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Cuando Kevin Schwantz ganó su última carrera en el Mundial de 500cc

20 Feb. 21 | 21:00
Schwantz
Foto Dainese

El Gran Premio de Gran Bretaña es uno de los enclaves históricos de MotoGP. Actualmente en el circuito de Silverstone, hace años su sede fija era el bello trazado de Donington Park, donde Kevin Schwantz consiguió su última victoria en 1994.

No estaba teniendo Kevin Schwantz la temporada soñada. Al acabar 1993 y haber logrado la ansiada corona de 500cc, había decidido cambiar “su 34” por el 1 en el frontal de su Suzuki RGV. De hecho desde su caída en Donington Park ’93, causada por un error en una apurada de frenada de Mick Doohan, nunca estuvo recuperado del todo.

Tampoco la lesión de Wayne Rainey le había ayudado, más bien lo contrario. Ganar el campeonato que tantos años había perseguido y perder a su gran rival a la vez, supuso perder de golpe sus dos mayores motivaciones. Ya era campeón del mundo de 500cc y había visto muy de cerca las consecuencias de lo que podía suponer una mala caída.

La temporada de 1994 no había ido bien, pero Schwantz llegaba a uno de sus circuitos preferidos. Desde 1989 hasta 1991 había ganado las carreras y suyo era el récord de la pista. Eso sí, en 1992 tuvo muy mala suerte al caer y verse apeado de la lucha por el título por una mancha de aceite. Inolvidable su escena con la bandera roja y amarilla a rallas, para avisar a sus rivales de lo resbaladizo de la pista.

Schwantz se quejó a los comisarios de no avisarle a él a tiempo. Y en 1993 casi perdió un título que tenía controlado por 23 puntos de ventaja por un error ajeno a él. Schwantz estaba entonces a 76 puntos de Mick Doohan con cinco carreras por disputar. El título estaba perdido al 99% antes de llegar a Donington Park.

De hecho en esta cita si el “34” caída y el “Koala” gababa, éste se haría con su primer título Mundial de 500cc. Kevin venía dispuesto a luchar pese a a la diferencia de puntos y la lesión que arrastraba, llegaba muy tocado de su muñeca izquierda tras una caída de Assen. Tras los primeros entrenamientos en los que había sido el más rápido, Schwantz reconoció que lo peor eran los cambios de dirección en las frenadas fuertes y chicanes.

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“Me dedico fundamentalmente a preparar la moto para que sea cómoda y fácil de conducir, eligiendo neumáticos que aguanten toda la carrera sin derrapar mucho al final. No puedo pilotar la moto como lo haría normalmente, por lo que me resulta muy difícil detectar los posibles problemas que surgirán el domingo. Me siento verdaderamentte sorprendido de verme en la pole provisional”

Donington Park es una pista donde la velocidad punta es poco importante y donde los buenos “frenadores” pueden sacar sus mejores virtudes. La Honda de Doohan le sacaba 4,6 Km/h en la velocidad máxima pero a la hora de apurar la frenada, no había duda de quien era el más fuerte de la categoría.

Un día en el que Norick Abe volvía al Mundial, sustituyendo al lesionado Beattie en el Team Roberts. El japonés caería y se rompería la mano, unos 40 días en el dique seco. El sábado, durante los cronometrados, Doohan estaba dos décimas a falta de 10 minutos para acabar. Schwantz salió decidido a lograr la pole pero entonces sufrió un “highside” en Old Hairpin.

Una caída espectacular en la que tuvo suerte de no ser atropellado por Haenggeli, que venía muy cerca detrás. Las ruedas de su moto pasaron a escasos centímetros de él. Tuvo que conformarse con salir en segunda posición a carrera aunque en ese momento era lo de menos, había “salvado el cuello” literalmente.

Schwantz
Foto motogp.com

El domingo decidió visitar la capilla del circuito antes de salir a pista, cambiando sus costumbres en un día de carrera. Cuando le preguntaron el motivo dijo “No me cabe la menor duda de que allí arriba hay un Dios que me protegió ayer. Creo que a partir de ahora iré con más frecuencia a la Iglesia”.

Ya en modo carrera y como solía pasarle, no salió bien y Mick Doohan parecía lanzado hacia su 8ª victoria de la temporada. Kevin Schwantz empezó a remontar hasta que en la 13ª vuelta llegó a rueda del australiano. ¿Íbamos a tener duelo? Duró poco. El de Suzuki había apostado por un neumático más duro, que con las altas temperaturas se mostraba a un mayor nivel.

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Tras varios intentos finalmente se decidió a atacar “por fuera” en la vuelta 20, tal y como le hizo a Rainey en 1991… ¡Y lo consiguió! Schwantz se escapó para conseguir la victoria: “La Suzuki siempre ha ido bien aquí. El problema era yo: aparte de la muñeca, me dolía la espalda, tenía un tobillo torcido y varios dedos del pie que me hacían ver las estrellas”

“Si me hubiesen preguntado anoche, hubiera respondido que sería imposible ganar hoy, después de todo lo que me ha llegado a pasar durante estos días” – Reconoció feliz pero fastidiado físicamente. Aquella supuso su 25ª victoria en el Mundial, la última, consiguiendo así una más que su gran rival Wayne Rainey, que se quedó en 24.

Después de un mes de parón veraniego, llegarían a la República Checa (Brno), cita en la que Doohan se llevaría el triunfo. Schwantz le entregó definitivamente el cetro, empezaba la era del australiano con sus cinco títulos de forma consecutiva. Las lesiones volvieron a castigar al 34 antes de acabar la temporada y poco a poco se fue dando cuenta de que ya le tocaba colgar el mono. Aquella tarde de domingo en Donington Park ’94, el “pajarito” voló por última vez a por la victoria.

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