Desde que Maverick Viñales aterrizó en el mundial, ha dado muestras de disponer de un talento y una virtud que pocas veces se repiten en la misma generación. Mack es un piloto que ha ido evolucionando año tras año, a nivel de pilotaje y a nivel personal. Ha obtenido muchos éxitos a lo largo de su corta carrera, pero, a pesar de que los dos últimos años y primeros en Yamaha ha acabado 3º y 4º respectivamente, sus resultados no han sido lo que los demás ni él mismo esperaban.
Maverick sigue siendo ese piloto talentoso del que se esperan grandes cosas. Siente el motociclismo como una pasión tan viva que es capaz de transmitir sus emociones cuando triunfa y también cuando pierde. Muchas cualidades y muchos cambios en este 2019 nos hacen pensar que éste es un gran año para confiar en que estará luchando por ganar el campeonato. Estos son los 12 puntos a tener en cuenta con el piloto gerundense.
Ritmo en Sepang.
Tal y como pudimos entender en el análisis de ritmos del test de pretemporada de Sepang, el de Maverick fue el más destacable de todos, a pesar de ser el 5º piloto más rápido a una vuelta. Es cierto que un test de pretemporada hay que mirarlo con cierta distancia; no se puede otorgar ni quitar el triunfo a un piloto por unos tests que no evalúan en el campeonato. Pero siempre es interesante darle un voto de confianza a un piloto que demuestra una buena regularidad en sus vueltas, ya que da señas de que siente confianza con las herramientas que dispone ese año. Es cierto que Marc Márquez se encuentra mermado físicamente de su reciente operación, y se espera que su condición mejore mucho para el comienzo del campeonato, pero eso no le resta mérito al gran ritmo de Mack. Tampoco podemos quitar la vista de otros pilotos que apuntan gran rendimiento, como Álex Rins o Danilo Petrucci, entre otros, pero empezar el año con este gran ritmo es algo por lo que apostar por el de Roses.
Sabe lo que necesita la moto
Los dos últimos años han demostrado que una decisión errónea lastra en el rendimiento de la moto y también en la del piloto. Por eso Maverick tiene claro lo que necesitan mejorar y parece ser que el prototipo de este año está siguiendo el camino que requiere Yamaha para crear un paquete ganador.
Trabajador de invierno
Maverick trabaja duro en el invierno, y se lo toma tan en serio como el trabajo de temporada. Es consciente de que empezar el año en la mejor forma y teniendo una buena base de conocimiento de la moto da un plus en confianza. Y eso a su vez se traduce en posibilidades para obtener buenos resultados. No olvidemos que en 2017 dominó todos los tests de pretemporada y eso le otorgó la confianza para ganar las dos primeras carreras, además de una victoria más y un segundo puesto en las pruebas quinta y sexta. Un cambio de las especificaciones de los neumáticos y una mala decisión desde el equipo y fábrica a la hora de optar por un camino lastraron el buen trabajo cosechado en las primeras carreras. Este año parece que el equipo y fábrica conocen el camino a seguir, por lo que eso es un punto a favor para confiar en su trabajo de invierno.
Rápido a una vuelta
Tanto en Jerez como en Sepang ha demostrado no sólo tener buen ritmo con la Yamaha 2019, sino ser rápido a una vuelta. En carrera es muy importante tener un gran ritmo, pero también lo es conseguir una buena posición en parrilla. Los años anteriores hemos visto que uno de sus puntos débiles han sido sus malas salidas, acompañadas de una mejorable posición de parrilla que han impedido poder mantener su ritmo desde el comienzo de la carrera. Este año su lucha por las poles puede ser más real que antes.
Regularidad
Una de sus mayores cualidades es la regularidad que demuestra a lo largo de la temporada. Con ella se proclamó campeón del mundo en 2013 y acabó 4º en su segundo año en MotoGP (Suzuki). Es de los pilotos que menos se cae, y no por ello significa que vaya más lento. Es un piloto con mucha templanza y que sabe dosificar el gas para afianzar un buen resultado. Este es el año de mayor igualdad, más pilotos y más marcas capaces de ganar carreras. Quizás este año no sea campeón el que más carreras gane, sino el que menos veces falle.
