Jorge Lorenzo sigue sufriendo en su adaptación a la Honda y así lo demostraba en el primer día de entrenamientos en el Gran Premio de Aragón donde terminaba último a más de cuatro segundos de la cabeza.
Cuatro segundos son los que separaban a Jorge Lorenzo del primer clasificado en la tabla de tiempos del primer día de entrenamientos libres del Gran Premio de Aragón. En un circuito previsiblemente favorable para el piloto balear, volvían a aparecer los problemas que el ’99’ ha ido arrastrando a lo largo e la temporada. Todo ello sumado a la lesión aun presente de vértebras sufrida durante el Gran Premio de Assen propiciaba que el mallorquín terminase último en los entrenamientos libres del viernes.
Sin embargo, para el balear el verdadero problema no es el tiempo que le separa de sus rivales sino la poca confianza que tiene al subirse en la moto. “El problema no es la brecha de cuatro segundos esta mañana, podrían haber sido tres u ocho. Por ejemplo, también en Le Mans, cuando la brecha del viernes por la mañana era de solo 3 décimas, me sentí muy lejos. Lo que está mal es la confianza con la moto y el hecho de que no me gusta lo que estoy haciendo“.
Este fin de semana, Jorge Lorenzo afronta el que sería su tercer Gran Premio desde la baja que le apartó de la competición durante dos meses. Un parón donde el mallorquín no ha podido entrenar como de costumbre y en el que ha perdido una gran condición física. Un punto que, a día de hoy, le es muy necesario para poder pilotar la Honda. “En general me encuentro mejor físicamente. Solo tengo un poco de dolor en la espalda y el cuello. Las dos vértebras están curadas, pero la zona de alrededor duele, aunque menos cada vez. El problema es que el esfuerzo que hago para pilotar la moto provoca que el dolor vuelva”.
Un problema externo
Sin embargo, a pesar de que el dolor ya no es el problema principal, Lorenzo continúa muy lejos de las primeras posiciones y el pronóstico meteorológico del fin de semana no parece que vaya a permitirle preparar de la mejor manera posible la carrera en Alcañiz. El balear declaraba ante los medios que su principal problema no era el físico dejando entrever que la moto podría ser la culpable de sus malos resultados.
“El problema no es físico. Me ha costado mucho rodar rápido y estoy muy lejos. Es complicado porque mañana va a llover. Las sensaciones encima de la moto no son buenas, no tengo confianza. Mi ritmo deja mucho que desear. Llegaremos al domingo sin posibilidades reales de poder mejorar mucho la moto“, admitía decepcionado con la falta de resultados que lleva encadenando las últimas carreras.
A las lesiones que ha ido encadenando Lorenzo, se han sumado las características de la Honda, lo cual está propiciando que el piloto esté completando su peor temporada desde que compite en MotoGP. “Evidentemente no estoy satisfecho, me gustaría estar más cerca. Nunca he podido estar realmente cerca de los más rápidos. El cambio que se hizo en la moto del año pasado a este me ha perjudicado. Hay dos cosas que me están impidiendo ir más rápido con esta moto: el motor y el chasis“, zanjaba.
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