La medida tiene como objetivo limitar el riesgo de contagio del Coronavirus
La Dirección General de Tráfico ha decidido reducir los controles de alcoholemia y drogas, atendiendo la petición que la Asociación Unificada de Guardias Civiles hizo hace unos días. El motivo no es otro que el virus Covid-19, en un intento por atajar su expansión. Otros cuerpos también han solicitado similares medidas, como el sindicato de ertzainas ErNE, aunque en este caso aún no ha habido respuesta oficial por parte del Gobierno Vasco.
En ningún caso esto significará que dejen de realizarse controles preventivos, sino que las pruebas se llevarán a cabo en circunstancias específicas.
Las pruebas, sólo en casos evidentes o de accidente
Los agentes afirman que el riesgo de contagio se multiplica al no poder cumplir los consejos de las autoridades sanitarias, y que es imposible mantener la distancia de seguridad de un metro con los conductores. El riesgo es bidireccional, y tampoco hay que olvidar que por mucho que se utilicen boquillas de un solo uso, la prueba se realiza soplando con fuerza en un aparato, que se convierte en un foco de contagio potencial. La situación es similar en la prueba de detección de drogas en el organismo, que se realiza mediante la toma de una muestra de saliva del conductor.
Los controles se seguirán realizando, aunque sólo en determinadas circunstancias. Por ejemplo, tras un accidente, infracciones graves de tráfico o si el conductor presenta síntomas evidentes de estar bajo la influencia del alcohol o drogas. En otros casos, se evitarán.
Declaración del «Estado de Alarma»
Sin embargo, la declaración del «Estado de Alarma» por parte del presidente Sánchez el pasado sábado, deja en anécdota la decisión de la DGT. Desde el mismo momento en que los únicos trayectos autorizados son para cubrir necesidades de primer orden o para ir a trabajar, el flujo de tráfico descenderá drásticamente. Está prohibido todo movimiento innecesario, o que tenga como objeto el ocio. Es evidente que nos encontramos ante un escenario excepcional que no habíamos previsto, y que posiblemente pueda cambiar día a día y surjan nuevas instrucciones.
Nuestra responsabilidad como ciudadanos y motoristas
Las órdenes de las autoridades que nos obligan a quedarnos en casa tienen como objetivo principal evitar movimientos y el contacto con otras personas para detener la propagación de un virus extremadamente contagioso. Es un virus injusto, no sabe lo que es el karma, y puede ser grave para personas mayores o con problemas previos de salud. Puede que hayas leído que es una especie de gripe y creas que la superarías sin problemas. Pero todos debemos parar su propagación. La idea es «frenar la curva», y extender en el tiempo el número de pacientes afectados para no colapsar los servicios sanitarios. Probablemente acabe contagiado el mismo número de personas, pero el reto es conseguir que todos los pacientes puedan ser atendidos correctamente, que haya personal suficiente, camas, UCIs y respiradores para todos en todo momento.
Por eso, otro de los objetivos que persigue el confinamiento colectivo es no precisar atención sanitaria. Cualquier accidente doméstico o de tráfico nos llevará a Urgencias, y no es el momento. Hay quirófanos que se están cerrando para convertirlos en Unidades de Cuidados Intensivos, centros privados que pasan a ser públicos, hoteles que pasarán a ser hospitales. Miles de profesionales sanitarios lo están dando todo y más para atender a los enfermos que necesitan de su atención y profesionalidad. Sabes que en una moto se corre un riesgo mayor que en otros vehículos. Es el peor momento para romperse una clavícula, un tobillo, un dedo, infectarse una pierna por un arrastrón con el asfalto o sufrir un traumatismo craneoencefálico. Sólo circunstancias muy específicas justificarían coger tu moto.
Quédate en casa, y la moto, mejor aparcada. Es tu responsabilidad. Gracias.
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