Facilidad para mantener la calma
Otra de sus grandes virtudes es la de mantener la calma en momentos que otro flaquearía. Tuvo la suficiente para ganar su primera carrera mundialista en la última curva de la última vuelta (en un duelo frente al que a la postre sería campeón de la categoría, Nico Terol), y tuvo la misma calma para repetirlo en la última curva de la última vuelta en el último y decisivo GP de 2013, que le permitió proclamarse campeón del mundo de Moto3. Pero, sin lugar a dudas, esta templanza le valió para asegurar su primera victoria en MotoGP. Recordemos que la carrera se paró por bandera roja debido a una caída múltiple en la primera vuelta, cuando ya Maverick había tomado una ventaja importante. Cuando se dio la segunda salida, era de esperar que sus rivales intentaran frenar a Maverick para que no repitiera su escapada. Y también cabía esperar que los nervios le impidieran repetir esa hazaña, ya fuera por el incidente vivido o por ese temor de “la suerte no se repite dos veces seguidas”. Pero de nuevo la calma de Maverick le ayudó a escaparse cuando lo vio más claro y ganar una carrera por consistencia (a día de hoy sigue siendo la última victoria cosechada por Suzuki).
Adaptación a los cambios
Maverick está acostumbrado a cambiar de marca, de categoría y de equipo sin bajar un ápice su rendimiento. Un cambio en su equipo o fábrica le supone a él más motivación y desafío que dificultades. Este año viene repleto de cambios. Confiemos en él.
Esteban García
El cambio más llamativo que se anunció a mitad de la temporada pasada fue el remplazo del jefe de mecánicos, Ramón Forcada, por el que entonces fuera mecánico de Bradley Smith en KTM: Esteban García. La relación con Esteban le evoca muy buenos recuerdos, ya que trabajó con él en 2013, el año que se proclamó campeón del mundo. No hay que negar (y Maverick nunca lo hace) que Ramón tiene una experiencia y unos conocimientos de la Yamaha como ningún otro en el paddock. Pero, tal y como Mack comentó con anterioridad, su objetivo es la de formar un equipo de personas con el que él se sienta como en familia, ya que eso le aportará confianza y le hará rendir al máximo. Veremos cómo funciona esta nueva tupla en el equipo; tan importante es tener un buen técnico como una persona de confianza.
Julián Simón
Otra de las incorporaciones al equipo es su buen amigo Julián Simón. Campeón del mundo de 125cc y subcampeón de Moto2, Julito conoce muy bien a Maverick, ya que compartieron escudería con anterioridad. Ahora Julián, más enfocado en el coaching de pilotos, se une a este proyecto para analizar los movimientos de Mack fuera de la pista y orientarle desde una perspectiva exterior. Maverick también comentó que la labor de un coach es sumamente importante, porque hay cosas que desde la moto uno no es capaz de percibir, así como analizar lo que los rivales hacen en pista. Julián será una pieza muy importante para la seguridad de Maverick.
Maverick es el primer piloto que se proclama rookie en las tres categorías
Desde que se premia al mejor debutante del año (rookie), Maverick ha sido el único que lo ha conseguido en cada categoría nueva (125cc, Moto2 y MotoGP). Probablemente esto carezca de sentido en un análisis del que sería su quinto año en la categoría, pero teniendo en cuenta la serie de cambios que este año está habiendo, esto es un indicio más de que los cambios y los retos motivan y hacen mejorar a Maverick.
Juventud en el Petronas
No sabemos si el nuevo equipo satélite de Yamaha será más beneficioso que el año anterior, pero todo apunta a que tanto Franco Morbidelli como Fabio Quartararo dispondrán de una moto prácticamente oficial. La salida de Ramón Forcada de su lado del box se transforma en una entrada en el de Morbidelli, quien contará con una montura de 2019. La sabia nueva y la experiencia de Ramón, así como el buen rendimiento que están aparentando ambos pilotos en los tests, puede suponer un adelanto en la tarea de mejora de la M1 2019.
El número 12
Aún hay muchos que se sorprenden de no ver el 25 en las nuevas fotos de Maverick. Y es que, si por casualidad hay alguien que no se ha dado cuenta aún, Mack ha dejado atrás el número 25 que lo ha acompañado en todos sus años de CEV y mundial (a excepción de su año en Moto2, que tuvo que cambiar al 40 por exigencias de patrocinio). Su nuevo dorsal es el 12, coincidiendo con su día de nacimiento, número con el que competía siendo niño. Su intención es la de mantener este nuevo (o viejo) número hasta el final. Y eso sólo puede significar una cosa: Mack quiere cambiar completamente el chip. Confiemos en este renovado Maverick. La temporada se presenta reñida y muy interesante.
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