Hemos superado el ecuador de la temporada tras la disputa del Gran Premio de la República Checa, pero tras 10 carreras disputadas, las últimas cuatro han roto un campeonato que iba muy igualado.
Mugello, la última vez que los hombres de Ducati volvieron a disfrutar pese a que Marc Márquez había acabado delante de su número uno, Andrea Dovizioso. Petrucci había ganado para ellos en casa, para conseguir su primera victoria en el MotoGP, así como certificar su merecida renovación con el equipo, pese a la polémica de haber confiado en él en lugar de Jorge Lorenzo.
Marc Márquez salía líder de la cita italiana, pero con Andrea Dovizioso a 12 puntos y con las opciones intactas del objetivo planteado para la temporada: de desbancar al campeón. Además llegaba la cita del Gran Premio de Cataluña, una pista que a Ducati le había ido muy bien en anteriores temporadas. En 2017 había ganado el propio Dovizioso mientras que la temporada pasada había sido Lorenzo, quien había logrado su segunda victoria consecutiva con la marca de Borgo Panigale.
De 12 a 63 puntos en cuatro carreras
El Circuito Barcelona-Cataluña prometía mucho para las aspiraciones del italiano. Al inicio de carrera Dovizioso marchaba en cabeza con Marc Márquez detrás. A su rueda Viñales, Lorenzo y un poco detrás Petrucci con Rossi. Entonces “la suerte del campeón” hizo su aparición. A la vez que Márquez decidía apurar la frenada a Dovizioso en la nueva curva de la Caixa tan criticada, Lorenzo intentaba lo propio sobre Viñales.
El “99” perdía la rueda delantera creando una melé que acabó con Dovizioso, Viñales, Rossi en el suelo. Sin duda una de las imágenes de la temporada con cuatro “pesos pesados” fuera de una tacada. Dentro de la desgracia, ninguno sufrió lesiones. Marc Márquez adelantó en el momento justo sin saber lo que se le venía encima, porque si hubiese decidido hacer una frenada defensiva sin atacar a Dovizioso, hubiese caído él y no el italiano. No me quiero ni imaginar la que se hubiese liado entonces en el Repsol Honda…
La cuestión es que Dovizioso pasó de estar a 12 puntos a 37, ya que Marc Márquez no desaprovechó el “regalo” para llevarse la victoria. “Lo peor de todo es que Marc seguramente no tendrá que arriesgar al máximo” – Reconoció entonces el de Forli al micrófono, que desde entonces su rival podría empezar a gestionar la diferencia.
Este incidente coincidió con la llegada a dos de los circuitos que peor se le dan a Ducati. En los diez últimos años nunca han ganado ni en Assen ni en Sachsenring, así que Dovizioso en vez de pasar al ataque para recuperar a Marc Márquez, se dedicó a “nadar y guardar la ropa” siendo cuarto y quinto en las dos citas siguientes. Mientras el de Cervera era segundo tras Viñales y conseguía su décima victoria consecutiva en Sachsenring para irse de vacaciones con 58 puntos de ventaja en el liderato.
Las declaraciones entonces de Dovizioso fueron ya derrotistas: “En los próximos circuitos seré más competitivo, pero no será suficiente ni siquiera para empezar a pensar en pelear con Marc. No se trata de cómo recuperar puntos, porque no estamos luchando contra él. Ahora mismo estamos luchando contra nosotros mismos porque no estamos lo suficientemente cerca para tratar de vencerlo. Las dos últimas carreras han mostrado la distancia que hay respecto a nuestros rivales. No hay mucho que decir, no somos tan competitivos como nos gustaría. Somos demasiado lentos en mitad de la curva. Hemos mejorado otras áreas y seguimos siendo competitivos, pero los demás están subiendo el listón y todavía estamos muy lejos en las curvas. Creo que ahora debemos centrarnos en eso”.
Golpe psicológico en Brno
En Brno la temporada pasada Dovizioso se mostró fortísimo. Salió desde la pole, poco habitual en él, ganando en una lucha a tres bandas a su compañero de equipo, Lorenzo y a su rival por el título, Marc Márquez. La cita del pasado domingo estaba apuntada en rojo sin lugar a dudas. Si el italiano quería tener alguna opción por sí mismo al título, debía acabar delante de Marc Márquez. El resultado no fue el deseado, al acabar segundo tras el de Cervera.
Pese a tener su referencia fue perdiendo rueda hasta ver con impotencia que no podía hacer nada más que asegurar la segunda plaza. “No pudimos luchar codo a codo hasta el final que era el objetivo. Este año Marc ha dado un paso más, puede acelerar mejor y puede estar delante de todos, su velocidad es tan alta que es difícil seguirle. Los neumáticos funcionan de manera diferente y es difícil para todos poder frenarle. No pude mantener toda mi velocidad hasta el final” – Reconocía a micrófonos de As tras la carrera de Brno.
En las últimas cuatro carreras la balanza se ha desequilibrado a favor de Marc Márquez y Honda con rotundidad. 95 puntos de 100 posibles, dejando escapar sólo 5 en Assen donde las Yamaha se adaptaron a la perfección, con Viñales y Quartararo muy fuertes. Por su parte Dovizioso, quedó noqueado por el fiasco de Cataluña sin culpa, pero hay una realidad muy clara, no está para ganar el título a Marc Márquez.
Desde que empezó la temporada Dovizioso sólo en una ocasión ha acabado delante de Marc Márquez, en la cita inaugural de Losail por apenas 23 milésimas y después de adelantarle con bandera amarilla sin sancionar. Desde entonces siempre ha quedado detrás. De igual forma, están empatados a ceros, por lo que no es un problema de regularidad, sino de velocidad.
Los 12 puntos de diferencia entre Márquez y Dovizioso tras Mugello eran más una ilusión que una realidad. Los 63 tras estas cuatro citas hablan con transparencia de lo que es MotoGP ahora mismo. Si no se lesiona, nadie puede ganar este Mundial al líder de HRC. Marc Márquez lleva una media de 23,3 puntos mientras que Dovizioso se queda en 16,3, ambos casos obviando ceros. La posición normal de Marc es primero o segundo, mientras que la del italiano es ser tercero en base a sus puntos medios. El único rival de Marc Márquez es él mismo.
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