Aun y acabar en el suelo en Misano, Jordi Torres se proclamó vencedor del campeonato de MotoE.
Jordi Torres consiguió por segunda vez consecutiva el título de motos eléctricas. El piloto catalán se proclamó campeón en la última carrera en Misano, una carrera en la que terminó por los suelos. Dominique Aegerter era el otro candidato para ganar el mundial, pero para conseguirlo no le bastaba con ganar si Torres terminaba segundo.
Ambos pilotos se escaparon durante la carrera y el suizo empezó a ralentizar el ritmo a la vez que hacía adelantamientos muy al límite. Fue en la última vuelta cuando en una curva de derechas, apuró demasiado la frenada dejando derrapar la rueda trasera y salió de la trazada golpeando a Torres. El piloto catalán se fue al suelo y Aegerter cruzó la línea de meta en primera posición celebrando el título.
Pero la acción fue revisada y se penalizó al suizo con 39 segundos, quedando Jordi Torres primero en la clasificación general. El piloto catalán ha explicado en declaraciones recogidas por AS.com como vivió la carrera. “Sabía que Dominique iba a intentar con todos sus medios hacerme cometer un error, pero sus ataques eran demasiado grandes y agresivos. Siempre se iba largo y me dejaba la puerta abierta para que yo entrara por dentro”.
Con una P2 era suficiente
Al catalán le era suficiente quedar en segunda posición, por lo que iba tranquilo. “No tenía intención ninguna de lucharle la posición, porque me bastaba con un P2, pero hasta que ha llegado a esa curva, en la que creo que se ha regalado, literalmente. Se ha excedido, se han cruzado todas las líneas posibles y me ha tirado“, comenta.
De hecho, afirma que se pensaba que había perdido el campeonato. “La vuelta de honor me la he pasado llorando porque no pensaba que fuera hacer justicia”. Aunque finalmente Aegerter le pidió disculpas. “Ha tenido la decencia de disculparse. Y mi compañero de equipo, Iwema, ha visto la caída y se ha esperado a que yo pudiera coger algún punto por si me hacía falta”, añade Torres.
Este es el segundo título del de Rubí en esta categoría, lo que lo convierte en el piloto más laureado de todo el certamen. Aunque la Moto-E World Cup lleva poco tiempo existiendo, es un gran mérito. “Es una categoría muy difícil para revalidar el título porque es muy volátil, donde puede pasar de todo. Hemos sido más o menos constantes, siempre entre los seis o siete primeros, y eso nos ha dejado llegar a la última cita con opciones”, concluye.
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