lorenzo en particular dominaron la pretemporada. Márquez estaba, en la mayoría de jornadas, a más de un segundo de los registros del balear. Cierto es que la moto mejoró durante el curso, pero no fue, ni mucho menos, la mejor de la parrilla en el global de la temporada. Si Márquez se llevó ese campeonato fue por una serie de factores: su impresionante talento, los errores de Lorenzo y Rossi y la cantidad de carreras en mojado y ‘flag-to-flag’ que hubo esa temporada, en las que el 93 explotó sus virtudes mientras sus rivales patinaban.
Y el año pasado, algo similar. No tan dramática era la situación, pues Márquez nunca llegó a estar a un segundo de Viñales en pretemporada, pero sí alarmante. Yamaha dominaba, y así lo ratificó en las primeras seis carreras del año, en las que Honda vio cómo sus carencias eran mostradas y su campeón quedaba a 37 puntos del liderato. Pero la gran capacidad de reacción de Honda, con un salvador test veraniego en Brno, llevó a la marca nipona a terminar el año, con permiso de Ducati, como la marca más en forma del curso.
Ahora, tras lo visto en los tests de Sepang y Buriram, nadie duda de que Honda está en la ‘pole’. No sólo por Márquez, que ha sido el que mejor ritmo ha mostrado, sino también por los tiempos realizados por Pedrosa e incluso Crutchlow. Ahora la gran pregunta es: si parten con tan buena base ya de salida, y con su conocido historial de mejora durante el año, ¿conseguirán los rivales echar el guante a Honda? O, haciendo otra lectura algo más enrevesada: ¿estamos ante un nuevo 2015, en el que algunos circuitos favorables escondieron las carencias de la Honda?
A priori, parece que han aprendido. No sólo tienen a un piloto muy experimentado en la puesta a punto como es Pedrosa -que ese 2015 estaba más pendiente de su lesión que de otra cosa-, sino que la madurez de Márquez es un hecho fácilmente comprobable con la gestión de los dos últimos Mundiales. Tanto el 93 como su equipo aprendieron mucho en ese 2015 y parece muy complicado que la confianza se dispare por un par de buenos resultados en los tests. En Honda, conscientes de que están en un buen momento, siguen alerta. ¿Les podrán alcanzar?
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