Lo he dicho por activa y por pasiva, que somos unos privilegiados viviendo la época actual de motociclismo. Los mejores pilotos de dos, incluso tres, generaciones coincidiendo en apasionantes carreras de MotoGP. Con añoranza aún recuerdo el instante que nos arrebató algo que hubiese sido histórico, un duelo entre Rossi y Doohan.
Jesús Sánchez Santos @JesSanSan
Valentino Rossi (1979) 39 años, la leyenda en activo, el último rescoldo de aquellas mágicas motos de 500cc y 2 tiempos, cuyo último título Mundial guarda en sus vitrinas. Dani Pedrosa (1985), Andrea Dovizioso (1986), Jorge Lorenzo (1987) e incluso el ya retirado Casey Stoner (1985), una segunda brillante generación que pasó por 125cc, 250cc hasta llegar a MotoGP. Y por último, tercera generación de estrellas, Marc Márquez (1993) y Maverick Viñales (1995) que pasaron por Moto2 antes de llegar a la categoría reina de los cuatro tiempos. Tres generaciones de pilotos fuera de serie, coincidiendo y dando un espectáculo mayúsculo… pero ¿Qué pasó antes? Estaba Doohan. (Foto portada motogp.com)
Mick Doohan, el anterior dominador de la categoría reina que según la charla popular “no tenía rivales“. Aunque en pista estaban Biaggi, Crivillé, Barros o Capirossi… lo que el aficionado siente es que tras la retirada de Rainey y Schwantz, no tuvo rivales de su nivel en el Olimpo de los dioses de la competición. En 1998 el australiano conseguía su 5º entorchado consecutivo y daba la sensación de que no sería el último. Mientras tanto se acercaba rápidamente el nuevo astro, Valentino Rossi. Aquella temporada como campeón de 125cc y “rookie” en 250cc, había ganado las cuatro últimas carreras del año. Empezaba a hablarse de su enfrentamiento contra Biaggi como el nuevo ídolo en Italia pero en realidad, el duelo que lo hubiera “petado” literalmente era el que finalmente no tuvimos.
En 1999 Valentino Rossi arrasaría en 250cc justo antes de saltar a la máxima categoría. Doohan empezaba el año con el número 1 en el frontal de su Honda y con el objetivo de hacerse con su 6º título consecutivo. El año había empezado mal para el australiano, y estamos hablando de que había sido 4º en Sepang y 2º en Motegi, cuando habitualmente ganaba y ganaba. Llegaba la tercera cita del año, Jerez y entonces el destino nos privó del duelo aquel maldito 8 de mayo de 1999.
Desde los primeros entrenamientos Doohan quería marcar territorio y más sabiendo que allí Crivillé era un rival temible. En la primera tanda de entrenamientos libres del viernes, el australiano sufrió un grave accidente entre las curvas tres y cuatro, al pisar el piano de una pista jerezana algo húmeda. Sufrió un terrible “highside” a más de 190 km/h saliendo escupido y llegando incluso a impactar con las protecciones que por aquellos entonces no eran “air fence”. ¿Consecuencias? Se rompió la pierna derecha (por encima de la rodilla y también la tibia) la muñeca y clavícula izquierdas, además de sufrir una herida abierta en el hombro.
A lo largo de 1999 se hacía público el fichaje de Valentino Rossi con HRC y durante unos meses aún albergamos la esperanza de tener el duelo entre él y Doohan… ¡Hubieran saltado chispas! Ambos son ambiciosos ganadores, muy competitivos, pero con caracteres que hubiesen chocado muy pronto. Si Valentino tuvo sus “historias” con Stoner o Biaggi, ya os podéis imaginar que hubiese pasado contra el agrio carácter del pentacampeón australiano. Rossi heredó no sólo ser la cabeza visible del Mundial, sino que se llegó a 500cc con el equipo técnico de Doohan, con Jeremy Burgess a la cabeza.
Las lesiones sufridas impidieron que el australiano volviera a correr, anunciando su retirada definitiva el 10 de diciembre de ese mismo año 1999. “Es duro tener que dejarlo de esta manera, pero ahora mi cuerpo es el que manda. Yo quiero continuar pero mi cuerpo no me lo permite”. No pudimos disfrutar de ese duelo entre genios superlativos, como ahora sí estamos viviendo duelos entre Valentino Rossi y Marc Márquez, con muchos otros protagonistas de por medio como Jorge Lorenzo o Dani Pedrosa.
Durante la temporada 2000, “el año de la lluvia”, que ganó Roberts Jr. y donde Valentino fue subcampeón debido a errores habituales de un debutante, a Doohan aún le brillaban los ojos con la sensación de que hubiese ganado más y que hubiese podido enfrentarse contra aquel irreverente italiano con el dorsal 46. Como dijo entonces, “Estoy viejo, pero no me cabe duda de que si mi físico me lo permitiese, podría acabar delante de todos estos”, así era la determinación de Mick, lo tenía todo muy claro pesara a quien le pesara.
